Lo que digas hermosa.

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A la mañana siguiente

Me levante de buen humor, me sentía feliz, y claro que no tenía nada que ver con aquel extraño sueño erótico que había tenido, ¡NO! (Maldito seas Noah) Te crees muy astuto ¿verdad? la misma escena de ayer, pero completada con ideas locas de mi subconsciente.

Me levanté de la cama, ahora si no tenía escusa, iba a remodelar este lugar de una vez por todas, me metí a la ducha, decidida a iniciar mi día con el pie derecho, me di un baño para despertarme, esta vez opté por un atuendo más informal, y lo elegí con ropa que ya no usaba, por si la llegaba a arruinar con la pintura, tomé un short de mezclilla y una camisa negra que me quedaba bastante grande, y me puse mis tenis blancos.

Después me seque un poco el cabello y me lo deje suelto, mire el reloj eran las 9:40, decidí ir a la cocina y comer lo que había sobrado de ayer, y cuando termine tome mi bolso, donde ahora si estaba mi cartera y salí de la casa.

El resto del día me la pase buscando tonos que pudieran darle un estilo diferente, el apartamento ero solo blanco, jamás lo habíamos pintado pero algunas paredes ya estaban manchadas, Jack tenía mucho la maña de que, al recargarse en la pared, levantaba uno de sus pies y lo apoyaba en la blanca pared a causa de eso había bastantes huellas de sus tenis o lo que fuera que estuviera usando y eso le daba un mal aspecto al lugar, por más que lo regañaba no pude quitarle esa maña y siempre decíamos que algún día lo íbamos a pintar pero ese día nunca llego.

Suspire, realmente me es muy difícil poder olvidarlo, aunque siendo sincera lo que más tengo es una profunda preocupación, todo este tiempo eh pensado que me abandono, pero y si le paso algo, un accidente o algo por el estilo y esa sea la razón por la que no vuelve, y si fuera así que es lo que debería hacer, ¿reportarlo como desaparecido? entre más vueltas le doy al asunto menos puedo llegar a una solución.

Sea cual fuera el caso necesitaba pintar ese departamento, al final me decidí por un color Salmon, me lleve una cubeta grande esperando que con eso me fuera alcanzar para toda la sala, agregue un papel tapiz para la mesa y los muebles, era blanco con flores color Salmon, sentía que combinaba, tomé un rodillo, una brocha, cinta adhesiva uno nunca sabe cuándo la necesitara y unas cuantas lijas para remover la pintura vieja.

Camine a las cajas pague y salí del lugar, me pedí un taxi, afortunadamente se ofreció a ayudarme a subir las cosas, porque si era pesada la cubeta, estando dentro del carro saque mi teléfono, sin darme cuenta ya era la una de la tarde, el tiempo sí que pasa volando.

-Hola, ¿cómo has estado? te olvidas de mi :( -. Abrí los mensajes de Sandra, a pesar de todo era mi amiga y tenía razón ya no había hablado con ella desde la última vez.

-Me encuentro mejor-. Le contesté y de allí me salí a checar los estados, a ver qué novedades había.

De entre todas las historias hubo una que destacó ante mis ojos.

De entre todas las historias hubo una que destacó ante mis ojos

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¡¡¡QUE MIERDA!!!

Si, así como lo creen la historia era de Noah, maldita sea, estoy shock, que demonios, como de que hermosa, no somos nada como para que me llame así, y más aún como de que va a venir al rato, ¿qué es lo que quiere demostrar?, ¿qué demonios tiene en la cabeza? y ¿qué pedo con ese emoji?

Cálmate Kate, relájate, no, no, ¡¡NO!! Maldita sea, es que en verdad no me voy a poder deshacer de este tipo, enserio.

Abrí la conversación, no tenía más que 10 minutos que había estado en línea, y sin pensarlo dos veces le escribí.

-Escúchame bien, ni se te ocurra poner un maldito pie en mi casa, quédate con esa cosa, pero ya no quiero verte.

Es que parece que entre más le digo que se aleje más se esfuerza por estar allí, jodiéndome la vida.

-Llegamos señorita-. La voz del chofer me saco de mis pensamientos, saque mi monedero y le pague.

-Muchas gracias-.

- ¿Quiere que le ayude a llevar sus cosas?

-Si no es mucha molestia, me seria de mucha ayuda.

-No se preocupe, está muy pesado yo le ayudo-

-Muchas gracias-. Nos bajamos del carro, mi teléfono empezó a sonar estaba segura de que era Noah, no quiero ni leer la estúpida excusa que se habrá inventado, es que no lo soporto.

Le ayudé con el papel tapiz y lo dirigí hacia mi apartamento, le ofrecí una propina, al principio no quiso aceptarla, pero al final cedió y después se fue, vaya que había sido muy amable, abrí la puerta y entre, estaba muy cansada, pero sabía que si descansaba dejaría para mañana esto, y quería avanzar cuanto antes.

Me hice una coleta en el cabello y mire mi bolsa de repente una tremenda curiosidad me invadió, ¿qué es lo que me habrá dicho Noah?, tenía curiosidad, pero a la vez miedo, porque sabía que hacerlo cambiar de opinión era imposible.

Camine al sillón donde estaba mi bolsa y saque el celular, abrí su mensaje y solo decía.

-Lo que digas hermosa ❤-. ¿Era sarcasmo? porque no me la creo que así de fácil haya desistido.

- ¿Es sarcasmo? -.

-No-. Contesto al instante.

-Ya enserio Noah, por favor deja de molestarme.

-Soy una molestia para ti 🥺-

-Ya hemos hablado de esto, solo olvida que alguna vez me conociste.

-Sabes que no puedo hacer eso-. Aquí vamos otra vez.

-Noah ya, no te quiero ver aquí al rato, y esta es la última vez que hablamos-. Y sin decir más lo bloquee.

Puse música y arrojé mi teléfono al sillón, para después recorrerlo y evitar que se manchara, fui a la cocina por una bolsa y la partí a la mitad para colocarla en el suelo, no quería tener manchas de pintura en la loseta.

Ahora si tenía todo listo, la música me estaba relajando, y así mientras cantaba a todo pulmón mis canciones favoritas empecé a lijar la pared para quitar la pintura vieja.

Tiempo después

Miré hacia la ventana ya había oscurecido y aun no terminaba de lijar la pared, ya me sentía cansada y apenas llevaba la mitad, es más difícil de lo que creí, la bolsa de plástico del suelo estaba cubierta por la pintura seca que había quitado de la pared era bastante y eso que aún no terminaba.

Mis bracitos ya estaban cansados, pero no me quería ir a dormir sin antes terminar de quitar toda la pintura.

Camine a la cocina por algo de agua, me di un buen estirón y regresé a la sala.

-Mmm que hueva tengo-. Pero tengo que terminar esto, iba a comenzar a lijar la pared cuando escucho que tocan la puerta, no sabía que horas eran, pero lo más probable era que fuera Sandra.

Caminé a la puerta y la abrí.

-Maldita sea-.

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