14.- Frustrar un Atentado Especial (2/6)

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Así que terminamos yendo a la misión de Nix. No iba a ser nada difícil, es más, no teníamos que infiltrarnos a ningún lugar, solo teníamos que atender un desfile militar seguido de una seguidilla de discursos de gente importante. Nuestro trabajo consistía en ayudar a los equipos de seguridad a mantener los puntos altos sin asesinos. Bueno, supongo que lidiar con asesinos podía ser peligroso, pero mi señor Nix no iba a dejar que nada nos pasara.

Durante la semana practiqué mi paso mudo todo lo que pude. La postura y distribución de mi peso no resultó ser tan difícil, pero usar las animitas de mi alma para pisar con el ritmo correcto me descolocaba completamente.

Antes de que me diera cuenta, el día de la misión me pilló. Me junté con mi señor Nix y Serva en la entrada de la academia.

-¿Cómo les va? ¿Están listas para su nueva misión?- no saludó.

-¡Síiiiii!- exclamé con entusiasmo.

Serva se cruzó de brazos como si no le importara.

-Antes de eso ¿Nos vas a decir por qué te interesa esta misión con nosotras?- inquirió ella- si es por dinero como esa silencio, me voy.

-¿Otra silencio?

-¡Serva, no es de buena educación andar comentando los problemas de los demás!- alegué.

-Me da lo mismo, debería agradecerme por no abandonarla- alegó ella.

Nix nos miró algo confundido, así que le expliqué la razón de que María nos hubiera llevado a ambas durante la misión anterior.

-Vaya, qué lástima- dijo al fin- pero no, no es por dinero, es para complementar su entrenamiento. No sé ustedes, pero cada vez que yo aprendía algo nuevo sobre animatecnia, me gustaba ir en una misión para aplicarlo y ver si era útil. Como ya les comenté, en esta ocasión buscaremos asesinos escondidos en lugares altos, cerca del desfile ¿Cuál es nuestra mejor técnica para buscar cosas?

Entonces entendí a qué se refería.

-¡¿Quieres que usemos nuestra Nube?!- exclamé.

-Así es.

-¿Y de qué nos serviría?- alegó Serva- el radio de nuestros campos de animitas no es más grande que un brazo. Tendremos más suerte si usamos binoculares o radares de calor.

-Porque no quiero que usen solo las animitas de su alma- nos indicó- quiero que combinen la capacidad de su alma con la de su múnima, vean hasta dónde pueden llegar.

-¡¿Combinarlas?!- exclamé.

Se oía tan simple y, sin embargo, nunca me había atrevido a pensar en la posibilidad.

-Aun así, esto es una misión. Recuerden que la prioridad es volver sanas y salvas. Si no se ven cómodas usando su propia alma frente a un enemigo, siéntanse libres de luchar como lo han hecho hasta ahora. Cuando lleguemos allá les mostraré el área que debemos cubrir ¿Alguna pregunta?

A mí no se me ocurrió ninguna, Serva tampoco objetó. Listos, partimos a equiparnos.

El desfile tomaría lugar en Ghestrara, una ciudad importante de Arfara. Sentía que últimamente iba mucho a ese país, pero me agradaba. Era lindo y lleno de gente y cultura y mucha comida exquisita.

Apenas salimos del puente por el lado de Nudo, fuimos a explorar la zona en donde se llevaría a cabo la parada militar. Se trataba de uno de los cruces más concurridos de toda la ciudad, con calles de dos pistas por ambos lados y altos edificios construidos hacía siglos, incluso milenios. Faltaban horas para la parada, pero aun así había mucha gente preparando todo. Las calles alrededor estaban cerradas y en el cielo no se veía ni un pájaro.

La Helada Garra de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora