Bienvenidos a El Pecado.

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El tan esperado día había llegado, los mellizos habían cerrado su club para esperar a sus hermanos en un ambiente mas relajado, que se volvieran a reunir los siete en una sola habitación después de tantos años de estar separados iba a ser algo extremadamente difícil, por si alguna discordia surgía entre aquellos de apariencia jóven no podían haber testigos. Habían pasado ya casi cuarenta minutos desde que los licántropos anunciaron su llegada a Las Vegas, por lo que en cualquier instante estarían allí, Noah, el chico vampiro de ojos color miel, piel pálida y muy bien cuidada, misma altura que su hermana, naríz fina aunque un tanto alargada y labios carnosos, vestía una camisa blanca con letras en negro a través de toda la prenda, unos jeans wide leg y unas botas blancas, mientras que su melliza tenía puesto un vestido negro ajustado strapless y unas bucaneras del mismo color, acompañando su prenda con un bolso de mano rosa como accesorio.

Ambos estaban en silencio, expectantes a la llegada de los lobos, no tuvieron que esperar mucho para que por la puerta principal pasaran aquellos dos morenos, Nora y Owen, la primera vestía unos shorts de jean negro, un top rojo y en la parte inferior unos championes del mismo color que la prenda superior, mientras que el segundo tenía puesto un short deportivo negro, una musculosa blanca y unos calzados beige. Cuando aquellos cuatro seres cruzaron miradas, una sonrisa melancólica surgió, sin decir ni una palabra se acercaron y se abrazaron, habían pasado décadas desde la última vez que se vieron y sí que se extrañaban. Amelia no pudo soportar más y comenzó a hablar con Nora.

-Ay hermana, te extrañé muchísimo, necesitaba otra figura femenina en mi vida.

-Yo también te extrañé Ame ¿Sabes si los demás están viniendo?

-Por lo que tengo entendido Cata ya tendría que estar llegando y Leonor viene en camino... con Raphaelus.

La última frase había sido producto de la interrupción de Noah, quien dijo sus últimas palabras viendo de reojo a Owen, quien seguramente no tenía idea de que el brujo también se iba a reunir con ellos, rápidamente se notó como la expresión del joven licántropo cambió, apretó la mandíbula por unos segundos antes de hablar.

-Nadie me dijo que él también vendría. Creí que seríamos solo nosotros ¿Sabías de ésto Nora?

-No, estoy tan sorprendida como tú lo estás, pero ¿Cómo logró convencerlo Leonor?

-¿Acaso no es obvio? Seguramente lo amenazó con algo, sabemos cómo se llevan esos dos.

Agregó finalmente la chica de ojos azules, quien hizo una seña con la mano para que los demás la siguieran, con duda y algo de molestia Owen la siguió junto a los otros dos presentes, subieron por una escalera en forma de caracol hasta un segundo piso, el cual tenía una barra privada, algún que otro sofá de tela suave roja y una mesa redonda grande en el centro, la cual contaba con siete sillas. Tras que la vampira y los lobos se sentaron, el joven vampiro se acercó a la barra en busca de una botella de whisky, conocía perfectamente a su hermano y sabía que necesitaría un trago para bajar la noticia, se la colocó delante y luego depósito sobre aquella superficie de madera, cuatro vasos propios para esa bebida y los sirvió hasta un poco más de la mitad, no era propio de ellos perder la clase y servir los tragos en medidas incorrectas pero aquella era una situación excepcional. El golpazo de la puerta principal cerrándose había llamado la atención de todos, seguramente Catalina había llegado por lo que Amelia soltó un grito.

-¡Estamos arriba!

Pocos segundos después apareció el rostro inocente de la hermana menor, mientras que a su lado se encontraba el jefe de seguridad de la matriarca de la familia, todos volvieron a sonreír cuando la mas joven de la familia se acercó a darle un beso en la mejilla a cada uno y saludarlos con "es un gusto volver a verlos, los extrañé mucho". Con rapidez la mirada de Noah se clavó en el hombre que acompañaba a la joven vampira.

Los 7 de BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora