-Holaaaaa amigooo.-
-¿Qué pasa?-
-Quiero saber cómo estás.-
-Enfadado contigo, pero bien.-
-Oh, vamos Harry. Fue un detalle que olvidé decirte, no te preocupes tanto.-
-¿Que no me preocupe? ¿Me estás hablando en serio? ¿AUDICIONASTE PARA THE X FACTOR Y 'FUE UN DETALLE QUE OLVIDASTE DECIRME'?- exclamó Harry elevando la voz.
-Harry, lo importante es que pasamos a la siguiente ronda y lo mejor, ESTAMOS EN LA MISMA BANDAAAA!- gritó Zayn por el otro lado del teléfono.
-Eso está bien, pero ¿Podrías por lo menos haber avisado que habías audicionado, no?-
-Sí, tienes razón Harry, disculpa. Es que te vi tan feliz y entusiasmado y pensé 'por qué no audicionar' y bueno eso es lo que hice. En serio perdón amigo, nunca más te ocultaré cosas.-
-Gracias por comprender, te quiero negro, pero ya me tengo que ir porque la profesora me está mirando con muchas ganas de sacarme el celular. Hasta luego, cuídate.-
-No hay problema, nos vemos después.-
Así, Harry, dio por finalizada la llamada con su mejor amigo, ya que éste le había interrumpido en mitad de la clase y seguramente la profesora le ponga una mala marca en su cuaderno.
Al entrar al salón, vio a Cindy sentada al lado de su lugar revisando sus cosas. Disimuladamente, el rizado, se puso detrás de ella y logró asustarla. La chica soltó todo lo que tenía en sus manos y pegó un grito de puta madre que hizo que todo el salón dirija su atención a ellos dos.
Un poco sonrojado, el rizado trató de separar a la chica de su lado, pero le resultó imposible ya que ella lo estrujaba demasiado fuerte.
-Styles, Noudik, ya me colmaron la paciencia. Al final de la clase quiero que los dos se queden para que pueda darles tarea extra.- Sentenció la profesora a la vez que Harry se lamentaba por haberla asustado.
-Lamento decirle que yo no me puedo quedar, debo estar en mi casa para cuidarla, ya que no hay nadie allí. -Avisó Cindy, pero poco le importó eso al profesor ya que dio otra sugerencia. –Entonces, Styles, vas a tener que ir a casa de Noudik para terminar la tarea extra.-
En ese preciso momento, Harry estaba que explotaba, pero no de bronca, sino de frustración.
-Pero, pero....profesor, no puede hacer esto...no estoy apto para esto.- dijo el joven exclamando piedad. El profesor se le quedó mirando por unos segundos hasta que Cindy exclamó. –Ay Harry, no es para tanto, tampoco muerdo, a menos que tú lo pidas.- finalizó la frase guiñando el ojo izquierdo a la misma vez que a Harry se le pasaba por la mente el recuerdo de aquel ojiazul, con ojos profundos, tan hermosos y ¡BAM!, tuvo que volver a la realidad cuando el timbre que daba por finalizada la clase sonó, la joven, más que contenta, tomó a Harry del antebrazo y lo arrastró hasta la puerta, ese era el lugar donde siempre se encontraba con una multitud horrible.
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Tal vez no fue tan mala la idea de ir a la casa de Cindy, eso lo distraería de su labor de todas las tardes. De todas las veces que lo hizo, las últimas ya no dolían casi nada, era placentero para el rizado, sentir como fluía ese líquido espeso por su cuarto, tiñéndolo de un color rojizo fuerte. Para Harry ya era costumbre verse tirado en el piso sin más ganas de vivir.
En fin, él no estaba ni feliz ni triste, simplemente estaba ahí.
-Harry- Cindy clamaba el nombre del rizado, pero él estaba en su mundo, -Harry!!- esta vez elevó un poco la voz. El ojiverde sacudió su cabeza a modo de asentimiento. –Entonces, Harry....quieres comer, hm...pizza? –
-Está bien por mí.- dijo el muchacho.
-Pizza en camino.- la chica estaba a punto de explotar de felicidad, vamos, cualquiera estaría contenta si el chico que nos encanta estuviera en nuestra casa. –Llamaré a Pizza Hut, tengo un primo que trabaja ahí, tal vez nos haga descuento, ya vuelvo.- con esa última frase, la joven se retiró del living, dejando al rizado solo, éste comenzó a inspeccionar la casa, había muchas fotos por todos lados, un hogar sin encender y un televisor enorme, se notaba que la familia de Cindy no era cualquier cosa.
A los pocos minutos la chica regresó, comunicándole al rizado que ya había ordenado la comida, pero de repente salió corriendo de la habitación diciendo que necesitaba ir al baño.
Entonces el timbre sonó, el jovencito supuso que era el repartidor y estuvo acertado, pero lo que no se esperaba era que fuese ESE repartidor.
-Parece que el destino nos quiere juntos.- exclamó el joven repartidor.
-Cuánto es?- interrogó el rizado ignorando el comentario anterior.
-No sabía que estabas saliendo con mi prima. Son $60.-
-No lo hago.- dijo dándole el dinero.
-Lo supuse, yo sé que estás esperando por mí.- sentenció el repartidor mientras que Harry se iba enrojeciendo a más no poder, tenía un buen control mental, pero en los momentos en que ese muchacho aparecía lo perdía por completo, y el silencio fue lo que se escuchó a continuación. Harry miraba la pizza como tratando de decirle que se le entregue, pero el repartidor no se quedó callado.
–Si quieres la pizza yo quiero un beso.- dos palabras para que el rizado pierda control mental, UN BESO, simplemente eso, nunca se le había cruzado por la mente darle un beso a un chico, siempre tuvo en claro su heterosexualidad, pero al parecer al muchacho con la pizza mucho no le importó cuando comenzó a avanzar y a chocar aliento con el ojiverde.
-LOUUUU!- gritó Cindy.- Cómo has estado? Ha pasado mucho tiempo desde que no te veía.- Harry no podía imaginarse que hubiera pasado si la molesta, pero efectiva, muchacha no aparecía en ese preciso momento.
-Bien, siempre igual, con este maldito trabajo, pero bueno, para vivir me sirve por ahora.- Y tú? Este chico es tu novio? Es guapo.- Louis terminó la frase con un guiño dirigido al ojiverde.
-Ay no.- risa nerviosa por parte de Cindy.- Es sólo un compañero de clase, vino para hacer tarea extra, la profesora se enfadó con nosotros.-
-Hm...Bueno, ya he hecho mi trabajo, debo irme.- sonrió a ambos, pegó media vuelta y se marchó en su moto de repartidor.
Pero Harry se quedó pensando demasiado en lo ocurrido, un beso, eso y nada más, pero cómo se atrevía a pedirle eso, ¿acaso no tenía respeto por los menores? El rizado estaba muy confundido, pero de nuevo, tuvo que volver de su mundo cuando escuchó la voz chillona de Cindy gritando su nombre.