Capitulo 1/2

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Como les dije en la descripción esta historia no me pertenece, solo la traduje. Me inspiró mucho porque me encantó la manera en el que el autor desarrolló la historia y quise compartirla con ustedes. Espero les guste tanto como a mi. 


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Becky se acostó en su estómago, los brazos por debajo de la almohada debajo de su cabeza, y se preguntó por qué se puso en esta posición de nuevo.

Vio como Freen subía a la cama al lado de ella y se sentaba sobre sus talones. De la mesa de noche, tomó una pequeña botella de aceite para masaje.

Rosa, Freen lo había ofrecido hace un mes, la primera y única vez que lo habían usado. Pensé que tal vez querrías usarlo también.

Esa vez al menos, Becky desesperadamente quería. Anudada con tensión, sus hombros habían dolido por semanas de usar muletas, empujándose así misma hacia arriba y debajo de las escaleras del set de la oficina de Diversity y la casa de Khun Sam. Sin mencionar encorvándose sobre su escritorio por horas en medio de la noche. En medio de la grabación y para el disgusto sin fin de Freen, apenas tenían tiempo para ir a salón de masaje.

Un masaje de hombros fue la alternativa que Freen sugirió, y Becky no necesitó que le dijeran dos veces antes de lanzarse en el asiento de copiloto en el auto de Freen.

Pero esa vez tuvo un propósito. Al menos, los primeros quince minutos lo habían tenido. Becky no estaba segura acerca de los segundos quince, cuando Freen se había ofrecido a masajear el resto de su espalda y con la aprobación de Becky, dobló el borde inferior de su camisola debajo de la tira de su brasier, y siguió el goteo del aceite con un movimiento gentil de su mano.

Ahora, la misma esencia de rosa estaba en el aire. Becky inhaló tan profundo que casi pudo probarlo en su lengua.

"Me agrada que te guste," Freen dijo.

Becky le dio una pequeña sonrisa. Había muy pocas cosas sobre ella que Freen no notaba. Siempre.

Miro como Freen goteaba más aceite en su palma y frotaba sus manos juntas. Sus dedos se deslizaban uno sobre otro, elegante y delgado y brillante. Becky desvió la mirada de vuelta a la sabana de la cama. Bueno. Tal vez Freen no notaba algunas cosas.

"Debería masajearte yo primero," Becky dijo para distraerse a sí misma. "Tú eres la que tuvo que estar en esa estúpida y sexy pose de Khun Sam por la mitad de la grabación de ayer."

Freen resopló una risa. "Cierto. Pero tu pasaste todo el fin de semana llorando en la cama de Mon. Eso es peor."

"Completamente lo peor," Becky dijo. Aun ahora, todavía sentía el constante dolor en su cabeza y mandíbula, una tensión en la parte posterior de su cuello. Las secuelas de esas escenas siempre son duras. Ambas lo sabían. Tal vez por eso Freen había escogido esta noche para sugerirlo de nuevo.

Becky se calentó por el pensamiento.

"¿Tiras?" Freen dijo.

"Música primero," Becky dijo. Agarró su teléfono y escogió un playlist instrumental – covers de cuerdas y piano que sabía que Freen disfrutaría. Becky colocó su teléfono en la mesa de noche, y luego deslizo sus delgadas tiras de su top por sus hombros.

"¿Dónde estás adolorida?"

Becky pasó una mano desde la base de su cráneo, por debajo de su cuello y siguiendo la línea de su hombro.

"Y mis globos oculares," dijo. "Pero no puedes masajear mis globos oculares."

"¿Ya no hago eso, cada vez que me ves en traje?"

El acto de darDonde viven las historias. Descúbrelo ahora