𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 | 𝑴𝒂𝒍𝒌𝒐𝒄𝒐𝒈𝒍𝒖 𝑩𝒂𝒍𝒊 𝑩𝒆𝒚 | TERMINADA

𝕮𝖔𝖗𝖙𝖊𝖓 𝖘𝖚 𝕮𝖆𝖇𝖊𝖟𝖆

— No esté nerviosa sultana.

— No lo estoy Esma.. — un suspiro sale de sus labios — siento que debí vestirme apropiadamente.

— Usted es hermosa sultana, póngase lo que se ponga.

— Y si mi padre..

— El Sultán aguarda por su hija, no le importara que traiga puesto.

La hermosa sultana la cual había decidido volver al palacio de su padre, ese día los nervios le fallaron, después de tantos años volvería con su familia.

Esa familia que dejo en los jardines, por la que lloro por muchas semanas, anhelaba ver a sus hermanos, a su hermana la que era su mejor amiga, la que guardaba su secreto, al bello Cihangir que era tan pequeño cuando lo dejó.

A su primer hermano quien se había marchado tiempo antes por pedido del Sultán, ya hacia meses que no lo veía.

Algunos gritos se oían a lo lejos, victoriaban el nombre de la sultana, los gritos por su sultana, la sultana del día y de la noche como era conocida o como los bajos lugares le habían puesto, la sultana de la vida y de la muerte. Apelativo que a la sultana no le desagradaba.

— ¿Ya llegamos?

— No, pero ya tenemos a la escolta real. — su confiable amiga informa lo que ve por los pequeños orificios del carruaje. La sultana quien tenía ya una idea de quien era se asoma para confirmar sus sospechas.

Una armada de hombres sobre sus caballos se acomodaban a los lados del carruaje resguardando a la única mujer importante dentro de el.

Su atención es llamada por el apuesto hombre que los lideraba, la expresión de batalla y seriedad en su rostro no cambiaba.

El camino al palacio de Topkapı se volvía más corto, los grandes árboles que lograban que cierta hermosa mujer recordaba su estadía ahí.

Al entrar al palacio los guardias seden su espalda ante el carruaje, pues sus ojos no eran suficiente dignos para mirar a las mujeres del Sultán y de la dinastía, estaban prohibidas.

— Ya estamos en casa Esma.

Con una amena sonrisa la sultana se apresura a bajar sin esperar que alguien aleje las cortinas por ella, ver el palacio donde creció y se carcajeo, la nostalgia de haberlo dejado era inmensa.

Sus criadas quienes se ponen frente a ella sobre todo Esma quien sería la encargada de guiarla hacia su padre junto a Malkocoglu espera su señal para continuar.

— Sultana Raziye. — el hombre encargado de su seguridad se inclina ante ellas sin mirarlas del todo — Guiare su camino hacia su majestad el Sultán.

Con la aprobación de la sultana, Esma asiente para mirar al hombre.

— Continúe por favor.

— Por aquí sultana.

Las lleva escoltada al grupo de mujeres las que admiraban el palacio, era muy hermoso para quienes solo habían oído de el, pero eran un baúl de recuerdos para su sultana.

Cada rincón de aquel palacio tenía un recuerdo en su corazón, la pileta con la que jugaba horas con su segundo hermano o tal vez los jardines en los que cortaban las más hermosas flores con su pequeña hermana solo porque la única belleza en ese palacio provenía de ellas.

Las discusiones de sus hermanos, Selim y Bayaceto por cualquier motivo absurdo, los pasos escurridizos de Cihangir al esconderse cuando jugaban. Las tardes que se escapaba de su madre para pasar algunas horas con Hurren por el pequeño bosque.