Vísperas de una nueva impERA [One-shots of Ghost]

𝕯𝖗𝖆𝕮𝖔𝖕𝖎𝖆

[Advertencia de horno vampiro/+18⚠️]

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Te encuentras sola en la habitación de la mansión de aquel vampiro, se suponía que solo sería una noche pero algo te hizo quedarte más de la cuenta. Y sabes muy bien quién es el culpable. Su esencia recorre su psiquis y piensas en él, en Copia, no puedes evitarlo. Te ha cautivado su forma de ser, de tratarte, de cuidarte. Su forma de mirarte con esos ojos que son un sueño, su cuerpo tonificado por naturaleza, sus manos que te recargan con facilidad, su pelo suave como la más fina tela y sus piernas... Por Satanás tu mente viaja y es un revoltijo.

Como desearías tenerlo, sentirlo, adorarlo.

Lentamente tu calor crece, una sensación inequívoca en ese punto específico un poco más abajo de tu vientre que suplica ser atendida. Entonces procedes a hacerlo. Primeramente tocas tu estómago, suaves caricias de duda se gestan mientras vas bajando un centímetro a la vez, con cautela y sin prisas. Poco a poco hasta llegar al lugar indicado, tu mano curiosa se adentra en el pijama corriendo la tela que te cubre hasta un poco antes de las rodillas, te sientes húmeda, lista para él. Oh... cómo desearías que estuviera aquí, respiraste pesadamente iniciando con los pequeños movimientos. Suspiras, un gemido corto se escapa de tus labios centrando tu atención en imaginarlo. No es difícil hacerlo, tu mente repleta de Copia te endulza y envuelve en su cautividad.

-Mierda Copia... -ruges con intensidad. No te explicas cómo es que ese hombre te domina tanto en pensamiento, incluso te molesta. Te molesta aceptar que un ser como él despertó tan bajos instintos sin siquiera esforzarse.

Si estuviera allí, le enseñarías sin dudarlo las consecuencias de esa provocación... Si estuviera. ¿Y si está?

Te encontraste lo suficientemente concentrada como para notar la peculiar presencia en el cuarto, unos ojos brillantes que te observan con notable orgullo. Uno de cada color fijo en tu tarea pecaminosa. El blanco brillaba mientras que el rojo se llenaba de tu imagen.
Ajena al intruso continuabas tu travesura encandilando tu psiquis haya que sientes un sonido proveniente de la oscuridad, algo se ha caído. Nunca supiste a ciencia cierta si Copia lo hizo adrede o solo fue un mero accidente proveniente de su torpeza.

El susto provocó que levantes la mirada cubriendo inmediatamente cuerpo con una manta mientras intentabas diferenciar algo en la penumbra. Y luego lo ves, parado muy cerca de la cama. No sabes que decir, o qué hacer. Deberías estar molesta. ¿Cómo se atreve a invadir la privacidad de esta manera? Pero nada sale de tus labios, ni un reproche, ni un saludo. Solo una expresión de confusión mientras te quedas petrificada, ambos se miran, acompañados de segundos de silencio.

-Mia Dolce -dice Copia, sin saber realmente qué excusa pondrá está vez.

Lo miras sería, lo hizo de nuevo. Leyó tu mente y en cuanto vio las obscenidades que había allí no logró resistirse. No sabes si dejar que el enojo natural que paso fugaz florezca, es obvio que es una invasión enorme a la privacidad pero... desde allí, con el rostro parcialmente cubierto por negrura, en cierta parte se ve... encantador.