Moon Knight V

Cita con un faraón (STEVEN)

Prólogo: Steven quiere invitarte a una cita pero no sabe cómo hacerlo.

Se acercaba la fecha de Halloween en el museo y como cada año se realizaba una fiesta.

Para esas fechas el día anterior a Halloween todos los trabajadores en el museo debían ir con un disfraz a trabajar, por lo que nadie se perdía esa ocasión.

Steven estaba vestido de faraón en la tienda de regalos, un disfraz que le tomó mucho tiempo convencerse finalmente, aunque simplemente en un momento tuvo el control de nuevo y se vio en la tienda con el disfraz puesto. Asumía que había sido obra de Jake ya que le había insistido en hacerlo, sin embargo no había oído nada de él desde haber aparecido ahí.

–Y yo que pensé que vendrías de momia igual que el año pasado.–Dijo Donna llegando a su lado con una caja disfrazada de bruja, sorprendentemente.

–Quería intentar algo distinto.–Murmuró aclarando su garganta y bajando la vista hacia la caja para sacar las cosas.

–¿Y? ¿Ya invitaste a esa guía turística promedio como tu cita para mañana?–Le preguntó ella apoyando el brazo en el mesón masticando chicle.

–¿Promedio? Ella no es una guía promedio.–Se quejó levantando la vista con el ceño fruncido hacia la bruja.

–Ya... y yo soy la maldita reina de Inglaterra.–Respondió ella viéndole mal de arriba abajo.–Haz tu trabajo, ¿quieres? No te pago para quejarte.

Donna se dio media vuelta y se fue por donde vino provocando que Steven rodara los ojos y comenzará a murmurar.

–¿De dónde sacó que era una guía promedio? Eso no es verdad. Es la mejor guía turística que—. Comenzó a  hablar en voz baja sacando cosas de la caja hasta que fue interrumpido.

–Buen día Steven.–Le saludaste con una sonrisa.

Steven levantó la vista e inmediatamente se quedó helado y ligeramente boquiabierto al verte.

Estabas disfrazada de Cleopatra e ibas algo más maquillada en lugar de solo tu rimel para las pestañas y si acaso un pequeño delineado como usualmente.

Desde hace mucho tiempo que Steven gustaba de ti, solo que nunca había tenido el valor para hacértelo saber o siquiera para invitarte una cita. Y el cómo Donna se había enterado, no tenía ni idea pero la mujer lo sabía y solía molestarlo con respecto a ese tema.

–¡T-T/N! ¡Hola! ¡T-te ves increíble! Te ves muy hermosa, demasiado— p-pero te lo digo de forma respetuosa. Eres la mujer más hermosa de todas aquí— no es que las demás se veían feas con sus disfraces, claro que no, e-es solo que tu siempre eres hermosa y con este disfraz aún más, enserio que te ves deslumbrante y magnifica y nunca nadie podría llegar a verse tan bien como tu. Y-y ya mejor guardo silencio, lo siento. Solo quería decirte eso.–Soltó una pequeña risita incómoda al final bajando la vista.

–Gracias... tu también te ves increíble y muy guapo, hasta combinamos.–Le dijiste con una risita señalando hacia sus disfraces.–Te ves muy bien como faraón.

–¿A-ah si? ¿Te gusta?–Preguntó con una sonrisa boba y sus manos cerca de su corazón levantando la vista hacia ti con un brillo en sus ojos.

–Me encanta.–Dijiste sin dejar de sonreír.–Y también venía a hacerte una pregunta.

–¿U-una pregunta? ¿Qué clase de pregunta?

–La clase de pregunta que podría arruinar nuestra amistad pero de todas formas la voy a hacer.–Reíste pasando un mechón de tu cabello tras tu oreja mientras que Steven no podía dejar de sonreír.–¿Te gustaría... t-te gustaría mañana en la noche ser mi cita para la fiesta?

La sonrisa de Steven se borró de golpe y se te quedó viendo boquiabierto.

Su corazón se detuvo por un milisegundo sin poder creer lo que acababa de escuchar, pero pronto empezó a latir con fuerza en su pecho hasta el punto en que sentía que se le iba a salir en cualquier momento.

–¿S-steven...?

–¿Enserio quieres que vaya contigo? ¿Yo? ¿C-como tu cita?–Preguntó tratando de confirmar que lo que había oído no era un cruel broma de su falta de sueño, o que estaba soñando directamente.

–Si... pero si tu no quieres está bien y podemos fingir que esto nunca—

–¡Me encantaría! ¡Me encantaría ser tu cita de mañana!–Exclamó tomando tus manos emocionado antes de dejarlas ir.–Perdón... me emocioné... e-es que he querido invitarte desde hace mucho tiempo porque me encanta estar contigo y pasar tiempo juntos, y-y la verdad es que me gustas y— ay... a-ay no, perdón, perdón yo no—

–A mi también me gustas mucho, Steven. Por eso quiero ir contigo.–Le aseguraste tomando ambas de sus manos en las tuyas.–¿Te parece si mañana te voy a recoger en mi auto a las siete?

–Suena bien... si... me encantaría...–Te dijo viéndote embobado y sus manos aún en las tuyas.

–Bien... entonces nos vemos mañana, y-y también durante el día.–Soltaste una pequeña risita nerviosa antes de acercarte algo dudosa para dejar un beso en su mejilla que quedó marcado.

Le ofreciste una última sonrisa y te alejaste para ir hacia tu siguiente tour mientras que Steven se te quedaba viendo embobado.

–Vaya, quien lo diría... la chica guapa enamorada del... bueno, de ti.–Le dijo Donna de brazos cruzados viéndole de pies a cabeza.

–Si... de mi...–Suspiró sin dejar de sonreír antes de seguir con su trabajo con la sonrisa intacta.