CAPITULO XII: Ingenuos del destino.

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2 años atrás....

Jimin tenía numerosos amigos que lo apreciaban y admiraban. Quizás algunos se acercaban buscando algún tipo de conexión o beneficio, pero al conocerlo, descubrían su calidez, sinceridad. Por eso se ganaba su respeto. Quienes lo frecuentaban sabían que no era el niño mimado que la prensa pintaba, ni mucho menos arrogante, a pesar de pertenecer a una de las familias más poderosas de Corea. Siempre saludaba y respetaba a todos, ayudaba y defendía los valores y derechos de las personas. Era alguien en quien confiar y contar.

Sin embargo, Jimin era precavido con su intimidad. Si bien muchos podían entrar en su vida, solo unos pocos, poquísimos, llegaban a su corazón.

A pesar de ser un ser humano hermoso, con el espíritu y el alma más puros del mundo, eso no impedía que hubiera personas que quisieran dañarlo, no solo por su posición, sino por simple maldad, envidia y rencor. Así, llegaron a su vida algunos que pintaron su mundo de colores para luego mancharlo, ultrajarlo y pisotearlo.

Porque en esta vida hay muchas personas que simplemente no soportan la felicidad, no toleran la belleza y nacen solo para dañar. Son peores que las bestias del campo que destruyen todo a su paso por no saber la etiqueta de la domesticación. Eran como chupasangres de sueños e ilusiones, y lamentablemente, el tierno Park era el blanco perfecto para ese tipo de personas.

Él fue criado en un ambiente en donde, por un lado, recibía amor y atención en exceso. ¿Del otro? Recibía castigos y entrenamientos. Su querido Tae nunca se quejaba, nunca mostraba su sufrimiento. Era fuerte, ¿incluso en algunas ocasiones quiso ser como él? Pero más pronto que tarde se dio cuenta de que definitivamente se habían criado juntos.

Jimin estaba obsesionado con algo que su madre le había leído alguna vez. ¿Qué era? Era la historia de dos príncipes que fueron unidos desde su nacimiento por sus progenitores para la unificación de los reinos. Ambos niños crecieron odiándose. ¿Cómo era posible? Uno se burlaba por su físico y el otro ¿se burlaba porque era tan tonto? Pues uno poseía el don de la belleza y el otro el de la sabiduría. Cada año tenían una cita, ¿y cómo eran esas citas? Cada una era peor que la otra. Sin embargo, en su cita número 15, ¿qué sucedió? Ambos cayeron enamorados profundamente. ¿Era posible? Eran destinados, ¿pero ninguno lo sabía?

"¿Hay algo que el dinero no pueda comprar?", solía repetir su madre, Jiwoon. Y tal vez ella tuviera razón. Pero él era tan libre e ingenuo que lo único que anhelaba era encontrar a su alma gemela y enamorarse antes de cumplir los 15 años.

Tras una serie de decepciones y malos ratos, conoció a un chico hermoso. A diferencia de sus anteriores pretendientes, este siempre lo trataba con indiferencia, y eso era precisamente lo que le encantaba. Con el tiempo, creyó haberlo conquistado, o al menos eso pensaba él, y comenzaron a coquetear cada vez más. Pero como siempre, el destino le jugaba una mala pasada y él ya estaba harto de ser su burla.

Era un día perfecto para confesarle sus sentimientos a ese chico de ojos claros. Sería su primer beso oficial y la confirmación de que eran almas destinadas. Porque así es como se sentía el amor, ¿no es así?

Sin embargo, la sorpresa no salió como esperaba. Cuando llegó de improviso a la supuesta casa de Han Sung Woon, le dijeron que él no vivía allí. Las semanas pasaron y, utilizando un poco de su influencia, logró obtener información detallada sobre él. No solo le había mentido sobre su posición económica, sino que descubrió que todo lo que habían vivido había sido un plan para ilusionarlo y luego burlarse.

Era un completo idiota con complejos hacia las personas de alta sociedad. Su romance destinado solo era un chiste, un juego. Pero él no se iba a dejar vencer. Esa noche invito a su hermano a jugar video juegos y mientras hablaban le pregunto algo tan básico pero que cambiaría completamente el rumbo de la historia, ese día entendió que una cosa era ser bueno y otra ser un tonto y el no volvería a ser jamás un tonto. Todo aquel que intentara dañarlo iba a pagarlo.

Los Sentimientos de las RocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora