The Other Side

¿再见?

Las personas habían salido de sus casas al escuchar el alboroto que provenía del palacio, todo ruido fue acallado cuando el cuerpo de Shang cayó de la ventana y rodo por el tejado hasta chocar contra el suelo. Ante la atenta mirada tanto de los soldados como de los Hunos, Shan Yu sujetó la cabeza del emperador (Aun inconsciente) y pasó la hoja de su espada por su cuello antes de arrojarlo por la ventana. El sonido de su cuerpo chocando contra el cemento fue motivo de vítores por parte de los Hunos –Por fin... China es libre. Y nada de esto hubiera sido posible sin tu ayuda, podrías llegar a convertirte en general-

-Oferta tentadora, pero por el momento quisiera volver con mis padres-

-Lo entiendo, ya es hora de regresar a casa, flor de loto-. Tomando una botella de aceite, comenzó a derramar el liquido por todos los rincones de la habitación -¿Haces los honores, poderoso dragón?-

-Por supuesto-

Con un pequeño flamazo, todo el lugar se vio envuelto en llamas; mientras todos festejaban, 2 figuras salieron del palacio, acompañadas de sus caballos. Caminaron por varias calles, hasta llegar a una enorme puerta de color rojo -¿Es aquí?-

-Sí, esta es mi casa-

-Supongo... Que es todo. Hay algo que quiero darte- dijo Shan Yu antes de desatar el nudo que sostenía la funda de su espada. La miro por algunos segundos antes de dársela –Tómalo como un recuerdo, además, podría servirte en caso de ataque-

-Gracias-. Le dirigió una pequeña sonrisa mientras tomaba su arma, Shan Yu le correspondió asintiendo con la cabeza antes de darse la vuelta –Shan Yu, espera-

Todo paso tan rápido, apenas estaba volteando hacia ella cuando sintió una presión sobre sus labios mientras un par de brazos rodeaban su cuello. Pasaron unos cuantos segundos en los que no pudo reaccionar, pero al sentir sus labios moviéndose un poco, rodeó su cintura con su brazo mientras su mano libre acariciaba cariñosamente su mejilla. Ambos deseaban permanecer de ese modo por siempre, pero fue la falta de aire quien los separó –Si un día decides regresar... Te estaremos esperando-

-Me diste tu espada, ahora yo te daré algo- dijo antes de desenvainar la espada de Shan Yu; sujetó un mechón de su cabello y lo corto por encima de la mitad –Es una promesa de que volveré, no sé cuándo ni en qué circunstancias, pero lo haré-

-En ese caso...-. Tomando su espada, también corto un mechón de su cabello, el cual trenzo en su cabello –Mi promesa de que te estaré esperando-

-Sera nuestro pacto-

-Espero volver a verte pronto, cuídate, pequeña flor de loto-

-Así será, vamos, Khan-. Le dirigió una última mirada antes de entrar a su casa; cualquiera de esa situación debería sentirse feliz por estar de nuevo en su hogar... Pero no fue así para Mulan

-Las mujeres son tan complicadas-

-Silencio, Mushu-

El ruido del establo abriéndose atrajo la atención de los ocupantes de la casa, en pocos minutos, todos salieron hacia el jardín; encontrándose con las puertas de su muro abierta de par en par, así como las del establo –Quédate aquí, Li-

A paso lento pero seguro, Zhou se acercó hasta el establo; el interior del lugar estaba completamente oscuro, solo fue gracias a la tenue luz de una lámpara que pudo distinguir la figura de un animal que hacía meses no habitaba ese lugar -¿K-Khan?-

-Padre-. Un frio helado recorrió su cuerpo, la lámpara que estaba cerca del caballo bajó un poco, mostrando el rostro de la integrante más joven que había desaparecido junto al animal

-M-Mulan- susurró antes de acercarse hacia ella, por dentro, estaba rogando que aquella imagen no se tratara de una alucinación. Lo comprobó cuando las yemas de sus dedos tocaron sus mejillas –V-Volviste-

-Lamento haber escapado, padre, pero no iba a permitir que dieras tu vida por una mentira-

-¿De qué estás hablando?-

-Hay muchas cosas que debo contarte-

.

.

.

-Fue gracias a Lin que decidí unirme a Shan Yu, con él pude descubrir la realidad oculta tras una farsa. La guerra por fin acabo, padre, y con ello se salvaron muchas vidas-

-Lo entendemos, Mulan, pero no vuelvas a irte de ese modo-

-No te preocupes, madre, no volveré a irme. Se los prometo-

Los días pasaron, todo parecía haber vuelto a la normalidad, pero no fue así. Si bien la paz reinaba en cada aldea y ahora cada persona era libre de seguir su propio camino sin preocuparse por lo que dirían los demás, Mulan no dejaba de pensar en su anterior corta vida. Extrañaba las pláticas con la señora Xiao, los juegos y regalos inocentes que Lin le hacía, pero sobretodo... Extrañaba estar al lado de Shan Yu, entrenar con el todos los días y acompañarlos en sus pequeñas travesías. Todas esas emociones se hicieron presentes con extrañas reacciones

-Mulan, ¿Te sientes bien?-

-Claro que si, padre, ¿Por qué no lo estaría?-

-Bueno, esta es tu tercera porción de arroz, y por lo común, sueles comer solo medio tazón-

Aquello la hizo dudar, pero no quiso adelantarse a los hechos, pasó con un poco de dificultad el último bocado –Quizás... Estar tanto tiempo lejos de casa aumento mi apetito, no creo que sea nada malo, mamá-

-Eso espero-

-Veras que así será, además, ¿Qué es lo que podría...?-. Al levantarse para llevar su plato, todo en su cabeza le dio vueltas. El sonido de la porcelana rompiéndose en varios fragmentos contra el suelo fue lo último que escucho antes de ser ella quien se desplomara

-¡¡Mulan!!- grito Zhou antes de acercarse a su lado junto con su esposa. Recostaron su cabeza sobre una de las colchas y usaron un abanico para darle aire, pasaron algunos minutos en los que permaneció inmóvil, hasta que sus parpados comenzaron a moverse gracias a la molestia de la luz. Poco a poco abrió los ojos, encontrándose con las miradas angustiadas de sus padres

-¿Q-Que sucedió?-

-Te desmayaste cuando ibas a llevar tu plato, Mulan, esto no es normal, mañana mismo iras con la curandera, ¿Entendido?-

-Sí, mama-

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Camara, gente, ya se la saben. Una estrellita o un comentario para ser etiquetados en el proximo capitulo, y no olviden copartirlo con sus conocidos para que podamos seguir creciendo. Nos vemos el proximo viernes, bay!!