QUIETO

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"Antes de que me vaya, solo te pido algo...



...




No abras la puerta, no mires por las ventanas...




...




Solo acuestate y tapate los oídos. No trates de hacer ruido, ¿okey?"

...






"Te quiero, *****"







(...)

Es una fresca mañana en la bonita isla del Campamento de Verano. El ya muy conocido elefante de suéter azul salía de su cabaña tarareando una melodía y despidiéndose de su amiga y prenda, Pijama. Miró al cielo y respiró el aire fresco, estirando sus brazos. Luego, con una radiante sonrisa, dijo...

"Sip, ¡este será otro hermoso día! Y que mejor que empezar que con un buen desayuno junto a tu mejor amiga"

Rápido se dirigió a la cabaña de su amiga de toda la vida, golpeando la puerta y llamando su nombre. Por algún extraño motivo, no respondía nadie. Al revisar por la ventana, notó que nadie estaba adentro. Lo único que pudo suponer es que ella se le adelantó, así que se fue, directo a la cafetería.

(...)

Camino a la cafetería, no podía evitar sentir la presencia de alguien a sus espaldas. Quizás algún tonto bromista que se escondía entre los árboles o arbustos, pero Oscar no tenía tiempo para eso. Simplemente creyó que era su imaginación, así que continuó sin problemas.

Ya estando cerca de la cafetería, pudo lograr ver a cuatro personas muy conocidas para él. Eran ni más ni menos que las tres brujas consejeras, junto a... Erizo. Bueno, esto ni siquiera debió extrañarlo. Sabe bien que una bruja aprendiz debe estar ocupada en asuntos de brujas, cosa que a él no le llama demasiado la atención.

Podía ver a las chicas hablando de forma seria... Pero quien destacaba era su amiga, que, desde su punto de vista... La veía con una expresión de miedo y lágrimas...

"¡Erizo, hola!", saludaba el elefante agitando su mano y acercándose más.

En cuanto la erizo escuchó la voz de su amigo, rápidamente limpió su rostro con su brazo derecho, para después voltear y mirar hacia él. Las otras brujas cambiaron esa expresión seria a una pequeña sonrisa común y corriente.

-Erizo: ¡Oh, hola, Oscar! -Saludó alegre la chica-

-Oscar: Que bueno que estás aquí. Uhm... ¿Estas bien? Juro haberte visto llorar. -Preguntó preocupado-

-Erizo: Pfff... ¿Que? Oscar... Creo que necesitas lentes, porque en ningún momento estuve llorando.

-Oscar: Está bien... Y ¿por qué no me esperaste?

QUIETO - One-Shot Halloween - Summer Camp IslandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora