ʀᴇǫᴜᴇsᴛ | ǫsᴍᴘ

🌻💫 Consuelo (Guapoduo)

Pedido de AO3

"I would like to request a guapoduo smut whit roier top and cellbit bottom, and like roier taking care of cellbit so like fluff and smut together. thank you"

Era difícil, era difícil no tener a su hijo cerca, no saber que hacer para recuperar a su pequeño niño, estaba agotado de perder lo que amaba y esta no era la excepción, no quería rendirse, no importaba que tuviera que sacrificar, menos si su sacrificio era horas de sueño en la gran cama de su castillo, junto a su hermoso esposo, no, no podía pensar en eso, no ahora.

"¡Gatinho!" se escuchó un grito en la entrada de la orden, la dulce voz de su esposo llamándole mientras fuertes pasos comenzaban a acercarse, dios, Cellbit sabía lo que se venía y en realidad no tenía tiempo para esto, sigilosamente se escondió bajo su escritorio, evitando cualquier confrontación con su adorado marido.

"Cellbit, se que estas aquí." Volvió a hablar Roier, erizando la piel de brasileño, quien se mantenía completamente en silencio, volviendo a escuchar esos pasos aún más cerca.

Esos ojos azules se mantenían vigilantes en la sombra de Roier, moviéndose delicadamente de lado a lado mientras escuchaba pequeños murmullos que podía entender con mucho esfuerzo, pequeñas palabras como "pinche gatinho" o "hijo de la chingada", enserio, como deseaba reírse ahora.

"Cellbit~" un pequeño canturreo fue lo último que se escuchó antes de sentir una gran mano jalando su camiseta, sacándolo de su escondite y cayendo en unos fuertes brazos que lo rodeaban con seguridad y calidez su cuerpo.

"¡Te tengo!" dice victoriosamente abrazando a su esposo, besándolo en las mejillas repetidas veces al ver la mirada de sorpresa de Cellbit, a veces sí que parecía un pequeño gatito.

"¡Suéltame, Guapito! Estoy cerca de descubrirlo..." a comparación de Roier, Cellbit era un poco más débil que este, tal vez por su falta de sueño o su pobre dieta basada en café, así que en momentos como estos era imposible salir del amoroso agarre del mexicano.

"¡No! Eso me dijiste hace 3 días, solo déjame encargarme, ¿sí?" dice Roier cargando con tanta facilidad a Cellbit, eso le gustaba al ojiazul, lo hacia sentir tan bien, seguro, amado.

Cuando sintió que fue soltado en un lugar suave y esponjoso, abrió los ojos inmediatamente, mirando como su esposo estaba al otro lado de la habitación quitándose su suéter de Spiderman, volteando nuevamente para mirar a su esposo nuevamente, sorprendido de verlo despierto.

"¿Gatinho? ¿pasa algo?" el mexicano se acercó y se acostó junto a su marido, acariciando su cabello para que pudiera relajarse nuevamente, mirándolo con dulzura.

"No te preocupes, guapito, solo... no te sentí cerca" Cellbit se acerca a Roier, recostando su rostro en el pecho del menor, obviamente mas tonificado, era cómodo, el pecho de Roier eran ese tipo de cosas que le encantaban al brasileño, esos suaves pectorales, una almohada en el mejor lugar favorito de este.

"No me volveré a alejar, calma" esas caricias seguían siendo proporcionadas en el cabello sedoso de Cellbit, acomodando ese mechón blanco detrás de su oreja, sus mejillas ligeramente sonrojada mirándose fijamente.

"Roier... ¿y si no vuelve?" una pequeña voz melancólica llega a los oídos del mexicano, volteando a mirarlo con dulzura y compresión, se sentía la presión, se sentía la preocupación, el abrazo se hizo más fuerte, ninguno supo que decir después de esto, Roier no sabía cómo actuar en estas situaciones, no era el ser mas positivo y se sentía incorrecto decirle mentiras a su gatinho, se acercó y beso delicadamente a su esposo, sacándolo de sus pensamientos negativos, mirándolo con tristeza.

"Yo... realmente no lo sé, tengo miedo, a veces no puedo evitar pensar en que no volverá, no volverán ninguno de ellos, Richarlyson, Leo, pero... yo sé que, pase lo que pase, estaremos juntos, hasta el final." Dice Roier, sonriendo a Cellbit, tomando su mano para besar el dorso de esta.

Cellbit suelta una pequeña risa y Roier toma esto como una buena señal, continuando con los besos por todo el brazo de su amado, ubicándose con comodidad y seguridad en el cuello de Cellbit, encima de su pequeño gatinho, entre esas tonificadas piernas, acariciando esos deliciosos muslos mientras besaba con cariño ese lienzo en blanco, su cuello, una tentación para un posesivo mexicano sobre él.

No tardo mucho para que esas pequeñas risitas y murmullos pasaran a ser jadeos y suspiros deseosos, las manos de Roier no se limitaron y cayeron no solo a esos muslos, que ahora estaban libres de su pantalón, sino también acariciaba la cintura bajo la camisa de Cellbit.

"Meu deus~" un pequeño gemido se escapó de los labios del brasileño, erizando la piel de ambos, fue suficiente un pequeño roce entre ambas entrepiernas por ambas partes, provocando un jadeo en Roier, eso fue adictivo.

Entre los gemidos que soltaba Cellbit al aire, suplicaba por más, se escuchaba a Roier halagando a su esposo, su caliente y sensual esposo brasileño, frotando su miembro entre las piernas de Cellbit, pero, quería más, deseaba y necesitaba más, negándose a presionar al ojiazul, seria paciente hasta que sus lindos labios rosas suplicaran por más.

Aunque esto paso más rápido de lo esperado, la boca del mexicano en la ingle del brasileño, chupando con deseo el muslo interno de Cellbit, quien no hacia mas que soltar ligeros gemidos tartamudeados, ojos en blanco y mejillas completamente ruborizadas, Cellbit realmente ya no podía pensar en su realidad, ser llenado del placer que le daba su adorado esposo era placentero, respirando con dificultad y gimiendo con tanto deseo y fervor.

"Que rico" logró decir Roier, dando una ligera palmada a ese carnoso muslo, provocando que el mayor arqueara su espalda e insultara entre gemidos.

"¿Más?" pregunto Roier, sabiendo la respuesta, sentándose a pequeños centímetros frente a la desnudez de Cellbit, el menor lamiendo sus labios mientras apreciaba la imagen desalineada del brasileño.

"Mais" afirmó Cellbit, inconsciente de su cambio de idioma, aunque no era muy difícil de entender para Roier, sonriendo, escupe ligeramente en sus dedos, alineando sus dedos en la entrada para meterlos levemente.

Toda la habitación principal de ese gran castillo se llenó de sonidos, gemidos de ambos, acompañados de choques de piel fuerte, rítmico y un poco húmedo. La impaciencia de Cellbit provocó que el proceso de preparación fuera un paso completamente ignorado, mientras lágrimas de placer se escapaban de los ojos del brasileño, sentir la gran y gruesa polla de Roier golpeando repetidas veces su próstata, era difícil, un poco abrumador pero tan delicioso, sentía que todo su estrés se iba con cada fuerte estocada, sumando que las grandes manos de Roier apretaban sus caderas, acelerando los movimientos, indicando la llegada del orgasmo de Roier; posiblemente esto no era muy diferente para Cellbit, levantando la cadera para sentir esto de forma más profunda, con Cellbit mordiéndose su labio y aferrándose a las mantas tan fuerte que parecía que las rasgaría.

Ambos gimieron de forma casi armónica, jadeando con dificultad, Roier rindiéndose sobre Cellbit, permitiendo a este abrazar a su esposo, acurrucándose en el cuello y oler ligeramente su aroma, adoraba hacer eso después de tener... intimidad, olía a suyo.

"Gracias, Guapito" dice Cellbit, acariciando el cabello castaño sobre su hombro, aunque unos minutos de silencio solo lo hizo dudar, fue simplemente el ronquido del mexicano lo que lo hizo reír y acurrucarse con su esposo, tal vez debería dormir también.

AHH!! mi primer pedio y escrito en mucho tiempo, como extrañaba esto.

Gracias por leer

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