Capítulo 33. El general y el capitán

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Al día siguiente todos nos despertamos muy tarde, Ban fue el único que durmió en su habitación, mientras que los demás despertamos en el mismo cuarto. Aylin y yo dormimos en la misma cama, mientras que Damian y Asth despertaron en el suelo. A pesar que no había bebido mucho me dolía la cabeza y sobre todo el cuerpo, no estaba acostumbrada a bailar tanto. Prácticamente ese día, fue un día perdido, nadie tenía ganas de hacer nada, tenían resaca, sobre todo Aylin quien había sido la que tomó más de todos.

Después de aquel día Aylin y Asth volvieron a ir al campamento, a ver si esa ocasión los dejaban entrar, sin embargo no tuvieron suerte, alegaban que debían tener un documento firmado directamente de la facción. Así pasó alrededor de una semana, cada vez que Aylin y Asth volvían, regresaban más enojado que el día anterior, hasta que un día Aylin explotó.

- ¡Suficiente! Ya me cansé de ser amable, esos imbéciles me las van a pagar – Aylin se levantó del restaurante en el que estábamos almorzando y echa una furia fue al campamento

- Ay no, hay que detenerla – Todos se levantaron para ir tras ella, yo no entendía pero de igual forma los seguí

Finalmente tras mucho de caminar llegamos al campamento, la verdad creí que el campamento era muy cerca, pero no era así, además no había un camino como tal, teníamos que subir y bajar varias veces, e incluso cruzar mucha vegetación, ahora entendía por qué cuando volvían a la posada estaban furiosos y cansados.

Nosotros íbamos detrás de Aylin que con cada paso que daba para acercarse a los guardias parecía más decidida, los guardias seguían sentados murmurándose cosas mientras nos veían, incluso llegaron a reírse, eso me hizo enojarme, no entendía qué les parecía tan gracioso. Cuando a Aylin le faltaba solo tres metros para llegar a ellos hizo un movimiento de manos mientras estiraba los brazos hacia abajo y al instante de sus palmas aparecieron un par de espadas pequeñas muy parecidas a un hoz. Los guardias al ver esto al instante se levantaron y apuntaron sus lanzas hacia ella mientras que parecían recitar algo que hacía que sus lanzas se iluminaran en llamas de diversos colores.

- Hace tiempo que no sacaba sus espadas khopesh. Esos imbéciles no sobrevivirán – Dijo Asth mientras corrían hacia ella, al parecer intentaban detenerla

- Es su última oportunidad de seguir con vida, me dejaran entrar si o si – Aylin se abalanzó contra los guardias, sin embargo Asth fue más rápido y con una sola daga detuvo el golpe de las espadas de Aylin – Asth, no te metas

- ¿Estás loca? ¿Quieres que nos encarcelen a todos? Hacer un alboroto aquí puede contar como traición

- Creí que estaban extintos – murmuró uno de los guardias mientras se burlaba con otro, supuse que se refería a Asth y a este no le pareció nada gracioso y volteó hacia ellos. Y por unos segundos recordé cuando recién lo conocí, cuando aún no sabía que era posible que sonriera, y volví a sentir lo mismo cuando lo vi por primera vez, miedo, pero ahora no por mí, sino por ellos

- Vuélvelo a repetir

- Lo que escuchaste, creí que nos habíamos librado de las larvas de los Daemon, es una lástima que aún haya uno

- Maldición – murmuró Damian, quien se quedó muy quieto, como si estuviéramos en un campo minado y no pudiéramos movernos por temor a explotar una mina

- ¡¿Qué creen que hacen?! – Alguien detrás de los guardias gritó, aquella persona tenía una voz muy imponente, tanto que cuando lo escuché me sentí muy pequeña, como si fuera una niña a quien la atraparon haciendo una travesura. Los guardias abrieron el paso formando dos columnas para que un señor, pasara en medio de ellos – Veo que aún no sabes dejar pasar ese tipo de comentarios – miró a Asth, quien al instante guardó su daga, mientras Aylin hacia lo mismo

ASHKALY: en búsqueda de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora