You pop when we get intimate

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Las manos del rosarino empapadas en agua fría iban directo a su cara, en una especie de despertarse o simplemente bajar un cambio. 

Sabía que esos meses de concentración no serían para nada fáciles, como pasaba cuando la tenía tan cerca y al mismo tiempo lejos, siempre riendo, incluso con el tapabocas podía notar cuando sonreía ya que sus ojos se achinaban, aquellos ojos cafés y esas pestañas que revoleaba y te dejaba bobo.  

- Bueno Lionel, cortala - Se miro en el espejo y se reto internamente

Todo empezó por un ataque de celos, de esos celos tontos que no tienen razón para aparecerse, pero están. "Esperando la Carroza" volvía a repetirse por la televisión del living del predio, ella estaba sentada en uno de los sillones y a su lado Matias Manna, donde intercambiaban risas o datos de la película "- ¿Sabías que la escena del loro es improvisada?-" Los ojos de ella en asombro y la risa más linda salía de sus labios, y la bronca en el pujatense aumentaba como nunca, apretando los dedos en la tela del sillón o en las piernas, ¿por qué el no podía estar de esa forma? ¿por qué el no podía hacerla reír de esa forma? 

Harto de la situación se paró y se fue a la habitación, todos parecían pasar una tarde increíble a excepción de el, no sabía que más hacer para que los 15 días pasaran rápido de una buena vez y al menos no cruzársela tan seguido aunque el sabía que siempre una excusa tenía para pasarse por su consultorio fingiendo "un dolor de espalda", y en esos minutos el tacto fresco de esas manos jóvenes tocando el cuello era un mimo al alma - y a otra cosa también -  

Al salir del baño se acostó en la cama y decidió dormir una horita hasta que cenaran, su inconsciente le jugo una mala pasada como ocurría regularmente. En aquel sueño sus manos tocaban la piel suave de unos pechos, bajando por el abdomen, lo único que escuchaba eran gemidos y suspiros pesados, pero necesitaba más, por lo que usó su boca para mordisquear aquel cuerpo, dirigiéndose desde el abdomen hasta el cuello de ___ que se arqueaba desnuda bajo suyo, pero al momento en donde sellarían aquel encuentro con un beso, el celular de Lionel pincho cual alfiler ese recuerdo ficticio, "la re puta madre"  miró con un ojo el mensaje de Pablo que le decía que estaban por cenar, su siesta de una hora terminó siendo de dos. 

Por suerte lo tenía al ex River que lo distraía, mostrándole algún vídeo de algún jugador que le quedó por ver o lo que sea, pero así quisiera dirigirle su atención al cordobés sus ojos iban directo al otro extremo donde la veía a ella hablar con Matías, ¿tan amigos son? ¿por qué Matías nunca lo comentó con ellos? Quiso desviar la mirada pero se vio atrapado por los ojos marrones de la kinesióloga, avergonzado solo miró hacia abajo y se dispuso a comer las milanesas del predio que fueron su refugio. 

- No entiendo porque sos tan cagón boludo - Le decía Pablo mientras estiraba las sábanas de la habitación que compartían, lo tenía con las orejas cansadas de siempre hablar de la joven que desde el minuto uno que piso el predio ya lo tenía bobo, no era el único, todavía tenía el recuerdo de como sus jugadores quedaban prendidos a ella cuando pisaba la cancha en los entrenamientos, llamándole la atención a más de uno que se quedaba "charlando" de más. 

- Pablo no es fácil, soy un viejo que no tiene tiempo ni para sus hijos mirá si necesito ahora meter a alguien en este caos - El divorcio no fue nada placentero, sentirse un fracaso, como su idea de matrimonio y familia se caía a pedazos, todavía tenía en su retina la mirada de sus hijos cuando los sentó y con Elisa trataron de hacer un discurso amigable explicando que el no iba a vivir más con ellos, Noah con sus preguntas incómodas que todo niño hacía lo hizo sentir peor de lo que se encontraba mientras que el más grande formó una coraza del cual nadie ingresaba. Su vida después de aquel suceso era llegar a su departamento vacío y hacer videollamadas con sus hijos, bueno, solo uno de ellos. 

° One Shots ° - Scaloni - AimarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora