17. Nunca fue buena idea

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KYRIA:

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KYRIA:

La cabeza me daba vueltas... las luces se cruzaban por mis ojos, la música retumbaba en mis oídos y corazón, mi cuerpo se movía con el ritmo de la música y veía a todos como si tuvieran gemelos, o tal vez solo era mi visión que confundía luces con personas.

En un momento dado que la canción llegó a su fin sentía mi respiración acelerada. De pronto las luces se tornaron rojas y el lugar se oscureció más de lo normal, arrugué ligeramente la frente y otra canción comenzó a sonar en los parlantes.


LUIS:

No podía llevar la cuenta de cuántos vasos había tomado, aunque aún no estaba del todo borracho tenía la sensación de que me había tomado más de diez vasos, pero aún así me acerqué a la barra y pedí uno más. "Él último" dije para mí. Cuando el barman me entregó el vaso con giré hacia la pista de baile buscando a mis amigos, en especial a Kyria, quien luego de tomar lo que le dio Mateo pareció desconocerse totalmente. Luego de unos segundos logré verla, estaba bailando como si no hubiera mañana, su sonrisa valía más que el oro.

Le di un sorbo a mi bebida y revisé la hora en mi teléfono, 2:30am. Ya era muy tarde y debíamos salir de ahí antes de que amanezca o alguno de nosotros se meta en problemas. De repente vi una mano pasar delicadamente por delante mío y tomar el vaso que tenía, giré mi cabeza confundido y vi a Kyria terminándose el líquido de un solo sorbo, causando que algunas gotas del licor se paseen por su mandíbula y cuello. Me miró con una sonrisa sexy y regresó el vaso a mi mano pasando la suya por mi brazo, a penas tocando mi piel llegó hasta mi mentón, se quedó mirando mis labios y sin intención me los relamí, sonrió y siguió con su mano pasando por mi otro brazo con una sensualidad increíble y llegó al final entrelazando sus dedos con los míos jalándome fuera de la barra con el vaso en mi mano.

Llegamos a la pista de baile y ella no dejaba de sonreír. Pasó sus manos por mis hombros y se acercó peligrosamente, su cadera desnuda se movía al compás de la música y me atreví a posar una de mis manos en ese tentador lugar. Su movimientos eran muy perfectos y la forma en que me miraba estaba comenzando a carcomerme por dentro. Tenía su labio inferior atrapado entre sus dientes y me dieron ganas de morderlos con agresividad para ver su reacción. Cada segundo que pasaba la sentía más cerca, tanto que podía sentir su respiración juntándose con la mía, su abdomen se pegó a mi torso y sus piernas se ubicaron a los lados de la mía, los movimientos coordinados y lentos que hacía para provocarme funcionaron bastante bien. Se dio media vuelta en un cambio de ritmo de la canción y su espalda me golpeó el torso, su cabello se enredó en mi cuello y su mano se acomodó detrás de mi nuca — Me vas a volver loco — susurré en su oído y ella solo sonrió de lado — Ya lo estás —

Su cadera se movió con golpes marcados que comenzaron a despertar a mi amigo ahí abajo, apreté la piel de su cintura y ella soltó un jadeo que solo yo pude deleitarme de oír, su trasero pegado a mí mientras lo único que hacía yo era disfrutar de la sensación. La mayoría de personas en la discoteca estaban en la misma situación e incluso más atrevidas.

Inquebrantable (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora