2. Bienvenida

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— No me puedo quejar hellen, lleva tres años sin uso, aún que por fuera se ve impecable, pero dentro era un asco — Dije de mala gana

Había pasado mucho tiempo limpiando, pero al final valió la pena.

Quizás la habitación no era tan grande pero por lo menos tengo baño, luz y agua.

La luz y el agua fueron gracias o varias cosas que tome prestadas de la academia.

— Que te parece amigo, crees que podríamos estar tranquilos en este lugar por un tiempo — Dije feliz

Desde que entré a este bosque supe que el estaba aquí, sería el último en el que lo buscaría.

— Buenos días — decía alguien una y otras vez mientras tocaba la puerta

— No salgas, aún no sabemos que reacción tendrán al verte — Susurré
— Buenos días, en que puedo ayudarte — Dije sin ganas

Era un tipo raro, bueno tal vez aqui es normal, pero para mí no es normal ver a alguien con cuernos.

— La directora lo busca — Dijo de mala gana

— Gracias — Dije al entrar de nuevo a la habitación — Saldré un rato, no cauces problemas Bestia — Dije al salir de nuevo

Ahora que querrá Hellen.

— Pasa algo, parece que buscas algo — Dije molesto

El tipo trato de ver dentro de la habitación mientras yo salía de ella.

— No, disculpe mi impertinencia, pero creí escuchar que hablaba con alguien ahí dentro — Dijo el tipo algo incómodo

— Y eso tiene que ver algo contigo — Dije molesto mientras caminábamos por un largo pasillo

— Le pido disculpas una vez más — Dijo al alejarse de mi — sígame — ordenó

— Solo te lo diré una vez, no es conveniente que trates de asesinarme, por lo menos para ti — Dije al estrellarlo contra el suelo — Te voy a enseñar algo muy importante, no dejes que tus instintos te dominen — Agregue al quebrar su brazo

Mi primer día y ya me quieren matar.

— Ford, que hacer — Grito Hellen al ver lo que hacía — Sabía que esto pasaría — Grito molesta

— Que yo haría esto — Dije confundido

— No — Dijo muy molesta — Sabía que los profesores tratarian matarte — Agrego muy rápido

— Eso no se va a poder corazón — Dije sin ganas

— Ya lo note — Dijo más calmada — Sígueme, te presentaré a los otros profesores — Agrego sin ganas

— Claro, pero que hago con el — Dije confundido

— Lo podrías traer nosotros — Pregunto

— Claro — Dije mientras lo arrastraba del brazo roto

— No esperaría menos de ti — Dijo hellen — Sabes que el uno de los más fuertes de este lugar — Comento mientras caminábamos

— Es por eso que todos nos miran — Dije confundido

— Si, pero no tienes de que preocuparte, todos creerán que yo hice eso, y que tú solo me ayudas — Dijo feliz — Eso también te ayudará, nadie querrá problemas conmigo — agrego

— Pensaran que soy tu protegido — Dije sin ganas — Si sabes que eso lo pone un precio a mi cabeza, todos pensaran que la persona que me mate tomara mi lugar Hellen — agregue feliz

Recuerdos del alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora