Capítulo 8 (Amber?)

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Ya era viernes en la tarde. Me encontraba en mi habitación mirando por la ventana que daba al bosque. Observando como el viento movía los árboles de lado a lado y se me ocurrió ir allá. De seguro estaba ese chico. Llamé a Amber a ver si me acompañaba al bosque para buscar al chico vestido de negro. Con Cata no podría contar ya que hoy estaría ocupada asi que no se lo comenté.

Amber quedo en silencio varios segundos.

— Mía, no iré y tu tampoco. El bosque es peligroso no haz escuchado las historias que cuentan por el pueblo?. Tienes que estar obsesionada con ese chico, por que quieres encontrarlo, te debe algo, te robo? —preguntó. Claro que no le diría a Amber el porque quería encontrar al chico o al Mathew ese. Ella no entendería.

— Está bien Amber, es cierto lo que dices tienes razón. No iré al bosque es mejor quedarme aquí en casa —me reservé a decir.

Claro que no era lo mejor, pero yo tenía que ir al bosque. Soy de las chicas que no se rinde fácil.
Cuándo Amber colgó, fui corriendo a mi armario y saque un abrigo. Fui a la mesita de noche donde guardaba mi linterna. Me puse unas botas por si tenía que salir corriendo de nuevo como la otra vez y la verdad pensaba lo peor.
Esperé que mis padres y mi hermano se durmieran para salir. Cuando todas las luces se apagaron abrí mi puerta cuidadosamente mientras prendía la linterna que llevaba en mi mano derecha. Bajé las escaleras cuidadosamente pero escuché un sonido que provenía de la sala. Cuando apunté con la luz de la linterna al lugar de donde venía el sonido encontré allí a mi hermana y suspiré del susto.
Sofi es sonámbula así que de seguro por eso estaba despierta, apagué mi linterna me acerqué a ella y la cargué como pude. Subí las escaleras tambaleando intentando no caerme y no hacer ruido. Abrí la puerta de su habitación, la lleve hasta su cama y la acosté. Cerré la puerta detrás de mi y la verdad me sentía muy asustada. Baje las escaleras mientras volvía a encender mi linterna. Tuve que darle suaves golpecitos para que encendiera , la linterna ya estaba algo viejita así que aveces la luz parpadeaba. Tranquila Mía no pasara nada no es que te cagaras del miedo porque
ese lunático quizás te guinde de una de las ramas secas del bosque y probablemente te encuentren con cuervos sobre tu cuerpo
comiendo cada centímetro de el. Iba por todo el camino respirando fuerte como si estuviera a punto de dar a luz a un gran bebe. Inhala, exhala y así todo el camino. Llegue al bosque y suspiré fuerte antes de entrar en él. Con mi linterna encendida alumbraba a todas partes, no era como si la litera alumbrara mucho pero servía de algo. De momento empecé a sentirme mal como cuando Jay me esperaba fuera del baño y la peste a sangre era horrible así que supuse que Mathew estaba por allí.

— Mathew me escuchas, ese olor a sangre es horrible a quien mataste hoy? —. Siempre decía cosas estúpidas o al menos las pensaba. Temía que dijera algo como vete antes de que seas tu la próxima a quién mate. Sentí un frió que recorrió mi cuerpo entero y me quedé inmóvil. Asustada, no se por que baje mi linterna, sentí como rozaba su pecho contra mi espalda. Y de momento me arrebató la linterna de las manos con una agilidad  y la apretó entre sus dedos doblándola.

— Que inocente eres Mía. Que haces aquí, no puedes esperar a encontrarme en tus sueños? —.

negra también. Mathew parecía un asesino en serie y yo estaba temblando debajo de sus manos que apretaban sin compasión. Me arrincono contra un árbol con mucha fuerza y firmeza.

No, porque no puedo esperar para decirte que no puedes hacer que me quede dormida para entrar en mi maldito sueño, no puedes dormirme cuando un chico guapo va a besarme solo para decir que no lo bese — . Me gire a hacia él. — Además mira lo que hiciste — señalé la linterna en sus manos. — Como se supone que regrese a mi casa si no veo por donde voy? —. Con rapidez Mathew dejó caer la linterna al suelo y con sus dos manos apretó mi cuello haciendo que me faltara el aire. Me sentía ahogada y buscaba como respirar. Trataba de aruñar sus brazos para hacer que me soltara pero su ropa era tan gruesa que no lo lograba. Solo se veían sus ojos ya que este tapaba su nariz y boca con una tela color negra. Mathew parecía un asesino en serie y yo estaba temblando debajo de sus manos que apretaban sin compasión. Me arrincono contra un árbol con fuerza y firmeza.

— No se si pueda controlarme, por que haces esto mas difícil, por qué quieres besar a ese chico, sabes que yo no te lo permitiré cierto?, no puedes besarlo. Sus ojos estaban rojos y su piel muy fría, su voz era gruesa como un trueno. Se me escaparon unas cuantas lagrimas y cuando Mathew se dio cuenta rápidamente me soltó y sus ojos se tornaron grises. No sabía que significaba pero en ese momento la verdad no me interesaba de que color se tornaban sus malditos ojos de maldito loco, o que mierda significaba. Caí al suelo y tosí como si me hubieran sacado del agua. — Perdóname Mía por favor — . Mathew se arrodillo frente a mi, puso sus manos en la cabeza y la sacudió fuerte.

— Que mierdas te pasa, estas jodidamente, loco por que quieres matarme? — . Ahí entendí que había sido un error buscarlo.

— No yo no quiero... — suspiró y apretó los dientes. — Yo no quiero matarte lo que quiero es protegerte —. Ok debí de haberle echo caso a Amber, este loco me va a matar y le dará mis tripas a los gusanos del bosque y cogerá mis ojos de amuleto.

— Estas loco yo mejor me voy — . Me gire para irme pero se escucharon pasos corriendo cerca de donde estábamos. Rápidamente me levanté y me escondí detrás de la espalda de Mathew. Aun no tenía mucho aire así que respiraba un poco agitada. Mathew puso su mano derecha hacia el frente subiendo su dedo indice mientras cubría mi cintura con su mano izquierda.

— Mathew que es eso? — . No debí venir. Y hasta ahora lo pensaba. Porque tengo siempre que tomar las peores decisiones.

— Tranquila yo te protegeré con mi vida nada te pasará —dijo Mathew apretando más mi cintura. Lo que Mathew dijo me hizo poner mi confianza en él pero aun así sentía miedo.

—  No quiero morir —. Mis ojos vieron una silueta y la luz de la luna se puso a nuestro favor. Había un chico con los ojos rojo brillantes y sus colmillos fuera. Eran bastante filosos y por su boca chorreaba sangre. El chico se reía en nuestras caras. Apreté los hombros de Mathew y puse mi frente en su espalda.

— Es mejor que te alejes o si no te mataré—Mathew se notaba molesto, su voz era distinta y el frió que emanaba su mano traspasaba mi ropa al punto de que sentía que el frió me quemaba.

— Mátalo Mathew antes de que nos maten a nosotros —dije en voz baja.

—Eso no pasará —dijo seguro. Mathew me miro fijamente y sus ojos estaban amarillo brillante. No pude evitar abrir los míos al ver que el chico había dado un salto como si fuera un maldito conejo o un maldito cangooro, y lo hacia ver tan fácil. En ese momento vi como una bola verde de luz golpeaba al vampiro en el estómago. El vampiro cayó y sabía que no estaba muerto pero si inconsciente. Asustada mire de donde provenía la bola de luz y no podía creerlo.

— Amber? —.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora