Moscú, Rusia, allí se encuentra la mansión donde vive Leonor Blackwood, la mayor de todos los hermanos teniendo una apariencia de treinta y dos años, junto a Nora y Owen son los únicos tres que tienen una apariencia completamente adulta, mientras que los otros cuatro poseen una apariencia mas juvenil, Raphaelus con sus aparentes veintidós años, Catalina con sus veinte y los mellizos Noah y Amelia con veintitrés. La cabecilla de la familia estaba teniendo un día normal con su mafia conformada por vampiros, hacían sus negocios ilegales habituales, trafico de drogas, alguna que otra recompensa obtenida por la cabeza de algún ser sobrenatural muy buscado, venta ilegal de armas, etcétera y etcétera, bueno, en resumen lo típico de todos los días, hundida en montañas de dinero la mujer vive en extrema comodidad, acompañada por su gato, un pequeño felino de pelaje anaranjado y esponjoso con un carácter terrible pero al mismo tiempo dulce, a final de cuentas era igual que su dueña, aquel pequeño animal era inmortal al igual que su dueña y sus seis hermanos. Teseo el gato obtuvo su inmortalidad debido a que no es como los demás de su especie, se acercó a la vida de Leonor como el familiar mágico de su hermano, aunque después de poco tiempo conviviendo con la mayor, generó un apego mucho mayor hacia la chica que a su brujo de compañía, su hermano nunca se opuso a la unión de Teseo con su hermana ya que se notaba a leguas el cariño que sentían el uno por el otro, y este sirve como un repelente de hechizos para la vampiresa, ya que con el cerca, la gran mayoría de maleficios se vuelven obsoletos.
Mientras que la cabeza de su clan se encontraba en la mesa de su enorme comedor, esperando su desayuno, un mensaje interrumpió su tan anhelada paz, esperaba algo cotidiano como una emboscada o un trabajo que los inútiles de sus esbirros habían hecho mal, pero al ver la pantalla de aquel aparato electrónico su paz se esfumó. Había recibido un mensaje de Noah, él jamás le escribiría si no fuese una situación de emergencia, al leer el texto quedó perpleja, en su casi carta debido a lo larga que era, explicaba que una mafia de vampiros recién convertidos y otros que reconocía como ex lacayos de Leonor, habían estado merodeando por el bar y club de strippers de los mellizos, al parecer también les habían amenazado con su destrucción, aunque esto no era lo preocupante, a estas alturas los conocidos como ¨mellizos terror¨ habían asesinado legiones de vampiros como aquellos novatos, lo preocupante era que en sus pieles tenían el símbolo de una muy antigua enemiga de la familia, la cual estaba segura que había sido destruida por el menor de sus hermanos varones, que ella estuviera entre los vivos era algo técnicamente imposible, a no ser que brujos muy poderosos la hubiesen traído de vuelta a la vida.
-Mierda... MI DESAYUNO!
Gritó con molestia, no tuvo que esperar ni diez segundos para que uno de sus sirvientes apareciera con un hombre de unos veintiocho años completamente hipnotizado, limpio y desinfectado para que ella pudiera beber en paz, usualmente lo hacía de un manera delicada y relajada para no matar al mortal, pero esta vez no fue así, la mujer estaba furiosa, otra vez problemas con el pasado no era algo que le atraía muchas alegrías, por lo que de manera violenta y rápida, clavó sus colmillos en el cuello de aquel desconocido con tal fuerza que arrancó un pedazo de su garganta cuando se separó del cuerpo, el cuerpo casi sin vida estaba caído en el suelo, sin moverse o exclamar una sola palabra, para una vampira como ella los humanos no eran mas que corderos caminando hacia el matadero.
Ya terminado su nada relajante desayuno, se puso de pie y caminó hasta una de las habitaciones de la mansión, donde parecían tener un centro de operaciones, la posibilidad de que Gabrielle estuviese suelta por ahí representaba una amenaza inminente para su grandioso imperio, en aquella habitación se encontraba su jefe de seguridad, Vlad. Era con el único de sus esbirros al que si trataba como un ser pensante, se podía decir que era el único que le agradaba aunque fuera un poco.
-Vlad, requiero de tus servicios. Necesito que busques a mi hermanita en París, te enviaré la dirección de su apartamento, tendrás que recogerla y tomar un vuelo con destino a Las Vegas, sacaré los pasajes y se los enviaré luego.
-Delo por hecho señora, cualquier situación que surja déjemelo saber que la solucionaré aunque esté lejos.
Leonor asintió con la cabeza e hizo un movimiento con la mano derecha para que el vampiro saliera en busca de la menor de los Blackwood, luego de que aquel muchacho partió en su encargo especial, la mayor llamó a Catalina para explicarle toda la situación. Varias horas después su mas fiel lacayo le envió un mensaje de confirmación de que todo había salido bien, ya se encontraban en camino al punto de encuentro con el resto de la familia, ahora venía la parte mas complicada la reunión, convencer a Raphaelus de acompañarla, sabía muy bien donde estaba viviendo ya que tenía gente vigilando a cada uno de sus protegidos, conocía a la perfección al joven brujo por lo que entendía que no sería tarea fácil hacer que dejara su falsa vida feliz para volver a asesinar a una mujer por la cual tuvo tantos problemas con Owen, la relación de aquellos dos se había deteriorado debido a la muerte de Gabrielle y luego sumado a eso, el incidente de Londres, todo estaba muy destrozado como para poder arreglarlo solo con una visita, aunque debía ir a buscarlo e intentar que fuera con ella, a final de cuentas un brujo inmortal era una pieza primordial para la supervivencia de todos.
Ya al día siguiente, la mujer de baja estatura, con cabellos castaños claros, ojos avellana, piel apenas tostada con lunares a lo largo y algún que otro tatuaje, se vistió con algo cómodo y que no impusiera una imagen autoritaria a la vista de su hermano, usando unos jeans ajustados de color negro, un top un tanto alargado de color lila y unas botas negras, acompañado con unos accesorios, su piercing de la lengua, aros de oro y el anillo que sus hermanos le habían regalado, del mismo material que sus pendientes pero con un diamante incrustado. Ya arreglada y lista salió en dirección al vehículo, seguida por dos vampiros de bajo rango los cuales cargaban sus maletas, una veza dentro del coche, la condujeron hasta un aeropuerto privado de donde saldría un jet con destino a Alarcón, marcando como lugar de aterrizaje una pista de aviones clandestina que sus contactos de la milicia le habrían indicado.
-Prepárate hermano, ahí voy.
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Los 7 de Blackwood
VampireUna familia de seres sobrenaturales vuelve a reencontrarse después de décadas sin tener contacto los unos con los otros, cuando un mal mayor se aproxima los hermanos Blackwood se ven obligados a dejar sus diferencias de lado para poder sobrevivir. E...