22. Nieve

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Tú eres mi hogar, mi hogar durante todas las estaciones

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Tú eres mi hogar, mi hogar durante todas las estaciones

Me acerco a paso sigiloso como si estuviese cazando a mi presa, frunzo el ceño al verlos reír y la molestia incrementa en mi cuando ella toca para traerlo a su cuerpo.

- Cariño. - Murmuro fingidamente alegre llamando su atención haciéndolo sonreír para que se acerque a mi. - ¿Estas ocupado?

- Jamás para ti Amore. - Rie suavemente cuando se da cuenta de mi cara aún así, besa mis labios rápidamente. - Ella es Louisa.

- Hola, mucho gusto. - Murmuro con una falsa sonrisa mientras ella sonríe levemente. - Kai Zibel, su novia.

Ella no va a venir a fingir conmigo que no está coqueteando descaradamente con mi novio.

- Oh, que guapa eres. - Murmura mirándome de pie a cabeza mientras yo miro con una ceja alzada a Charles quien sonríe divertido. - No sabía que tenías novia Charles.

- ¿Por qué no sabía que tenías novia Charles?. - Murmuro soltando mis palabras como veneno mientras ambas lo miramos, aún así, el solo me mira a mi.

- No había tenido la oportunidad. - Murmura riendo cuando me separo de él disimuladamente pero él vuelve acercarse a mi. - Pero si, soy afortunado de tener a esta chica de novia.

- Me imagino, ¿entonces queda en pie lo de cenar?. - Pregunta ella mirándome de reojo logrando que rodee los ojos.

- Claro, le dire a Carlos quizás él tenga más tiempo. - Murmura amablemente mientras yo solo lo fulmino con la mirada.

La chica solo asiente para caminar rápidamente fuera de nuestra vista y es lo que yo igual hago cuando no la veo pero soy detenida por Charles.

- Tu, celosa... eres increíble. - Murmura divertido haciéndome bufar para intentar seguir caminando pero él me vuelve a detener. - Kai, háblame.

- Charles. - Murmuro molesta apretando mandíbula con delicadeza. - La próxima vez que vea que una chica coquetee así descaradamente y tú lo permitas, a mi también se me olvidara que tengo novio.

Es lo único que digo para soltarlo e irme más molesta que antes, suspiro cansada cuando llego al cuarto de concentración de McLaren acostándome en la cama de Lando.

- ¿Hola?. - Lando me mira extrañado mientras se levanta de su sofá. - ¿Sabias que si hubiese estado acostado me hubieses aplastado?

- Era la idea. - Murmuro sarcástica mirando mis uñas molesta provocando que él se siente a mi lado, dado a que me obliga a hacerlo. - Eres molesto.

- Tu llegaste sola acá en primer lugar. - Explica divertido Lando haciéndome rodar los ojos. - Está bien, tanto nivel de molestia en stich no es bueno.

- ¿Me estás comparando con stich?. - Pregunto entre indignada y divertida por su comparación. - No sé cómo sentirme al respecto.

- ¿Por qué estás así?

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