Capítulo 34. Nuevamente estudiante

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La conversación con el líder se alargó, me pareció una eternidad estar sentada, además me incomodaba que cada persona que entraba me mirara de arriba a abajo como un bicho raro. Traté de esperar pacientemente pero me sentí muy sofocada ahí dentro, además no creía que se molestaran si salía tantito a tomar el aire, así que eso hice. Salí de ahí y respiré profundamente, el aire estaba fresco y como aún era de mañana se sentía una pequeña brizna. Como no conocía el lugar decidí simplemente rodear el cuartel del general, después de todo era un tanto grande, así que me serviría para despejarme. Caminé siguiendo el contorno del edificio y me asombré ver lo grande que era todo el terreno, a lo lejos pude observar a unos cuantos jugar lo que parecía balonmano, la cancha de juego no se encontraba tan lejos así que decidí acercarme un poco. Cuando ya estaba lo suficientemente cerca me quedé detrás de la malla de contención de la cancha y me quedé absorta cuando vi a los jugadores. Me daba mucha pena pensarlo, pero yo ya sabía que en Ashkaly la mayoría era gente muy guapa, además por alguna extraña razón me sentía atraída al juego. La mayoría de los jugadores eran altos y fornidos, además buenos jugadores, o al menos eso pensé, porque no conocía muy bien las reglas del balonmano. Estaba tan concentrada en seguir el balón que no me di cuenta cuando un grupo se acercó a mí.

- ¿De qué clase de especie eres tú? No creo que seas una cambia formas, hueles diferente

- Entre cambia formas nos conocemos, y sin duda ella no lo es

- ¿Acaso no te das cuenta Naydeline? – Eran cuatro chicas y pude distinguir perfectamente de qué especie eran. La más alta y de tez morena era una mujer lobo, era fácil distinguirla por las orejas peludas, la más pequeña era una hada, un poco diferente a la modista que había conocido. La que se veía como una humana sin duda era una cambia formas, y la que parecía ser el centro de ellas, la rubia, era una vampiro – Es una humana – sonrió dejando ver sus colmillos blancos – Creo que nuestros maestros se han lucido esta vez, estoy ansiosa por saber qué haremos con ella – Se me acercó y tomó un mechón de mi cabello

- Sí, soy humana ¿y qué? - Por alguna extraña razón me recordó cuando iba al instituto, así que la tomé de la muñeca y la aparté, ella me miró furiosa, no me di cuenta en qué momento había levantado su otra mano lista para pegarme

- ¡Lo siento! – Antes de que me golpeara uno de los jugadores se acercó a recoger el balón, ya que había retachado en la malla asustándonos - ¿Todo está bien? – el jugador frunció el ceño al darse cuenta de la escena, la vampiro al instante bajó su mano y se arregló el cabello

- Todo está bien Jake, te traje un jugo para que te refresques – Extendió su mano a la cambia formas quien le dio el jugo a la vampiro, y después ella lo metió por uno de los agujeros de la malla de contención

- Gracias – sonrió y me miró fijamente antes de volver a jugar. Ahí me di cuenta que él también era un vampiro

- Te salvaste esta vez, te lo advierto, no vuelvas a tocarme humana asquerosa. Si vuelves a aparecerte frente a mí, te haré la vida imposible

Aquel grupo de chicas se fueron en la dirección opuesta de la que yo venía, antes de que se marcharan por completo la cambia formas me miró llena de arrepentimiento, y con sus labios formó la palabra lo siento. Por mi parte me quedé procesando todo lo que acababa de pasar en esos minutos, no quería volver a toparme con un grupo como el de Camila, creí que esta vez sería diferente. Pero bueno, no tenía por qué mortificarme, después de todo estaría con Damian, Aylin, Asth y Ban, esta vez no iba a estar sola.

- ¡Milena! – A lo lejos oí gritar mi nombre, era Damian quien me llamaba. Me apresuré y me acerqué

- Lo siento, quise dar la vuelta un poco

- No te preocupes Mili, porque desde hoy podrás ir a donde quieras en Yiaxus. El general aceptó que entraras en la escuela – respondió Aylin entusiasmada

- ¿Escuela? Creí que solo entrenaría. No quiero ser nuevamente una estudiante

- Entrenarás, pero no tienes el conocimiento teórico, eso solo se aprende en la escuela. Además serán por unos meses, no tienes qué graduarte

Después de que dijeron todo lo que necesitaba saber sobre las reglas de ese lugar un par de soldados nos llevaron a nuestras habitaciones. Como en Yiaxus estaban prohibido los romances debido a que distraían del entrenamiento, los dormitorios de hombres estaban al otro extremo del campamento, así que solo Aylin y yo estábamos relativamente cerca, a cada quien se nos asignó una habitación. Cuando entramos a un cuarto me quedé maravilla, era muy espacioso, creí que los cuartos iban a ser mucho más reducidos e incluso compartidos.

- Esta es su habitación capitán, su amiga estará en el piso superior

- ¿No puede quedarse conmigo? Este lugar es grande para mí sola – miré a Aylin y después al soldado con la esperanza de que accediera

- Lo siento, son órdenes del general. Por favor sígame – el soldado salió del cuarto y yo me dispuse a seguirlo, sin embargo antes de que me fuera Aylin me recordó algo que no debía olvidar y era que no debía revelarle a nadie que era humana, me sentí tan culpable por no haberle dicho que ya se lo había revelado a un grupo de brujas.

Cuando llegamos a la que iba a ser mi habitación me sentí tan emocionada, sin embargo nada quedó cuando entré, el cuarto era muy pequeño, parecía un sótano, estaba lleno de polvo y telarañas, incluso había cajas, era más que obvio que esto lo utilizaban como una bodega. El soldado me dijo que mañana en lo que yo estuviera en clases repararían la electricidad, ya que ni siquiera había eso, y que la razón por la cual me instalaron ahí, fue porque todas las demás habitaciones ya estaban ocupadas.

En lo que restó del día me propuse a limpiar mi nuevo cuarto, incluso Aylin me ayudó, así que fue un poco más rápido. Cuando sacudimos cada esquina comencé a organizar lo que tenía en la maleta que trajimos en el pequeño ropero que me habían dado, ya en la tarde me enviaron mi uniforme y me lo medí, la verdad me encantó, todo el conjunto era negro y de licra. Era una blusa básica, una especie de chaleco en forma de armadura muy ligera pero dura, unos pantalones y unas botas tipo militar, también tenía algunos accesorios, como rodilleras y coderas, además de unos guantes que cubrían hasta el brazo. El resto de mi día se fue organizándome, cuando cayó la noche me acosté temprano, ya que como no había luz no podía hacer nada más.

- No volveré a alejarme, haré todo lo posible porque me perdones... Feliz cumpleaños Mili

- Jake... Jake... ¡Jake!

Abrí los ojos y me di cuenta que todo había sido un sueño, me incorporé y me tallé los ojos para despertarme completamente, al instante comenzó a sonar una tipo alarma, supuse que era momento de comenzar a alistarme, así que me levanté y me arreglé para mi primer día de escuela. 

ASHKALY: en búsqueda de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora