Hola, mi nombre es Elizabeth Morgan. Prefiero que me llamen Beth.
Soy una chica de 21 años y estoy estudiando mi último año de universidad en una de las mejores escuelas de mi país. Me gustan los animales, el helado, las series, caminar en la lluvia y pasar mayormente mis días en soledad.
Soy una persona introvertida, con pocos amigos, pero puedo presumir que los que tengo, valen oro y no los cambiaría por nada. Tal vez por un millón de dólares cada uno me lo pienso. Pero sí, no los cambiaría.
No soy particularmente enamoradiza, pero cuando sucede, no es cualquier cosa. Cuando me enamoro, me pierdo en la persona, solo puedo pensar en él.
Así es. Lamentablemente me gustan los hombres.
Me he enamorado un par de veces. Sin embargo, mi última obsesión ha sido la menos sana de todas. Desde la forma en que nos conocimos hasta como se desarrolló nuestra relación y como estamos ahora.
A pesar de todo, solo puedo pensar en su sonrisa. El como me cautiva su mirada, lo bien que huele y lo suave que es su cabello.
Imaginar el calor de su cuerpo a través de sus brazos a mi alrededor, utilizando su fuerza impidiendo que me aleje de él. El susurro de promesas de amor en mi oído. Y por supuesto, sus poderosas manos tocando con delicadeza mi rostro, pasando por mis mejillas, tomando mi mentón dirigiendo mi mirada hacia él, para luego tomar mi cuello con fuerza, provocando un ligero gemido de mi parte.
Cuando me enamoro, me pierdo. Me obsesiono.
Esto es para ti, mi amor.
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Mi deseo se hará realidad, ¿A qué costo?
RomanceEstoy tan obsesionada con un hombre que claramente no es para mí, esto me obligará a hacer lo necesario para que se fije en mí. Obviamente no me puse a pensar en las consecuencias que podría tener con tal de obtener lo que quiero, pero ¿realmente va...