Cabaña y cicatrices

Vivir juntos

Después de su desgarradora y exhaustiva pelea; algunos arreglos de Sasuke con la aldea, por fin fue libre, sumado a eso Naruto esperaba tranquilamente su regreso.

Fue un largo año. Ese año se convirtió en dos y luego en tres.

Fue una confesión simple, sin ceremonias y directa, como siempre había sido Sasuke. La respuesta de Naruto fue, por primera vez, seria y calmada, sin exageraciones o preguntas.

Sabía perfectamente porque Sasuke le amaba, no había cuestionamientos o errores. Solo era amado por Sasuke y él amaba a Sasuke de igual forma.

Tiempo después, de algunas ideas y vueltas, Sasuke por fin pudo tener un hogar propio, lejos de la violencia y de la mirada de la aldea que todavía lo juzgaba.

Naruto, incluso si el consejo seguía siendo un problema a veces y un dolor en el culo, fue reacio a sus opiniones y decidió seguir a Sasuke; así que estaba muy feliz cuando Sasuke le mostró su cabaña en medio del bosque.

Esa que sería su hogar, su dulce y amoroso hogar, aburrido a veces, pero al fin y al cabo solo suyo.

Sasuke era un exconvicto y Naruto su amigo de la infancia. Era una historia de amor algo rebuscada y difícil de tragar, pero eran felices con vivir y tener al otro a su lado.

¡Realmente amaba, mucho, demasiado, extremadamente a Sasuke!

—¿En qué tanto piensas?

Baja la mirada para ver a Sasuke, que esta recostado contra su pecho, y le sonríe.

—En nuestras vidas... cuando comenzamos a vivir aquí.

Sasuke suspira divertido y coloca su cabeza contra su pecho desnudo, dejando su mejilla pegada a su piel bronceada, Naruto le acaricia la cabeza con las manos, desenredando los nudos de su cabello sedoso y brillante.

—¿Te estas divirtiendo, Sasuke? —le pregunta, Sasuke solo besa su pecho en respuesta.

—Si, mucho... —sube un poco y luego le da un beso.

Naruto disfruta de momentos cómodos y tranquilos como este, en donde Sasuke se ve relajado y feliz, sin ocultar ninguna expresión o distrayéndose con el trabajo.

—Ahora... déjame verte más. —Sasuke sonríe y levanta sus brazos bronceados—. Que adorable.

Sasuke acaricia el interior de su brazo izquierdo con delicadeza, mirando fijamente el lunar pequeño que se encuentra al lado de su axila, acerca su rostro y deja un beso allí provocándole cosquillas.

—No hagas eso, Sasuke, ja, ja.

Sasuke lo ignora y vuelve a besar ese lugar, su mano viaja lentamente por toda la extensión de su brazo y entrelaza sus manos.

—Eres hermoso, —menciona con una cara estoica.

Naruto nunca había sido llamado "hermoso", así que intenta ocultar su sonrojo con la otra mano.

—I-idiota —se atreve a decir mientras aparta la mirada, Sasuke aparta su mano y le vuelve a besar.

Sasuke había pedido que se desnudara hace solo una hora, Naruto esperaba que Sasuke le hiciera el amor, pero para su decepción en su lugar Sasuke simplemente le recostó contra la cama.

Mirándole tan fijamente para luego besarle con lentitud, acariciando con sus manos frías sus muslos; porque, si, Sasuke se había colocado ese brazo después de tanta insistencia.

Habían estado la última hora explorando sus cuerpos con paciencia, pero no de una manera sexual. Era una forma cálida y agradable, dulce y cariñosa, como nunca antes habían tenido la oportunidad.