Toxic

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El puño de Jaekyung asestó otro golpe brutal contra la cara del pobre imbécil, la multitud suspiró de terror. Eran incapaces de dar un paso e intentar detener aquella masacre, ni siquiera el acompañante del campeón tenía el valor para levantarse de su sitio en intentar detenerlo. Kim Dan estaba igual o más aterrado que el resto de asistentes al bar.

Estaba intentando comprender qué demonios había sucedido.

Por ser cumpleaños de Jaekyung ambos terminaron en ese bar un sábado en la noche, parecía que todo iba bien, charlaron animadamente de cosas sin sentido, algo que Dan jamás creyó posible, ¿Joo Jaekyung siendo amable…? eso fue una sorpresa gigante.

¿Entonces cuándo todo se fue al diablo?

En un momento Jaekyung se levantó y fue al baño…

Un hombre desconocido ocupó su lugar, Dan estaba lo suficientemente ebrio como para seguir la animada charla del extraño, aceptó un trago. ¿Y luego…?

Estaba tan mal que no notó la mano descarada que ese imbécil puso sobre su muslo, peligrosamente cerca de su entrepierna.

Al segundo siguiente alguien sacó al extraño del banco, con una fuerza endemoniada lo tumbó en el suelo y la lluvia de golpes comenzó.

Los quejidos de ese hombre se amortiguaban con el gorjeo de la sangre en su boca.

—¡Llamen una ambulancia! —gritó alguien de la multitud.

Dan levantó la vista, aterrado por todos los espectadores que veían a Jaekyung como si fuera una especie de monstruo.

—P-por favor, ya déjelo… —murmuró, levantándose de su sitio y dando pasos cortos, intentando acercarse.

El puño de Jaekyung permaneció en el aire ante la petición de Dan. Entonces levantó el rostro, estaba cubierto de sangre, pero lo que le confería un aspecto aterrador era esa mirada cargada de odio que le dirigió a Dan.

Jaekyung soltó al imbécil y avanzó hacia su acompañante. Con cada paso la multitud se alejaba, temiendo ser ellos los siguientes.

—¿Vas a defenderlo? —casi gruñó.

—N-no, solo no quiero que se meta en problemas…

—¿Y de quién es la culpa? —preguntó en un tono frío, a escasos centímetros del rostro de Dan—. Si dejas que otro bastardo te ponga una mano encima, te juro que lo mato, estás advertido.

—Jaek-

El campeón lo tomó del brazo con fuerza, pero sin llegar a lastimar a Dan y tiró de él lejos del pobre diablo que se retorcía en un charco de su propia sangre.

Dan solo pudo mirar atrás, sintiendo culpa por el pobre hombre. No tenía idea de qué demonios había hecho él para desencadenar ese desastre sangriento, y por la forma en que actuaba Jaekyung temía que se repitiera algo como eso.

One shot | JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora