✖Capítulo 8: Una convivencia algo difícil✖

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Con el pasar de los días, tras aquel encuentro en la casa del Maestro Roshi, Naomi y Eimi pudieron notar que esas personas a las que habían conocido impregnaron en ellas un sentimiento de genuino agrado, incluyendo Vegeta. Fue por ello que, cada vez que veían la oportunidad, acudían a Goku para que este las llevase a la Corporación Cápsula o a Kame-House; lugares donde ambas eran bien recibidas pese a que todos conocían sus historias, debilidades y fortalezas. En definitiva, eran grandes personas y agradecían haberlas conocido luego de haber estado solas durante años.

 En definitiva, eran grandes personas y agradecían haberlas conocido luego de haber estado solas durante años

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Había transcurrido un año desde aquello. Un año que simbolizaba la inauguración de un nuevo comienzo para Naomi y Eimi como parte de una familia a la cual pudieran llamar como tal. Era un año que se presentía como bueno, repleto de posibilidades y puertas abiertas. Y, en efecto, lo sería sin duda alguna.

Esa misma mañana, el clima se hallaba completamente a favor de las intensas ganas de Goku por entrenar, ya que el sol se alzaba en el cielo sin una sola nube que cubriera sus cálidos rayos y la suave brisa traía fragancias silvestres y envolvía el cuerpo del saiyajin como un manto invisible de confortabilidad. El pelipalmera sonrió enormemente ante ello, aspirando profundamente con su nariz una vez que estuvo fuera de la casa por completo. Sin aguardar más, inició con su calentamiento diario.

Paralelamente, dentro de las acogedoras paredes del pequeño hogar, Gohan yacía levantado desde hacía mucho. El llamado cargado de emoción de su padre había logrado perturbar su sueño y, a su vez, la tranquilidad que poseía, supliendo todo sentimiento de paz con uno de total desasosiego. Vestido ya para entrenar con su progenitor, suspiró con pesadez al observar su mesa repleta de libros y deberes casi acabados. En cuanto Goku decidiera que el entrenamiento acabó, Gohan estaba seguro de que se apresuraría para darle fin a sus estudios del día.
Salió de su habitación con paso decidido, encaminandose hacia las afueras de su casa. Aunque, sin haberla notado en absoluto, Eimi se encontraba sentada en la mesa del comedor. Esta última volteó a verlo en cuanto oyó sus pasos, sintiendo sus mejillas arder al admirar lo bien que su anaranjado traje de combate le quedaba.

—B-Buenos días, Gohan— La rubia se había puesto de pie, bajando torpemente de la silla para quedar frente al aludido. Este último le sonrió, resaltando una dulzura que lo caracterizaba continuamente. La sonrisa de Eimi titubeó, dado que no se veía capaz de sostenerla cuando él la miraba así.

—Buenos días, Eimi— Correspondió al saludo al cabo de un tiempo, elevando una de sus manos en el proceso.

Con la intención de retomar su camino, Gohan volteó sobre sus talones dando por sentado que la conversación había llegado a su fin, pero eso estaba lejos de lo que la rubia deseaba.

—¡Oye!— Llamó al pelinegro, quien giró hacia su amiga nuevamente con curiosidad. Una vez más, aquellos oscuros orbes la intimidaron e hicieron flaquear su confianza —Ammm, me preguntaba si podría entrenar con ustedes— Elevó una de sus comisuras, a la par que sus manos jugueteaban entre si por inercia.

⚘⸻ DRAGON BALL: La mejor amiga de Gohan - ✓ |Reeditando| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora