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Las vacaciones de navidad por fin llegaron, había acabado los exámenes finales y ahora podía relajarse, quedarse todo el día en la cama con sus amores y disfrutarlos un poco más que las últimas semanas. Se sentía tan cómodo, el frío del aire acondicionado apenas era necesario porque la mañana era fresca. Al levantarse observó a ese par de hombres totalmente dormidos, se incorporó para verlos... honestamente no se cansaría de verlos, eran tan hermosos... tan perfectos, tan irresistibles y eran suyos, la sola idea creo un nudo satisfactorio en el estomago y un calor humeante subiendo por su pecho.
Kim dormía boca arriba con una mano en su abdomen cincelado, la respiración suave, y la boca ligeramente abierta, la cabeza inclinada solo un poco hacia la derecha, tenía el brazo estirado y por la ausencia de Porchay en la mitad lograba tocar con la punta de sus dedos la mano de Wolfgang que estaba boca abajo mirando hacia Kim...
Parecían dos esculturas... tan lindos, a estas alturas Chay ya tenía muchas fotos de ellos impresas y pegadas en el álbum... suavemente pasó la mano por encima de la espalda de Wolfgang trazando las cicatrices señales de todo el infierno que tuvo que sufrir cuando era tan solo un niño, algunas eran más pequeñas que otro marcando la tersa y trabajada piel, debajo de sus dedos, la temperatura de Wolfi era agradable.
Se alegraba de que Wolfgang no tuviera que pasar de nuevo por eso, se alegro de que haya llegado a sus vidas porque ellos estaban dispuestos a protegerlo de todo... y de todos, eso era lo más bonito de su relación según Chay, los tres estaban consientes de que se amaban y que si le pasaba algo a uno, era también problema de los otros dos.
Sentía que los tres eran perfectos juntos, todos funcionaban, se entendían... y no era sencillo, no cuando tenían temperamentos y personalidades diferentes, pero Chay sentía que el amor que se sentía era tan grande que nada de eso eran obstáculos, todo lo contrario. Chay solía ir a hacer méritos con su hermano cuando era pequeño, ambos le agradecían diferentes cosas... Chay sintió en algún momento que no tenía anda bueno que agradecer, estaba equivocado, tenía a su hermano y comenzó a pedir por él porque era lo único que tenía, ahora... resulta que tiene una familia más grande y tiene a dos hombres que adoraba, quizá era el momento para volver y agradecer por todo lo que tiene, espero que fuera digno de eso.
Se veían como ángeles... ¿quién iba a decir que eran personas tan letales? Cualquiera que los viera tan tranquilos, dormidos, desnudos y vulnerable pensarían que eran un pan De Dios, Chay sonrió, se sentía orgulloso de poder ser el único que viera aquel lado de ellos, se sentía único... y le gustaba porque había visto varios matices en Kim y en Wolfgang que nadie más había tenido el placer de ver.
