Capítulo 43 ( El collar)

17 5 0
                                    

— Entonces te convenceré a ti y dejarás de matar a personas inocentes como lo estás haciendo —. No sabia por que me estaba poniendo tan nerviosa.

Bueno si, si lo sabia y era porque aun me derretia por el. Por que aún me moría de ganas de tenerlo así cerca, tan cerca que me daban ganas de besarlo, pero no que tonta eso no debía pasar. Ryan sonreía y yo extrañaba tanto cuando lo hacía así que lo bese.

Que haces estupida débil.

— Así podrías convencerme —. El sonrió de nuevo y sus ojos brillaban como si nunca hubiera pasado lo que me dolía tanto. Hasta que hablo nuevamente. — Pero no me convencerás —. No seas tonta Mía no creo que puedas con esto, sus ojos ya no eran verdes sino negros, negros igual que el carbón.

— Somos temerosos de lo que nos hace diferentes, tienes miedo a fallar —dijo.

— No digas idioteces. Tu mejor que nadie sabe que no tengo miedo Mathew —dije.

— Hasta que al fin te distes cuenta de que Ryan ya no esta, bravo. Te aplaudiría pero no lo haré porque no me da la gana. Tu no entiendes nosotros necesitamos sangre como otros necesitan alcohol Jay te dijo que tendrías que convertirte en vampiresa algún día sino morirás y solo ese día entenderas todo —.

— No tengo miedo a ser vampiresa y no se cuando eso podrá o tendrá que pasar. Pero de lo único que estoy segura es de que no me convertiré en la basura que te has convertido tú —. Cada parte del cuerpo de Mathew comenzó a ponerse dura lo se porque comenzó a sonar como si un hielo se estillara. El se acercó y me tomó del cuello.

— Tu no me conoces Mía —. Sus manos heladas estaban quemando mi cuello.

— Te conozco mejor de lo que nadie podría conocerte incluso de lo que tu mismo te conoces —. Sus ojos estaban entre negro y rojo. Su furia estaba creciendo pero algo no lo dejaba apretar mas. — Veo en tus ojos que aún me amas —.

— Amar es destruir, quieres que te ame? ok, te destruire lentamente — Mathew besó lento mis labios. Parecía un sueño. Luego solo sentí alivio en mi cuello y como el aire entraba a mi cuerpo con dificultad. El se había ido.

— Estás bien? —. Amber estaba recostada de un árbol mirando como respiraba. — No podrás con el si quieres hacer las cosas sin un plan, el esta irreconocible —.

— Se firme como una torre cuya cuspide no se doblega jamas al mal tiempo, eso soy yo —.

— Aaauu —. Se escuchó un aullido y es que eso no estaba pensado. Era un aullido de dolor, era noche de luna llena y por las montañas se escuchaban los huesos de Steven aún estando transformado en lobo el dolor de esa noche no desaparecía.

— Tenemos que escondernos Mía. El nos encontrara y en luna llena los lobos no tienen familia, sabes a lo que me refiero —. Sabía lo que ella decía pero yo no lo quería dejar por ahí abandonado a su suerte con tanto cazador queriendo matarnos. Por ellos es que este lugar existe, ese día que los cazadores mataron al
Rey lobo.

— Lo entiendo pero hay muchos cazadores Amber no podemos dejarlo solo —. Amber se dio con la palma de su mano en la frente y tomó una cuchilla de su capa.

— Bien cuidemoslo de cerca —. Mientras los chicos hacían no se que yo y Amber nos quedamos velando a Steven que al parecer estaba muy furioso. Vimos como unos cuantos cazadores se acercaron y no duraron mucho con vida.

— Auch— .Sentí que algo se enterro en mi piel. Era un padezo de rama que el viento tiro hacía mi y Steven se dio cuenta de que estabamos allí y venía oliendo el suelo hasta llegar a nosotras. Se paró justamente frente a nosotras y tenía su hocico casi pegado a mi cara pero no nos vio.

— No nos vio, que raro —. Nos giramos y Miller estaba con las manos extendidas hacia nosotras. Amber sonrío y yo gatee hasta el y lo abracé.

— Demasiado amor niña un simple gracias hubiera bastado —. Sonreí esta vez mas fuerte, bueno era la satisfacción de que ya lo había convencido a el.

Esa noche la pasamos en una cueva velando a Steven. Cuando amaneció Steven estaba en la nieve sin ropa, rápido cubrí mis ojos cosa que Amber no hizo. Quité la capucha que Nicko me habia dado en la noche y se la di a Axel para que lo cubriera. Regresamos al instituto, yo al laboratorio como era de esperarse.

— En la noche vendré a ver como estás y a idear un plan —dijo Miller.

— Gracias — . Miller ya se iba y sabía que con el se iba un pedazo de Nicko. — Resultaste de buen corazón —. Tomé su mano y sonreí.

— Niña no puedes confiar en un vampiro jamás. Pero supongo que todos tenemos algo que nos ablanda —dijo Miller.

— Eso fue Nicko verdad? —pregunté. Miller soltó mi mano.

— Nunca dije que fuera tu hermano quien lo hizo. Pero si te digo, tu tienes el don de ablandar a cualquiera. Antes me preguntaba porque Ryan estaba tan enamorado y ya entiendo por que —. Dando media vuelta abandono la habitación del laboratorio. Kenai y Jay entraron al laboratorio por que los escuche reír y tocaron a la puerta de mi habitación.

Toc toc

— Quien es? — grite. La puerta se abrio y Oh my...

Kenai y Jay se veían muy graciosos. Solo espera que esto no fuera un sueño.

— Taraaann —. Se veían muy felices.

— Que es esto? — pregunté. Jay y Kenai estaban vestidos de payasos.

— Somos tu alegria de hoy —dijo Jay apuntando hacia su nariz roja.

— Vaya alegría. Se están avergonzando ustedes mismos pero me encanta. Esto se lleva todas mis preocupaciones la verdad —sonreí y me acomodé en la camilla.

— Que bueno señorita por que morirás de la risa —. Jay fulminó con la mirada a Kenai.

— No te precupes moriré feliz —reía mientras miraba a Jay.

— Mía. Wow que rayos pasa aquí —. Axel preguntó y Kenai se encogió de hombros y se veía tan gracioso haciendolo así vestido.

— Estamos trayendo felicidad a mi chiquita — dijo Jay. Axel tenía la boca entre abierta. Tu no sabes que es eso ya que te la pasas de amargado siempre —. Axel comenzó a reír y en ese momento entro Nickolas.

— Awwe payasos—. Gritaron haciendo que Kenai se tapara los oídos.

— Catalina! —. Ella se acercó, me abrazó y me besó en la frente.

— Es increíble que la visita de Catalina la halla emocionado más que nosotros vestidos de payasos —. Todos rieron.

— Mía esto estaba en la puerta dice que es para ti — dijo Nicko. Era una caja pequeña.

— Que es? —pregunté.

— No se, no la abrí —. Nickolas hizo una mueca con la boca a la que estaba ya acostumbrada ver. Nicko me paso la caja y la abri. Adentro habia un collar con una perla color plata y una nota que decia. Donde quiera que estes ahi estare yo, nunca estaras sola.

El chico vestido de negro { 1 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora