¿𝓔𝓷 𝓿𝓮𝓻𝓭𝓪𝓭 𝓶𝓮 𝓪𝓶𝓪𝓼?

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Copia se había estado lamentando en soledad a causa de sus sentimientos

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Copia se había estado lamentando en soledad a causa de sus sentimientos. Experimentando en cierta medida asco de sí mismo.
Eso lo llevó a excluirse pasando la mayoría del tiempo encerrado en su oficina, guardando en lo más profundo de su existencia ese secreto oscuro que le carcomía el alma.
Y no era para menos. Un hombre maduro, hecho y derecho, instruido únicamente para gobernar. Con la voluntad de millones de sus fieles en sus manos, comenzó a sentir amor. Pero no el de esa típica obsesión pasajera que quizás le surgía por alguna hermana del pecado, la cual visitaba por un tiempo hasta que saciaba sus necesidades volviendo a su rutina normal. Esto era diferente.

Emeritus IV se había enamorado. En un puesto donde no tenía tiempo para el amor serio, en una etapa donde su mayor preocupación era la de dejar una huella en los corazones de su familia y seguidores. Haciendo todo lo posible por complacer al alto clero.
Papa sintió su corazón dar un vuelco en el instante en que la vió, un día como cualquier otro mientras se desplazaba entre los pasillos del ministerio.
Había aparecido junto al nuevo séquito de recién llegados. Novatos que serían instruidos con los conocimientos y doctrinas básicas de las oscuridades eternas. El hecho de que fuera una inexperta no fue el problema, el inconveniente llegó cuando se percató de que entre las edades había una distancia abismal. Es decir, ella tenía veinticuatro, ya no era una niña. Aunque en comparación a él, un hombre de cincuenta y tres. ¿Cómo era posible? Intentó hallarle una explicación lógica a su repentina fijación, una razón de por qué no lograba borrarla de su cabeza: Si fue su sonrisa, su pelo, sus labios o incluso su cuerpo. El cuál se castigaba cada que se atrevía a apreciar aunque sea por unos segundos.

Pasado el tiempo necesario y uego de un periodo de preparación los jóvenes finalmente conocieron al papa.
Sus sermones y misas formaban parte cotidiana de su itinerario habitual.
¿Cómo escaparle a ese sentir si la cruzaba prácticamente en todas partes?
O eso es lo que él creía. Quizás inconscientemente la buscaba. La mayoría de las veces coincidían en la biblioteca o la capilla. Ella fascinada con su buena compañía, ¿Cómo sería capaz de admitir que no la veía con ojos de discípula si no de amante?
Sus ojos de dos tonos con tintes negros a su alrededor se reflejaban en el espejo todas las mañanas suplicando al señor de las tinieblas por respuestas. ¿Por qué ella y no alguna hermana mucho más cercana a él?
¿Por qué esa joven? ¿Que tenía de diferente a las demás?
Le tomó meses entenderlo o notarlo, hasta que finalmente fue consciente de ello.

Era por su forma de interactuar.
La aprendiz no hablaba con Emeritus IV, se expresaba con Copia. Cada vez que se quedaba en la biblioteca estudiando hasta tarde y se encontraba con su superior que aún en esas horas seguía con sus labores.
Esa forma de mirarlo, amigable, sin temor, aunque también sin obsesión. Era simplemente ella hablando de igual a igual. Como si tratara con una amiga.
Eso fue lo que lo cautivó. Sus superiores lo trataban como un tonto y sus súbditos como una eminencia, enalteciendo su nombre por demás y haciendo que sus espectativas lo sofoquen hasta dejarlo sin respirar. En cualquiera de los dos ámbitos, Copia se sentía insuficiente.
Pero con esa jóven, eso se eliminó por completo, no necesitaba aparentar nada, por supuesto el respeto ante su papa estaba instaurado en ella, pero no era exagerado. Lo hacía ver todo tan simple que hacía sentir al hombre libre. Deseaba y necesitaba estar a su lado el mayor tiempo posible, y eso lo estaba matando por dentro.
Que esa mujer fuera la luz de sus ojos lo destrozaba, por qué no debía ser así.
La chica tenía un futuro brillante por delante como hermana del pecado, no quería ni debía arruinar su paz con problemas de un viejo internamente amargado necesitado de afecto.
Saltarian ya había dado varios indicios de que lo quería fuera del juego, quitarlo de su mandato. Ese factor también desencadenaba tensión aún cuando estaba seguro de tener el respaldo de Sister Imperator.

Vísperas de una nueva impERA [One-shots of Ghost]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora