CAPÍTULO 8

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Miro como puedo la hora del móvil, las 3:30am. Después de la segunda vinieron tres más. Quiero ir a la playa, me levanto de la barra y voy hacia la puerta. Por suerte no hay nadie por medio. Tengo bastante tolerancia al alcohol, pero hoy me he pasado un poco. Cuando salgo la brisa marina me da en la cara, haciendo que suspirara. Camino hacia la orilla, donde había estado horas atrás y horas en la que había cagado todo.

Me siento cuando llego y me quedo mirando el horizonte, sin pensar en nada.

-¿Qué haces aquí, Grey?-me pregunta la voz de Seth. No le miro.

-La he cagado otra vez, Seth.-rodeo mis rodillas con mis brazos.

-¿Que ha pasado ya? -Me he enfadado con los demás por hacerme una broma. Aunque la broma ha sido de Alba.

-Déjame adivinar, te ha gastado la broma, pensabas que había sido cosa de los tres y entonces ella te ha dicho que era suya y te has enfadado con ella. Te has emborrachado y te quedas solo para ver cuán infeliz eres.

-Más o menos, si.-suspiro.-Por mucho que quiera cambiar no lo voy a conseguir. Los problemas me persiguen, sigo siendo un imán para ellos desde hace años.-sigo mirando el horizonte.

-No te preocupes, tío.-me pone su mano en mi hombro.-La tormenta pasará y todo se aclarará.

-¿Pero sabes cuál es el problema?-le miro.

-¿Cuál?-dijo frunciendo el ceño.

-Que toda la mierda saldrá y la tormenta volverá, siempre vuelve.-digo negando la cabeza mientras dejo de mirarle.

-La tormenta esta en uno mismo, nosotros mismos somos nuestra propia tormenta.-quita su mano de mi hombro, se levanta y antes de irse vuelve hablar.-Dale tiempo a que se acostumbre a todo esto. Cuando esté lista te hablará.-me guiña un ojo y se va.

-¿Podemos ir a casa ya?-una voz me saca de mis pensamientos, no hace falta que mire a la persona para saber quién es.

Me levanto y empiezo a caminar hacia la moto, con ella detrás.

Con cada paso que doy me siento mal por ella, pero mi orgullo siempre se sale con la suya. Llegamos a la moto y nos subimos.

El camino se hace más largo debido al silencio que hay entre los dos, solo se escucha la moto. Llegamos a casa, le doy sus cosas y me voy a mi habitación, me quito la ropa y me quedo en bóxer en mi cama, mirando el techo, queriendo pensar en algo pero a la misma vez en nada. Me quedo durmiendo rápidamente, necesitaba dormir.

*****

Me despierto cansado y con resaca.

-Puta resaca.-susurro, no me quiero levantar de la cama, está demasiado cómoda ahora. Dos toques a la puerta me avisa de que alguien va a entrar. La cabeza de mi madre se asoma y me sonríe.

-Hola cariño, ¿Cómo estás?-hago una mueca.-¿Resaca, verdad?

-Sí,-hago otra mueca al notar pinchazos en mi cabeza.-creo que ayer me pasé un poco.

-No pasa nada cariño, en la cocina esta la pastilla para que se te pase.-me sonríe y se va. Deja entreabierta mi puerta y veo pasar a alguien, que supongo que es Alba.

Me levanto rápidamente para ir a la cocina, ya no me importa nada respecto a la resaca. Abro la puerta por completo y Alba gira su cabeza, encontrándose con mi mirada.

Su mirada me hipnotiza tanto que ni siquiera me doy cuenta que se había ido a la cocina. Paso mis manos por mi pelo, frustrado conmigo mismo. Giro mi cuerpo hacia el baño, hago mis necesidades y me miro en el espejo, varias veces me he visto así al día siguiente de una fiesta, pero esta vez era lo peor. Me mojo la cara con agua fría, me seco la cara y voy a la cocina para coger la aspirina. Me la tomo y suspiro, abro la nevera para almorzar algo y cojo un batido de chocolate. Supongo que con esto es suficiente. Subo las escaleras para ir a la azotea, y ahí es cuando me doy cuenta que no estoy solo, Alba está en la piscina, remojando sus piernas en ella mientras mira la calle. Sé que sabe que estoy aquí, pero ninguno de los dos dice algo, me siento en una de las hamacas que hay mientras miro al horizonte, intentando no pensar en ella. Los minutos pasan y su voz se hace presente.

La Saga Afraid: Afraid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora