Dia de tragedias.

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Callo la noche y nos fuimos a acostar, no puedo parar de pensar en Noah, es algo raro. No quiero parecer loca ni nada pero es un sentimiento que no sentía antes con Estephano. Simplemente no lo sentía. Me gustaba mucho Estephano porque era una persona increíble pero... ¿de verdad era amor?

No lo sé, tal vez fue lo correcto que me dejaran sola, ahora conozco a Noah y ellos han encontrado el amor, todos salimos ganando. Pero igualmente fue una acción muy mala de su parte. Sigo sin poder creerme que ha decidido cambiar una relación de 7 años por una de 5 meses. Es increíble lo que te puede hacer la persona con la que te ibas a casar hace un par de meses.
Es por eso que no confío en nadie, nadie merece mi confianza.

Al día siguiente como siempre Noah me despertó con la comida ya servida en la mesa. Eran dos tostadas de mantequilla con café, mi desayuno preferido. Es simple, por eso me gusta. No tiene complicaciones y eso es lo que me gusta a mi, la comodidad.

-Buenos días Noah-

-Buenos días- habló Noah de forma seria-

-¿Estás bien?-

El no dijo nada, veo una profunda decepción en su mirada, y se que la dueña de esa decepción soy yo. Seguramente siga pensando en lo que hice, se que no estuvo bien, pero su forma de decírmelo tampoco estuvo bien del todo.

-Gracias por la comida-

Me levante, le di un abrazo y tenía pensado ir a dar un paseo pero Noah me agarró de la mano.

-No te vayas...-

-Está bien, me quedo contigo- dije mientras le sonreía-

Me senté en el sillón y el se sentó a mi lado, me quede dormida y cuando desperté tenía la cabeza de Noah en mis piernas. No se porque pero me da la impresión de que de vez en cuando se convierte en un niño chico, lleno de inocencia y de alegría.

-Lucia, se que ahora mismo no estamos en mucha confianza que digamos, pero te quiero contar un poco mi pasado para que entiendas que yo si confío en ti-

Me asuste un poco cuando hablo porque pensaba que estaba dormido pero luego me di cuenta de que era un tema serio y delicado.

-Dime, te escucho-

-Yo obviamente no he sido siempre lo que soy, antes del apocalipsis tenía una familia y hermanas. Mis padres siempre han querido tener niñas, y siempre les había salido así. Menos yo, yo soy el único chico de mi familia y es por eso que no es que le caiga muy bien a mi familia. Constantemente me estaban molestando y me obligaban a comportarme como una niña- después de eso cogió aire para seguir hablando-

Se que esto no es fácil para el, y me alegra mucho que me lo diga pero creo que no es momento para alegrarse.

-Tengo 2 hermanas, las dos son más grandes que yo, una se llama Alicia y la otra Camila. Las dos eran personas horribles que lo único que hacían era complicarme la vida, siempre me echaban la culpa a mi en todo lo que ellas hicieran y eso obviamente a mi no me ayudo en la relación con mi familia.
Mi familia les elogiaba cuando ellas me estampaban la cabeza contra la pared o agarraban cosas con las que hacerme daño. Me empujaban siempre que podían y me ponían a trabajar como su criado-

Le interrumpí un momento porque había una cosa que no me cuadraba.

-¿Con cuantos años te paso eso?

-Con 7

Me quede callada y le hice una señal para que continuara.

-Si no hacía algo bien me lo hacían repetir más veces y dormía con el perro, había veces que se les olvidaba darme de comer y tenía que robar yo comida. El punto es que... Lucia.
De vez en cuando me gusta comportarme como aquel niño feliz que siempre quería jugar, aquel que siempre intentaba sacar una sonrisa y le gustaba hacer travesuras cada dos por tres-

No pude evitar llorar un poco, ¿no era muy joven para eso? Este mundo es una mierda, me alegro que haya venido el Apocalipsis. Necesitaba una limpieza.

-Te repito de nuevo que te digo todo esto para que sepas que confío en ti. Y que si de vez en cuando ves que me comporto como un niño, es porque me siento seguro contigo. Tu eres mi casa y el sitio donde quiero estar-

Le di un fuerte abrazo después de eso, no podía parar de llorar, mis problemas no son nada comparados con los suyos. Es increíble la crueldad de la gente, la gente no piensa lo que hace y si piensa y es consciente de el daño que le causa... No me gusta querer la muerte de nadie pero esas personas se lo merecen. Como le pueden hacer eso a un niño de 7 AÑOS. Ahora mismo me siento una estúpida, he sido muy egoísta al hacer cosas sin saber lo que le podría causar a Noah.

-Lo siento mucho, Noah-

-¿De que te disculpas? No fue culpa tuya- me miro y sonrió-

Estaba llorando, a el le ha costado mucho decirme eso y yo me he comportado como una tonta con el, no sé que me ve y no se por que sigue aquí conmigo. Es una persona demasiado amable y el no se merece a alguien como yo. Solo pienso en mi misma, no me doy cuenta de lo que mis actos hacen. Entonces, ¿merezco la muerte?.

-Me disculpo por lo egoísta que he sido contigo, por todas esas co- -Noah me interrumpió antes de que yo pudiera seguir hablando-

-Se que no estuvo bien, pero tampoco estuvo bien la forma en lo que yo te lo dije. Los dos hemos hecho cosas malas, pero aquí estamos. Juntos, como un equipo. El equipo Luah-

-¿Luah?- pregunté mientras que me reía-

-¡No te rías! Son nuestros nombres juntos, Lu de Lucía y ah de Noah-explicó molesto-

-Aahh, vale. Ya lo entiendo, es muy bonito entonces. El equipo Luah, me gusta-

-Lucia, por cierto... tengo un regalo para ti-

Me llevo a un descampado lleno de hermosas flores, el atardecer le daba su toque mágico. Me encantaba la naturaleza y al parecer Noah lo sabía, pero. ¿Como?

-Esto es precioso, Noah-

-Al igual que tu- me dijo mientras me miraba-

Eso era nuevo, no sabía que responder ante eso, y para colmo creo que me puse un poco roja.

-G-Gracias- dije avergonzada-

Nos sentamos en una pequeña roca que daba a un acantilado increíblemente grande. Todo era precioso y sentía la magia que nos conectaba. Que me conectaba con Noah, cosa que no sentí nunca con Estephano.

Sin pensármelo más, me acerqué a Noah y le susurré con la voz más dulce que podía al oído...

Apocalipsis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora