Capítulo 48

2 0 0
                                    

Axel David Garza Cantú

Monterrey, México.

Mi primo estaba encantado y feliz de la vida con su chica y ella se sentía muy feliz con él. Caro y yo los fuimos siguiendo en el paseo a caballo al paso al que ellos iban, que no era muy rápido porque no sabían montar ninguno de los dos, aunque eso no impidió que disfrutáramos todos del hermoso paseo.

–Este lugar es impresionante – dijo Vera – aquí se pueden hacer muchas cosas.

–Sí, yo te dije que el rancho de mi primo es una maravilla – dijo Dorian – por eso él y su novia seguramente están muy a gusto aquí.

Todo el que venía a ver el rancho quedaba encantado, mi padre ha hecho de este sitio uno de los mejores de la zona. De chico siempre me había encantado estar de vacaciones para que me trajeran al rancho. Es para mí un lugar lleno de paz, para venir a descansar y a pasarla bien. Y ahora con Caro y viendo que a ella le ha gustado, es un motivo más para venir más seguido.

–Sí, lo estamos y ahora que vinieron ustedes podemos hacer otras actividades. Yo pensaba en ir a Santiago en la noche para que nuestras chicas conozcan – les hice la propuesta – claro que, si ustedes tienen algo más en mente, lo podemos discutir.

–Por mí, lo que quieran hacer está bien – dijo Caro – yo me puedo adaptar a lo que sea.

Esas dos las cosas que más me gustan de Carolina, ella no le dice que no a nada. Creo que no la voy a dejar ir nunca de mi lado, así como dice ella que se puede adaptar a cualquier cosa, yo también me puedo adaptar a lo que ella diga.

–Por eso me encantas – le dije delante de todos – eres única y eres perfecta en todos los sentidos, Caro.

–Alguien está muy enamorado – dijo Dorian – eso es bueno primo que no te hayas cerrado al amor después de lo de Paula De la Riva, cualquiera diría que nunca ibas a poder superar lo tuyo con esa mujer.

Seguimos en el paseo a caballo y parecía ser que lo que dijo Dorian de lo mío con Paula no era un buen tema de plática, ya que ni Caro, ni Vera comentaron nada al respecto. Nos fuimos en los caballos hasta la cascada y solo de acordarme lo que Caro y yo hicimos, eso me hizo volverme loco y que me dieran ganas que eso pasara de nuevo.

–Mira Vera, estas son las cascadas de las que te hablaba – dijo Dorian – es un paisaje natural impresionante.

–Sí, son una maravilla – Vera sacó su teléfono y empezó a sacarse fotos con mi primo – vengan chicos, vamos a tomarnos fotos juntos.

Mi padre había encontrado este hermoso lugar que es el atractivo principal del rancho, no todos tenían su propia cascada y cuando mis padres estaban casados, los viajes siempre fueron de los mejores, yo era el más feliz de todos y llegué a pensar que mis padres durarían por siempre juntos.

–Claro.

Todos nos unimos a las fotos, aunque yo quería un rato a solas con Caro y ella parecía querer lo mismo, me di cuenta de eso cuando ella tomó mi mano entre la suya y tiró de mí para alejarnos un poco de mi primo y de su novia.

–Axel David, mi amor, creo que debemos dejar que Vera y Dorian hagan lo mismo que nosotros hicimos anoche – dijo Caro – sería muy bueno para ellos y podemos irnos a acostar a algún lado.

–Solo a acostar, ahora tenemos compañía Caro – sonreí divertido – acepto tu propuesta.

–Sí, vamos a decirles que ahora regresamos.

Caro y yo nos acercamos a mi primo y a Vera y no necesitamos decir mucho, yo le hice una señal con la mano a Dorian indicando que ahorita en cuestión de nada volveríamos con ellos y él accedió con un movimiento de cabeza. Caro me tomó de la mano y nos abrimos paso entre la naturaleza y, ya que nos alejamos un poco, ella se acostó en el pasto y yo hice lo mismo a su lado, admirando desde esa posición como se veían todos los árboles, nunca había hecho eso y tampoco pensé que lo haría.

–Esto es hermoso, Axel David – me dijo Caro – los árboles son tan iguales a simple vista y tan distintos, ya que los ves así.

–Sí, preciosa. Nunca los había visto de esa forma, nunca había hecho muchas cosas de las que hemos hecho y me da gusto que tú me hagas, que las haga y más que eso, que las disfrute.

Cuando veníamos los tres, mis padres y yo, paseábamos por los mismos lugares y escogimos una zona para hacer pícnic y así nos quedábamos durante el día y luego regresábamos al rancho a descansar, ahora con Caro, voy descubriendo nuevos lugares.

–Yo disfruto todo estando contigo y claro que saldremos con tu primo y con su novia, aunque ahorita se me antoja robarte unos muchos besos.

Sin duda alguna Caro es la mejor, me tiene cautivado con su sencillez y su espontaneidad. No veo nada forzado en ella y en verdad se adapta a todo. No sé qué había hecho yo perdiendo mi tiempo en una chica como Paula. Me encanta que Caro sea todo lo contrario a esa estirada de mi exnovia. A Caro la quiero a mi lado.

–Róbame los que gustes, Caro. Yo soy todo tuyo.

Caro se acostó encima de mí y nos empezamos a besar como si no hubiera un después, ella es tan hermosa que se ha convertido en una gran tentación para mí y eso es lo mejor que me pudo pasar. Nunca creí que después del dolor de perder a Paula, la vida me recompensaría estando con una hermosa chica y con una que estaba bastante loca también, ya que en el calor de los besos Caro se desató y me empezó a desabrochar a mí la camisa y, ya que lo hizo me besó el pecho de un modo que hizo que yo quisiera algo más.

–Caro, si sigues haciendo eso aquí terminará pasando otra cosa – le dije riéndome – aunque si ya lo hicimos en las cascadas, qué más da que lo hagamos en todos los lugares del rancho.

No iba a poder aguantar más, si Caro seguía no me iba a detener, seguiría el curso del volcán que ella estaba a punto de llevar a la erupción. Ella despierta en mí todos los instintos más salvajes y en estos momentos solo pienso en hacerla mía. La deseo mucho más de lo que se puede llegar a imaginar.

–Yo encantada, Axel David.

Seguimos en lo nuestro un buen rato, yo empecé a besar a Caro en el cuello y le di la vuelta dejándola a ella recostada en el pasto y en ese momento los gritos de mi primo se hicieron presentes.

–Axel David, primo – gritaba Dorian – ayúdame, Vera se cayó al agua.

Apuesta por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora