Rojo Carmesí

Hoja #1

El color de sus ojos,
No sé por qué razón pienso en ellos,
Si es lo que más me duele haber perdido en este mundo sin sentido,
De hecho ya no sé por qué les escribo,
Me cansé de ocultarlo,
Aún te sigo esperando,
Y cuando la noche cae en su mítico silencio es cuando más quisiera que fuera irrumpida por el sonido de tus besos,
Pero, el color de sus ojos,
El color de sus malditos ojos me tiene a un paso de cometer imperdonable pecado,
Y una voz en mi cabeza me recuerda que ese es el precio de haberse enamorado,
Una fría brisa nocturna eriza mi piel,
Y yo sigo pensando en el color de tus ojos,
Temeroso de haberme olvidado de su tenaz brillo,
Empiezo a sudar frío tratando de recordar el último día en que esos ojos fueron míos,
Nada de esto tiene sentido dentro del concepto estático de lo que significa amar,
Y empiezo a sospechar que el amor es simplemente un juego que interpretamos mal,
O simplemente un juego en el cual es difícil ganar.

Lo olvidé,
Olvidé el brillo de sus ojos,
Mi respiración agitada, desesperada por encontrar respuesta al miedo de mi conclusión,
¿Cómo pude olvidarlo?,
Si cada segundo del día es lo que me ha mantenido vivo,
¿Soy acaso un ser macabro?,
¿O por qué he olvidado ese algo que me daba alivio?,
Sinceramente no lo se,
Quisiera verlos, ver de nuevo el color de tus ojos que una vez fueron el motor de mis ideas,
Quisiera sentir el calor de tu cuerpo sobre el mío sirviendome de abrigo,
Quiero verlos, ver tus ojos,
Aún no acepto haberlos perdido,
Mis dedos sangran al ver que no lograron su cometido,
No pude volver a ver el color de tus ojos porque un maldito montón de tierra y madera me niegan el paso a mi deseo de volver a verte,
Perdóname por aún no haber aceptado que ya no estás aquí, respirando conmigo.