König y tu <3

Parte 9

TN POV:

König se puso de pie y caminó hacia ella.
Ambos fueron al centro del campo, no estaba segura de lo que pasaría.

Hutch y Zero despejaron el área, luego se acercaron a la banca en la que estaba.

–Pobre chica con problemas de grandeza...-Hutch soltó una vez que se sentó a mi lado.

–¿Por qué dices eso?-Pregunté sin quitar la mirada de ambos.

König estaba de pie frente a ella, mientras ella se posicionaba y hacía ciertos calentamientos con los brazos.

–Vamos TN, ¿De verdad piensas que tiene oportunidad contra König?-Zero se unió.-Es más, hasta tú la destrozarías.

–Solo soy una novata...-Al decir aquello hubo un silencio.

Evelyn se abalanzó contra König golpeando su pecho con los puños, a lo que este bloqueó dándole un leve empujón.
Esta vez Evelyn intentó patearle pero König tomó su pierna jalándola con más fuerza haciéndola caer.

–Mira sus movimientos, son demasiado básicos.-Hutch negó con la cabeza con clara decepción.-Hay que enseñarle demasiado.

–No creo que sean los movimientos.-Zero apoyó su mano sobre el hombro de Hutch.-Creo que es demasiado lenta.

König ni siquiera se había movido de donde estaba, parecía un maniquí.
Evelyn aún en el suelo solo podía observarlo.

–Bueno... no hay mucho que ver aquí.-Horangi apareció de la nada.

Los chicos se pusieron a hablar entre ellos y me perdí de la conversación, seguía observando a König con Evelyn, ella insistía en ganarle.

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König POV:

–Solo tengo que encontrar tu punto débil.-Evelyn no paraba de hablar, su voz salía con dificultad al igual que su respiración.

–Basta...-Dije esperando que se detuviera, pero ella solo seguía lanzando golpes que por el agotamiento ni siquiera llegaban a mi.

La tomé por ambos brazos para detenerla, ella solo miró muy fijamente hacia mi.
Soltó su agarre y vi su mano dirigirse a mi capucha.
Me quedé helado.

–No te atrevas.-TN apareció.

Sentía la mano de Evelyn sujetando con fuerza mi capucha.

–¿Si no qué?-Ella sonrió dando por hecho su victoria.

Sentía como todo empezaba a moverse a mi alrededor.

–¿Qué le pasa?-La expresión de disgusto en el rostro de Evelyn hacia todo más difícil.

Sentía mis manos temblar y mi respiración...
¿Si quiera estaba respirando?
Cerré mis ojos con dificultad.

–Ya suéltalo.-TN intervino una vez más.

–Evelyn, suéltalo.-Horangi se acercó.

Todo giraba, solté la mano de Evelyn, pero ella no soltaba mi capucha.

–Ya fue suficiente.

Un golpe se escuchó dejando todo en silencio. No sentía el agarre pero si alguien caer sobre mis pies.

–TN... ¿Era necesario?

Mis ojos continuaban cerrados.
Sentía los pasos a mi alrededor.

–Llévenla a su cuarto.-Horangi ordenó.

–Lo siento, es que...-TN sonaba alterada.

–Conmigo no te disculpes.-Horangi respondió.-König, ¿Puedes oírme?

Abrí mis ojos, llevé mis manos a mi cabeza esperando sentir la capucha puesta. Tomé un gran respiro cuando la sentí allí.

–Si...

–Tienes que perdonarla... es nueva y ella no sabía que..-Lo detuve.

–No hay problema.-Dije seco.

Mi mirada se fue hacia TN, quien parecía arrepentida y preocupada.

–Gracias.-Apoyé mi mano en su hombro dando tres pequeños y suaves golpes.

–No fue nada...-Ella posó su mano sobre la mía.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Al prestar más atención pude notar la hinchazón en sus nudillos por el reciente golpe.

–Ven conmigo... vamos a curar eso.-Caminé con ella hasta unas mesillas donde se encontraba un pequeño botiquín.

–No es necesario König...

–Lo es.-Respondí sacando unas vendas del botiquín.

Tomé su mano, la cual tiritaba.

–Dolerá...-Dije refiriéndome al alcohol que debía echar sobre las heridas entre los nudillos.

–Solo hazlo.-Cerró sus ojos con fuerza mientras mordía su labio inferior.

Me quedé un momento observando su expresión, sentía un no sé qué cada vez que me fijaba en un nuevo detalle en su rostro.

Vertí un poco de alcohol en las heridas rápidamente y finalizando aquello comencé a vendarla.
Se había quejado un poco, pero por su expresión parecía bastante agradecida, tanto así que no era necesario que lo dijera.

–Linda...

–¿Qué?-Sus ojos se llenaron de curiosidad

–Listo...-Aclaré mi garganta.

–Oh, claro...-Sonrió dulcemente.-Gra—-

La interrumpí.

–Gracias a ti...

Aunque sabía que ella no podría verlo, sonreí...