𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 9: 𝑪𝒍𝒂𝒔𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒅𝒐 𝑴 | 𝑺𝒉𝒊𝒅𝒐𝒖𝑺𝒂𝒈𝒊 | 𝑫𝒊𝒏á𝒎𝒊𝒄𝒂 𝒅𝒆 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓

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Shidou siempre había prosperado en el control, disfrutando de la emoción del poder que venía con ser el Alfa.

No quería ser un líder, sino alguien cuyas órdenes se cumplieran sin cuestionamientos, y que nunca tuviera que doblegarse a los caprichos de otro. Su visión del mundo estaba firmemente arraigada en una filosofía de "el más fuerte es el derecho", una jerarquía forjada en el fuego y el acero.

Su aceptación de la violencia no nació de una intención maliciosa, sino que fue un reflejo de su creencia de que el mundo funcionaba a través de la ley de la supervivencia.

Pero entonces, lo conoció.

Isagi Yoichi.

Isagi era una anomalía en el mundo de Shidou. El chico de ojos azules era una contradicción viviente con la norma del mundo, un Omega que no dudaba en comandar y desafiar a un Alfa. Su espíritu era vibrante, impertérrito ante las limitaciones convencionales de su sociedad, empujando los límites con una audacia audaz que tomó a Shidou con la guardia baja.

Los ojos azules de Isagi sostenían un mundo de desafío, una determinación inquebrantable que se atrevió a enfrentarse a las reglas de Shidou. Era inflexible, su espíritu tenía un poder que era raro para un Omega. Su audacia intrigó a Shidou, un marcado contraste con su autoridad, por lo demás indiscutible.

Había un encanto desconocido en la resistencia del Omega. Desafió los ideales de Shidou, obligando al Alfa a contar con el poder de un Omega. No se trataba de fuerza física, sino de una cautivadora resolución interior que Isagi llevaba con una confianza inquebrantable. La dinámica habitual cambió y, por primera vez, Shidou se encontró contemplando la idea de renunciar a un grado de su poder.

Su propia naturaleza le llamaba a ejercer su dominio, a mantener el equilibrio al que estaba tan acostumbrado. Pero la presencia de Isagi provocó un profundo cambio en su interior. Sus instintos estaban en conflicto, atrapado entre el deseo de dominar y un impulso inusual de ceder ante este resistente Omega.

Shidou se encontró fascinado por Isagi, cautivado por la audacia inquebrantable del niño. Había una emoción en esta excepción, un cambio del ritmo familiar de su vida. Y para Isagi, Shidou estaba dispuesto a doblar sus rígidas reglas. No porque el Omega necesitara su misericordia, sino porque el Alfa vio una belleza en esta danza poco ortodoxa de poder.

Desafiando las normas, el Alfa se encontró redefiniendo sus propias creencias. Era un reto, una prueba de su propia naturaleza dominante. Sin embargo, fue un reto que aceptó de buena gana, atraído por el encanto de explorar territorios desconocidos.

Al final, Shidou comenzó a entender que el verdadero poder no solo residía en el dominio, sino también en la capacidad de adaptarse y cambiar. Y tal vez, solo tal vez, necesitaba el desafío de Isagi más de lo que nunca se dio cuenta. Su visión del mundo estaba cambiando, y en su núcleo, estaba este audaz Omega, remodelando la comprensión del Alfa sobre el poder y el control.

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𝒜𝓃𝓉𝑜𝓁𝑜𝑔í𝒶 𝒹𝑒 𝓊𝓃 𝑒𝑔𝑜í𝓈𝓉𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora