Capítulo 2

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De vuelta en el Underground, la gente salía de sus casas para recibir a los chicos. Después de un "riguroso" control, que era básicamente mostrar la cara y pasar por un detector de metales de no sé sabe qué época, entraron en su territorio.

Los jóvenes estaban cansados, pero aún así, trataban de mostrar sus mejores sonrisas y dar palabras de aliento a las hambrientas hordas que se acercaban a los vehículos en busca de un remedio a su problema.

La gente se veía escuálida, cada vez más personas se encontraban en los huesos, y había madres que pasaban días sin comer para poder alimentar a sus pequeños. El paisaje era desolador. Los pocos humanos que luchaban contra los avances de la tecnología debían desafiar al hambre para poder conseguirlo, cosa que no estaba fácil.

Los nueve hombres que respondían ante Taeyong, el líder indiscutible de la banda (aunque ni él sabía cómo había llegado a ese puesto si ni siquiera era el mayor de todos), llegaron a casa. Después de esquivar, con dificultad, a la gente que les pedía algo de comer, entraron a su hogar y juntaron todas las mochilas en el suelo del salón. El edificio era en sí los restos de lo que algún día fue una gran casa, con techos altos y escaleras de mármol. En las circunstancias en las que vivían, aquello era una mansión, la cual contaba con múltiples habitaciones para resguardar a los chicos de las posibles inclemencias del tiempo y del resto de vecinos. Entre las cuatro paredes que, al igual que el resto de la casa, mezclaban el color blanco y el marrón de la madera con los deterioros por el paso del tiempo, el grupo se sentó en un círculo para discutir su jornada.

-Primer punto del día. ¿Todos estáis bien, no? Eso es lo más importante. - Taeyong inició la conversación.

-Por supuesto, ¿acaso dudas de nuestras habilidades? - añadió Haechan en un tono que semejaba ofensa.

-No te veo tan fuerte como para poder hacer esos comentarios. - interrumpió Johnny para burlarse del más joven.

Y es que esa era su dinámica. Todos podían mofarse los unos de los otros, pero a la mínima que alguien externo al grupo atacase a alguno de los miembros, la piedad abandonaba sus mentes y la moral se volvía confusa. Algunos de ellos llevaban juntos desde niños, y otros, como era el caso de Jungwoo, llegaron al equipo más tarde. Sea como fuere, todos habían formado un vínculo tan fuerte y profundo que se llamaban a sí mismos familia, y lo eran. Con altibajos, en las buenas y también en las malas, los nueve permanecían juntos.

Sin embargo, su familia no se reservaba a solo nueve miembros, sino que también cuidaban de otros cinco chicos más, los más jóvenes de entre todos ellos, pero que ahora pasaban sus "vacaciones" trabajando para otra colonia del Underground, una situada más hacia el este. Aunque les había costado separarse, sobre todo porque los mayores tenían miedo de que les pasase algo a los pequeños, confiaban ciegamente en ellos y sabían que Renjun y Jaemin cuidarían bien de los demás, y Jeno sería un buen primer almirante para esa loca tripulación. Además, puede que Chenle y Jisung fueran los más jóvenes con respecto al resto, pero eran hábiles y fuertes, y su manera de pensar era extraordinaria. Quizás la zona este no fuese la más habitada de todos los suburbios, pero seguía necesitando manos para atender a los que allí residían. Esa era la tarea de los Dream, el nombre que le habían dado al grupo de chicos que representaban el sueño de un futuro mejor para los habitantes de la colonia. Para las gentes del pueblo, ver a unos jóvenes tan vivaces y sanos les hacía tener algo de esperanza.

Por otro lado, el grupo 127 operaba en el norte, la zona central más habitada, y el cual estaba formado por los demás chicos. Minjoon era el más mayor de todos y, aunque su estatura era la más baja, sus visuales no eran ningún juego. Tenía el pelo castaño oscuro, al igual que la mitad de ellos, exceptuando a Doyoung y Mark, quienes lucían un color negro. Yuta había optado por teñirse la melena de rojo y Taeyong siempre usaba un mullet grisáceo. Como el anciano de la familia, Minjoon contaba con ciertos beneficios que casi siempre rechazaba.

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