18 | KOOKV

Capítulo nueve

A la mañana siguiente sólo nos preparé desayuno para Seojun y yo, había decidido castigarlos sin desayuno; si eran lo suficiente maduros para tomar, lo son para hacerse su desayuno. Escuché reír a mi hijo menor al ver los rostros de los mellizos.

"Mamá." la voz de Yeonjun sonó atrás mío.

"¿Sí?"

"¿Y nuestro desayuno?" su voz suena temerosa, haciéndome sonreír.

"Debieron levantarse más temprano si querían desayunar. Ambos tienen dieciocho años, creo que cada uno puede prepararse su desayuno sin problema alguno." respondí. "Espero que ya estén listos, es hora de irnos, Seojun, ve por tu maleta."

"Sí, mami."

Me levanté de la mesa y dejé los platos en el lavaplatos. Sohee me miraba disgustada mientras salía de la casa, mientras que Yeonjun me miraba arrepentido. Me preguntaba cómo era posible que ambos fueran tan opuestos, no tenía sentido, aunque había llevado a ambos en mi vientre al mismo tiempo sus personalidades eran totalmente contradictorias. Seojun volvió corriendo y me pasó mi maleta con el arco.

"Vamos, Yeonjun, nos cogerá la tarde." apresuro y él asiente.

En el bus, le recuerdo brevemente a Seojun cómo llegar a la escuela, aunque él asiente y me dice que ya sabe me sigue preocupando que se pierda, aun así. Sohee me recordó que el otro año, Seojun empezaría a ir a la escuela y no al colegio.

"Crecen muy rápido." suspiro, viéndolo bajarse. "Todavía siento que fue ayer que ustedes nacieron.2

"Debes entender que ya somos grandes." murmura Sohee, rodando los ojos.

"Supongo que tienes razón, creía que aún eran mis bebés, pero veo que no." respondo.

El día escolar transcurrió rápido, dejé en claro que estaba un poco enfadado, por lo que Yeonjun no me insistió mucho y Eunjee lucía feliz por nuestro comportamiento. Jungkook tampoco pareció interesado en molestarme entre clases, cosa que agradecí, por lo que el día pasó volando más de lo esperado, para cuando acabaron las clases, estaba esperando en la entrada a mi hijo. Estaba ansioso por empezar, pero sabía que si no veía llegar a Seojun no me enfocaría lo suficiente. Descansé al verlo bajarse del autobús y caminar hacia mí, le sonreí cuando me vio.

"Pensé que te demorarías más." le dije, abrazándolo.

"No, me fui rápido antes de que la profesora me rogara por volver." suspira, "Ya, suéltame un poco, mamá."

"Lo siento, es que te extrañé mucho." murmuré; "Vamos, voy tarde."

Caminamos a pasos apresurados hasta el fondo de la escuela, llegué jadeando, pero le sonreí al maestro.

"Lo siento por la tardanza, prometo que no volverá a suceder." me excuso, descolgando mi arco.

"Que sea la última vez, Park." gruñe el maestro. "Bien, hazte en el medio de Hoseok y Seokjin, ambos son más pacientes que los demás, te pueden ayudar a acostumbrarte al arco, en un momento me acerco para... ¿quién es el niño?" me pregunta y yo dudo en qué decir.

"Mire, señor, simplemente me sentaré allá" Seojun señala unas bancas, "me pondré a leer algunos libros mientras él entrena, no se preocupe por mí."

"Me caes bien." responde el maestro y asiente, "Ve hacia allá entonces, muchacho. ¡RÁPIDO, PARK TAEHYUN!"

"Voy, lo siento." me disculpo, le paso mi maleta a Seojun y me quedo con el arco junto con las flechas. Me hago en medio de los dos chicos que me había mencionado el entrenador, aunque Seokjin era más alto que el chico pecoso, seguía siendo bajito a su lado.