20. El perfume de tu piel

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Pareja: Azz x Iruma 


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La primera vez que conoció a Iruma fue en un baile de máscaras que se hacía anualmente.

Entre aquella multitud percibió un aroma dulce que llamó su atención.

En un principio no entendía por qué le llamaba aquel olor, hasta que sus ojos se cruzaron.

Azz jamás creyó que jamás lo volvería a ver hasta que percibió su olor nuevamente en la ceremonia de ingreso.

El demonio no comprendía por qué le encantaba el olor que emanaba su amigo.

Siempre que estaba cerca de él trataba de aspirar tan exquisito olor.

Tras un largo tiempo de darle vueltas al asunto, llegó a la conclusión de que era su destinado, que esa era la única forma en la que podía describir el motivo por el cual estaba tan maravillado.

—Iruma sama, perdone mi osadía, ¿por qué huele tan bien?

Ante la pregunta del demonio, Iruma se petrifico.

«acaso lo habían descubierto» pensó con temor

—debe ser mi perfume—responde

Ante la respuesta de su amigo, decide ir a buscar aquel perfume, sin embargo, no encuentra un olor tan peculiar por ningún lado.

Mientras su ahora novio le cuenta uno de sus mayores secretos comienza a atar cabos.

Alice recuerda la vez que el profesor Blam, se encontraba explicando en su clase de seres mitológicos sobre los humanos.

—Los humanos tienen un olor peculiar, entre ellos no pueden percibirlo ya que tiene menos sentido del olfato a diferencia de nosotros, que podemos detectar si huelen a cítricos o fresas.

Azz nota que su novio da un sobresalto cuando el profesor menciona la última frase.

—¿Estás bien Iruma Sama? ¿te sientes mal?

—estoy bien, solo que me dio hambre cuando dijo fresas.

Ahora todo tenía sentido para el demonio, no solo era porque era su destinado si no porque era un humano, ya que, según las leyendas para el olor de un ser mitológico como el humano, era un olor tan exquisito.

—ahora entiendo por qué siempre tu olor me ha encantado.

—¿A qué te refieres Azz kun?

—me encanta tu olor a fresa.

El humano entra en pánico al escuchar que su pareja podía percibir su perfume de humano, como lo llamó su profesor de criaturas mitológicas.

—¿acaso el perfume que me dio Opera para ocultar mi olor ya no sirve?

—no te asustes, yo soy el único que puede detectar con facilidad el perfume de tu piel.

Azz se acerca a su pareja para aspirar el delicioso aroma que emanaba su pareja.

Iruma se tranquiliza al recordar que, en el inframundo, las parejas destinadas se encontraban cuando percibían el olor del otro.

A pesar de ser un humano detectaba de manera tenue el aroma a rosas de su amado.

El de ojos azules hizo lo mismo y acercó a su nariz para percibir el aroma de su pareja ya que también le encantaba ya que lo hacía sentir seguro.

Tras un rato de estar abrazados se separaron.

—debemos irnos Iruma sama tenemos clases con Kalego.

—¡si!

Azz extendió su mano hacia su amado para ayudarlo a levantarse del pasto en el que se encontraban minutos atrás, para luego dirigirse a su salón tomados de la mano. 

Días de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora