Llegaron a la ciudad de Honolulu, se iban a hospedar en la zona de Waikiki Beach. Subieron sus cosas a un pequeño autobús y tomaron transporte a el hotel, Hawaii era increíble, el viento salado chocando en el rostro, y lo colorido que era todo, tal como en las películas.
-Wow...Que lindo es el hotel. -miro fascinada al rededor.
-¡Sí! Y esperen a ver la habitación eh, reservamos la mejor para ustedes. -dijo guiñando un ojo Damian.
-Que bueno, entonces tendremos que disfrutarla al máximo. -sonrió pícaro Jorge, mirando a Silvia, ella le dió un pequeño empujón sonrojada.
-Bueno, bueno, vamos a ponernos playeros, ¡El tiempo correee! -dijo Jane contenta.
Las parejas fueron a sus habitaciones, la de Jorge y Silvia era la número 214, entraron y era hermoso. Una gran y cómoda cama estaba en el centro, había un jacuzzi y estaba rodeada de muebles de madera y decoración playera como conchas y flores. En la terraza había una mesita de palma y unas hamacas.
-Es todo tan lindo te lo juro, siento que este viaje será inolvidable.
-Creeme que lo será. -le abrazo la cintura por detrás y le beso la mejilla.
-Bueno vamos a cambiarnos que no hay que perder tiempo, tantas cosas por hacer.
Entraron a la habitación, Silvia saco un bikini de su maleta, era un conjunto verde con decorado de pequeñas flores azules. Se dirigió al baño pero dejo la puerta abierta.
Se volteo de espaldas, y empezó a quitar su vestido blanco que tenía, lo deslizo por sus hombros dejando al descubierto su figura envidiable.
Jorge en la cama, quitó su ropa y se puso un short playero y una camisa de tirantes gris. Miro hacía el baño y se le paró, el corazón.
Silvia estaba poniendose su braga del bikini, y se desabrocho el sostén para luego dejarlo caer al piso.Jorge se levantó de la cama y entro silenciosamente al baño. Se iba a poner la parte de arriba del bikini pero Jorge la abrazo por el abdomen y la atrajo a su cuerpo.
—Mmm... Que sexy te ves con ese trajecito. —aspiro el olor de su cuello—, como que está haciendo mucho calor, ¿No crees?
—paso su mano por el abdomen de Silvia provocándole un leve cosquilleo, siguió subiendo sus manos hasta llegar a sus pechos y comenzó a apretarlos suavemente.—Jorge... —jadeo la castaña, excitada.
Silvia sentía la dura erección de Jorge en su trasero, el con sus manos empezó a tirar de sus pezones, lo que le causaba un éxtasis de placer. Se dió la vuelta quedando frente a Jorge y lo beso. Un beso desenfrenado, el la tomo de sus nalgas y las apretó, acercándola a su erección.
Jorge se separó un centímetro y le dijo al oído
—Tengo tanta ganas de probar unos ricos cocos... —sonriendo pícaramente.—Vas.
Jorge bajo su cabeza a la altura de sus pechos y comenzó a lamerlos y besarlos.
—Mmm.
—J-Jorge... —gimió Silvia, con una mano metió sus dedos entre el pelo de Jorge tirando suavemente de el, y con la otra comenzó a frotar la erección de el sobre la ropa.
—Carajo, si por mi fuera te comería completa en este momento, pero nos están esperando.
—hablo excitado.Regreso la cabeza a los pechos de ella y tiro suavemente con los dientes el pezón de Silvia, miro a sus ojos y los tenía cerrados, disfrutando del placer. Ella frotaba con más intensidad y rapidez, haciendole llegar a correrse. Jorge al ver que se corría succionó y lamió más rápido los pechos de Silvia.
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El deseo en tu mirada
Любовные романы¿Se puede el rencor convertir en deseo? La única manera de comprobarlo es fácil, con tan solo verte a los ojos puedo notar el deseo en tú mirada. Quien iba pensar que su vida iba cambiar tan repentinamente, por la persona que menos quería ver en el...