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El camino empezó, Jimin iba en el haciendo de atrás, leía algunos de esos documentos que tenía que revisar para la oficina, aunque de vez en vez veía al retrovisor para buscar la mirada de Montse, ella trataba de evadirlo porque realmente no querí...

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El camino empezó, Jimin iba en el haciendo de atrás, leía algunos de esos documentos que tenía que revisar para la oficina, aunque de vez en vez veía al retrovisor para buscar la mirada de Montse, ella trataba de evadirlo porque realmente no quería distraerse, puso la dirección que le había enviado su jefe en el GPS para poder llegar sin tener que estresarse más aún, ya con llevar al rubio era suficiente pensaba la chica que realmente se sentía sofocada porque una cosa era rechazarlo a cada instante y otra tener que llevarlo y obedecer a sus órdenes.

─ Me gustaría saber los temas que tienen pendientes con el señor Kim, es decir, si van a tener reuniones tan largas, por lo menos debo saber qué clase de cosa tratan ─ dijo Jimin que parecía estar molesto al recordar lo que había ocurrido durante el día.

─ Si le molesta no lo volveré a hacer, señor ─ respondió la joven que estaba haciendo un esfuerzo por no hacerlo enfadar a su jefe luego de todo lo que estaba pasando.

─ Es usted una mujer muy eficiente, la verdad es que se me hace extraño pensar que pudo haber dejado cosas pendientes con Kim cuando ni siquiera estamos pendientes con las entregas que se pidieron esta mañana, por eso es que no entiendo que es eso tan importante que les llevó más tiempo del que comúnmente lleva una reunión ─ aclaró Jimin tratando de hacer que Montse no pensara en otra cosa, que mal interpretara lo que él estaba sintiendo pero en el fondo sabía que lo estaban carcomiendo los celos.

─ No volverá a ocurrir, creo que soy yo solo una empleada y quién debe responder a sus preguntas sobre ese tipo de cosa es el señor Kim ya que es el gerente general muy a pesar de usted sea el hijo del dueño y no es mi intención ofenderlo, al contrario, siento mucho respeto por alguien como usted ─ prosiguió la chica que realmente sentía algo de coraje al saber que este hombre al que ahora estaba escoltando solo se preocupaba por estar metido en fiestas y demás.

Jimin decidió guardar silencio porque en parte ella tenía razón, solo obedecía a sus jefes, tampoco quería saber qué era lo que había querido decir con "sentir respeto por alguien como él", el rubio se perdió en sus pensamientos por un rato hasta que la voz de la joven informando algo lo sacó de su ensimismamiento, puesto que su asistente creía que había un error en la dirección que él le había dado.

─ No, este es el lugar en el que quiero cenar, así que por favor estaciónese y baje, no la voy a dejar aquí sola mientras yo estoy allá adentro en lo cálido del lugar ─ dijo el joven rubio que bajó del coche para poder entrar una vez que la chica se había estacionado.

Resulta que el lugar era una de esas cafeterías que tienen un servicio especial de biblioteca, en el cielo razo tenía como decoración césped artificial, al igual que junto a los ventanales de cristal, sobre este había una línea de macetas con plantas tipo palmera pequeñas y frente a las mismas las mesas que tenían mesas redondas y altas tipo bar acompañadas por sillas que iban acorde a la estatura de dichas mesas, tapizadas en un tono gris que se lucía con la madera cruda de la mesa y las patas de las sillas. Las luces amarillas le daban ese toque hogareño y espectacular para poder leer o charlar por horas.

─ Señor este lugar es muy bonito... y caro ─ dijo Montse sintiéndose abrumada por lo que estaba viendo, algo que sin duda fue comprendido por Jimin, quien se limitó a ignorar el comentario porque era eso exactamente lo que quería lograr, impresionarla con algo que a ella le gustara y mucho y puesto que supo que era una ferviente amante de los libros, entendió que no había mejor manera de hacerla sentir bien que con aquello.

─ Igual que usted, señorita Bae, es tan bonito que la primera vez que vine no pude dejar de pensar en usted ─ fue la genuina respuesta de Jimin ante la impresión de la muchacha.

─ Por favor señor... ─ Montse bajo la mirada sintiéndose tímida porque ya no estaba en la oficina y ahí se sentía desprotegida.

─ Vamos, tenemos reservación y di la orden para que nos atiendan en cuanto lleguemos, ahora no dañemos ese bonito momento de la cena, quiero que lo disfrute porque sigue en sus horas laborales, no crea que lo he olvidado ─ interrumpió el rubio tomando en cuenta que ella lo había rechazado infinidad de veces y sabía que ahora sería igual y quería evitarlo a toda costa.

Tal y como Park lo había dicho, los meseros llevaron los platillos que se les había ordenado con anticipación, para sorpresa de la chica, eran esos platos que a ella tanto le gustaban, no era nada sofisticado ni complejo aunque sabía muy bien comerlos, pero estaba comiendo de esa que solía comprar en los puestos de la calle cuando iba rumbo a su casa, banderillas, Kimbap, ramyeon y muchas otras cosas que realmente se le antojaban porque su hora de comer estaba ya pasada y el aroma estaba llegando a su nariz de una manera tan criminal que no podía controlarlo.

Para Jimin aquello estaba siendo un gran éxito porque ella estaba bajando la guardia junto a aquella expresión de odio a todo el mundo con que siempre permanecía en su escritorio porque de alguna manera sabía que todo en aquel lugar era de hipócritas, ahora parecía tan dulce, era como lo había soñado, esa mirada dulce y tierna, como una niña a la que le estaban dando ese juguete que tanto había pedido, pero entendía que no era más que solo una batalla, la guerra aún estaba lejos de ser ganada porque por primera vez Jimin quería hacer las cosas bien. 

 

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𝐌𝐲 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐬𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐛𝐚𝐛𝐲 ⫷𝐏𝐉𝐌⫸ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora