100 [EPÍLOGO]

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Dedicado a la mujer que es demasiado suya para ser mía.

Estimado/a/e lector.

Bienvenido a mi primer libro. No el primero que he escrito, pero si el primero que anhelaba viera la luz.

Nunca he sido quien mejor invita o redacta una opinión sobre un libro, pues he leído lo suficiente, pero no soy una ávida lectora, por lo que tuve que escribir esto más de una vez para sentir que me convencía, así que utilizando las palabras de mi querido Cervantes, te pido disculpas si encuentras errores aquí, pues soy más bien de buscar relatos reales y no tanto de una perfección casi parnasiana.

Podría comentarte de quienes he aprendido lo que sé sobre escribir, qué autores, qué escritores, qué mentes brillantes me ayudaron a llegar hasta aquí, pero te estaría mintiendo si dijera un nombre en específico. Conozco bastante autores, he leído libros hasta hartarme, intento mantenerme leyendo para ejercitar mi mente y la forma en que comprendo la existencia, y porque existió una mujer que me dijo alguna vez "Leo lo suficiente para escapar de mi vida, y poder investigar en la vida de otros", quizá ese consejo es parte de mi afán creativo. La vida de otros en mis historias, excepto por esta.

Esta historia, ilustrísimo lector, ha sido extraída desde lo más profundo de la cavidad que yace en mi pecho. Es el mineral más preciado de mi cueva a la que llamamos comúnmente como "corazón", pues este bombeaba una idea desde el momento en el que un cabello oscuro y salvaje atrapó mis pensamientos como si fuese una red de la que no podría escapar.

Me perdí, o eso creí desde el momento en que el comencé este viaje para poder escribir lo que sentía cada que sus ojos se posaban en mí sin permitirme pensar en algo más que en ella y las pecas que rodeaban su nariz delgada, y los lunares que adornaban el borde previo al labial marcado que veía en ella siempre que el humo era expulsado desde sus labios.

Pero no, honestamente no me perdí, le di rienda suelta a lo que sentía, lo admito, pero... ¿es acaso culpable el poeta de sentir tanto cuando vuelve a sus musas parte de su arte? Te contestaré que no, porque no me arrepiento. Sentir no es malo, incluso si el resultado es incierto. Lo malo es ahogarnos con nuestras emociones, cuando simplemente son olas que nos invitan a nadar sobre ellas, no en su contra.

De pronto la tormenta no era sino calma, las olas no eran sino suaves, y la lluvia no era sino sol, de la misma forma en que el amor no tiene que ser desamor siempre.

Tal vez le estoy dando demasiadas vueltas al asunto, y lo que tú deseas, querido lector, es acercarte a lo que este libro tiene. Esperas un indicio del cierre, o un indicio del por qué te invitaré a elegirlo, y releerlo cuantas veces gustes. Es sencillo. Este libro, queridísimo lector, fue creado porque conseguí una musa, volví a sentir, volví a creer que el amor no era, no debía... ser algo malo.

Este libro es personal, es mío, pero pasará a ser tuyo en cuanto lo leas, formará parte de tu vida, te atrapará tanto que buscarás respuestas y créeme que no importa la página que elijas, habrá algo para ti allí, esperando a que lo rescates para ser la filosofía de tu día. No lo vuelvas la filosofía de tu vida, hazlo parte de tu día y renueva eso al siguiente. Todos podemos mejorar día con día.

Este libro tan mío, pero que es demasiado tuyo para ser mío, estimado lector, será mi invitación para que puedas sentirte capaz de encontrar paz, de conseguir un progreso en lo que buscas, de enfrentarte a lo que creías eran demonios y en realidad ni siquiera eran rivales dignos de tu energía.

Este libro, es mi cierre, y también mi inicio. Es demasiado mío, pero ahora es tuyo, ilustrísimo lector.

Como último favor antes de dejarlo en tus manos, pensando en que disfrutarás releyendo para encontrarte con más libros, y con una historia ligada pero demasiado suya para pertenecer a otros autores, te pediré que me permitas dejar mi papel de narrador y me permitas ser el autor, aquí mismo.

Agradeciendo tu comprensión, queridísimo lector, dejaré de describir a la mujer de cabello ruloso de color azabache y ojos castaños que recitaba poesía como maníaca y me hizo amarla por eso, y comenzaré a describirte otra situación, siendo alguien más. Siendo quien escribió esto, no quien te lo cuenta.

Soy Elizabeth, y esta, mi historia, está dedicada a la mujer de ojos verdes y corazón literario, a ella y nuestros hijos; Elliot, Rose e Ismael. Está dedicada a mis amigos, a mis hermanos, a los que lean y a los que la dejen de leer, a quienes esperaban algo y a quienes no, pero sobre todo, lector, esta historia va dedicada a ti, a ti que la leerás de ahora en adelante, a ti que disfrutarás (o no), de ella. A ti lector, que descubrirás libros, poemas y citas en ella, a ti que desearás entrar allí e investigar la vida de las protagonistas, a ti que te enojarás, reirás y llorarás, espero que este, mi libro que ahora es tuyo, sea suficiente para acompañarte, y que cada vez que necesites un cobijo o comprensión, puedas hallarlo aquí.

Soy Elizabeth Olsen, tu autora. Gracias por quedarte hasta ahora. Te veré en la primera página pronto.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora