RECOMENDACIÓN: LEER ESTE CAPITULO ESCUCHANDO LOVE IS A BITCH DE TWO FEET
2 de la mañana. Sebastián despierta completamente empapado en sudor sobre unas sabanas de seda que quedaron impregnadas de su perfume. Desaliñado. Fastidioso por su insomnio, se levantó con desgano dispuesto a ducharse.
Se dirigió al baño de su cuarto. Y contemplo por la ventana la luna llena iluminando los edificios.
La ciudad duerme y sus pensamientos despiertan hechos un bucle de palabras inconclusas.
Giró la canilla caliente y se metió a la ducha.
No puedo dejar de pensar en ella.
Se dijo a si mismo mientras apoyaba el brazo contra la pared, dejando caer las gotas de agua por su torso desnudo.
Su miembro latía fuerte y no podía controlar lo que estaba sintiendo.
Intento aliviar su sentimiento pero fue en vano. Sus manos no eran Victoria. Su deseo era mucho más fuerte de lo que imaginaba.
Tomo una toalla, se envolvió la cintura y camino hacia la cocina.
Descorchó un vino, sirvió en un copón y se dirigió al sillón.
Necesito ordenar mis sentimientos. Necesito controlarme.
Tomo su laptop y comenzó a teclear.
Esto... no es un simulacro. Estos son mis sanos y puros sentimientos hacia una persona que ni siquiera conozco.
Victoria...
No entiendo que sucede.
Ella. Con su camisa ajustada, utilizando los dos primeros botones desabrochados.
No es sexy. No insinúa nada. No llama la atención.
Con su piel blanca y tersa, fría, pálida. Sus pocas pecas y sus ganas desesperadas de huir.
Victoria es el reflejo de la inocencia y yo solo deseo arrancársela con los dientes.
Tomar de su cintura, envolviéndola en mis brazos. Arrancando su camisa con deseo.
Subiendo su cuerpo a la barra de la oficina, empujando mi cadera sobre la suya. Sorbiendo sus labios con desdén.
Y...
Basta.
Sebástian. Control.
Victoria.
Audaz. Increíble. Atareada y atolondrada. No es llamativa. Usa lentes color bordó, se quiere hacer la intelectual. Es tímida pero me responde con amargor.
Victoria.
Dulce. Con sus pequeños pechos redondos y su cintura de avispa.
Aún recuerdo el encuentro en el ascensor.
Su perfume frutal. Su cabello entre colorado y rubio. Sin definir. Tal como es ella.
Sus piernas sin broncear y sus medias oscuras por debajo de su falda.
Ajustando las curvas que nadie admiraría.
Su nariz casi tan cerca de la mía. Mis ganas de partirle la boca. Su corazón acelerado y una puerta que interrumpe los dos segundos que me separan de diferencia para que continué lo que mi mente imagino que ocurriría.
Basta.
Sebastián cerro la laptop con rabia. Tomo el ultimo sorbo de la última copa, culminando toda la botella.
Miró la luna por última vez.
Victoria... dijo suavemente.
Sonrió, cerró sus ojos y su cuerpo relajado descanso lo que restaba de la noche en el sillón.
YOU ARE READING
Aún bailo bajo la lluvia
Chick-LitVictoria es una mujer dulce y simpática de 33 años, comienza un nuevo capítulo en su vida al unirse a una prestigiosa editorial como escritora. En este intrigante entorno literario, se encuentra con Sebástian, un apuesto hombre de 47 años con una se...