Después de su intento de suicidio.
Los niños y Missa fueron a dejar a Roier en su hogar, donde trataron de acompañarlo siempre, cuidando de que no le pasará algo más.
Bad desistió en ir, en cambio se fue a las favelas, y fue directo a la zona de Cellbit, donde seguramente se lamentaba de lo que sucedía con Roier, donde su investigación contra la federación era más intensa y dónde el ambiente era muy pesado incluso para él, que era mitad demonio y estaba acostumbrado a emociones negativas. Aunque era ciertamente más sensible como un humano.
Al bajar al la zona de trabajo de cellbit, lo encontró en un estado casi igual o más deplorable que Roier, miraba el tablero donde había fotos, notas, hojas y demas pegados y unidos con hilo rojo.
Cuando el Híbrido de gato se volteo a verlo, se notó rápido su falta de sueño por sus grande ojeras casi moradas, sus ojos rojos, su barba medio crecida, y restos de café y saliva. También había un detalle y era que en su escritorio había una chamarra de Roier, arrugada, y se podía ver algo mojada. Cuando se acercó más a Cellbit este tenía rastro de lágrimas.
Ahora ya no sabía si contarle lo de Roier en ese estado. Pero tal vez había una posibilidad de que ambos se ayudaran.
- cellbit...
- Bad? Que necesitas? Tienes mss información? - las palabras salieron rápidas y con poco entonación.
Bad negó, causando molestia en cellbit que frunció el ceño - entonces vete!!- casi gritó volteando a su tablero.
- es Roier... - las orejas de gato se giraron hacia él, pero seguía mirando su tablero, tratando de contener su emoción y ansiedad de escuchar alguna noticia de su amado.
- está... esta aquí.. volvió - con eso, fue suficiente para que Cellbit corriera hacia elevador e irse corriendo hacia casa de Roier. Pero antes de hacerlo, Bad le detuvo en mitad de camino, sosteniendo su brazo con fuerza.
- que?!!! TENGO QUE IR A VERLO!! -
Cellbit se molestó con el agarre pero miro que Bad tenía algo ams que decirle.
- que pasa?...
- Roier... esta muy mal...
- por eso iré a verlo... déjame el brazo - se acercó amenazante al demonio pero este ni se inmutó, al contrario, le miro a los ojos casi triste.
- Cellbit... intento quitarse la vida... enfrente de mi... de missa... Y de los niños...- el mencionado le miro incrédulo. La luz de toda la isla, la luz de todos, aquella e inmensa luz que opacaba todo lo malo de la isla, que cuando te acercabas sentías un sentimiento de calidez y amor, donde tenías una especie de protección contra el miedo y el dolor. Dónde esa luz que iluminó su funeral oscuro que la vida le había puesto desde que nació, aquella que le mostró pequeños placeres de la vida, deseaba extinguirse por si sola.
Se zafo del agarre y con más ganas corrió hacia casa de Roier.
Mientras corría, su corazón palpitaba, escuchando en sus propios odios como se esforzaba por dar todo para estar con su amado. Las lagrimas que habían salido hacia ya unos minutos atrás amenazaron con volver.
Al entrar a la casa de Roier, recorrió cada lugar, cada centímetro cuadrado del lugar, sin importar si no era bienvenido o era secreto, solo quería verlo. Abrazarlo, besarlo y decirle cuánto sentía sus palabras.
Corrió hacia el jardín, paso su vista por todo el lugar, hasta que lentamente, como si fuera en cámara lenta y el tiempo se hubiera detenido, lo encontró, entre los pastizales de maíz, de espaldas, mientras caminaba tranquilamente.
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$Dаddуs GiгL$ | Guapoduo | +18
Hayran Kurgu+18 La morra chida.... O así se hacía llamar aquel chico de cuerpo esbelto pero delicado como una flor de León. Y no era para menos aquel sobre nombre o apodo puesto por el mismo chico, todos en la isla lo conocían .... Y los conocían muy bien... Pe...