Las clases de la profesora Hall eran muy entretenidas, su brazo seguía inmóvil pero no dolía. Con la varita en mano escribía cada apunte que creía necesario. Su rostro aparentaba tranquilidad, aunque su mente intentaba apuñalarla, desde que término en la enfermería no había sabido nada de sus amigos. Elliot caminaba con su grupo de amigos, no se había acercado para saber su estado y Alice estaba ahora en otra línea de sillas separada de ella.
Comenzó a sentir incomodidad, sus manos comenzaron a temblar sin ninguna razón. Esta ocasión sería perfecto para esconderse en el bosque pero mientras su brazo este no podía arriesgarse a andar en tres patas.
-Bueno mis niños mañana tendrán libre- la profesora hablaba tranquilamente mientras iba repartiendo los ensayos de historia. -Pueden ir de compras siempre y cuando muestren su permiso al señor Filch- vio a Rellish con una sonrisa -Pueden quedarse aquí y disfrutar del arte de la literatura-
Con un movimiento indicó la salida, Rellish recogió sus cosas para ir a su habitación y tocar su guitarra, sintió un ligero toque en su espalda. Volteo para ver unos ojos verdes fijos en ella. Su mente se cerró completamente.
-Hola- hablaba tranquilamente aquella pelirroja. Escaneo su brazo con tristeza -Gracias por lo que hiciste- bajo la cabeza apenada.
Rellish se paró firme, era más alta que Lily. Con delicadeza tomó la mano de esta en un fuerte agarre. Suspiro para regalarle una sonrisa sincera, Lily quedo sorprendida por la calidez de Eris.
-No hay de que- apretó una vez más la mano de Lily para soltarla, intento avanzar ala salida pero la pelirroja la detuvo. Levantó la ceja por curiosidad. No supo pero volteo a ver hacia atrás, la profesora ya se había retirado, más en su asiento habitual estaba Snape atento.
"Parece perro preocupado por su amo"
El pensamiento casi la hace reír, con una tos fingida esperaba a que Lily explicara su acción.
-¿Te gustaría ir a hogsmeade con nosotros?-
Iba a contestar un amable no, quería quedarse en la escuela, hablar por carta con Petunia y comer moras en el bosque. Ese era su plan hasta que una silla las hizo voltear para ver cómo Snape se levantaba abruptamente. Camino hasta ellas haciendo a un lado a Eris sin precaución.
-¡Dijiste que irías solo conmigo!- trato de regular sin éxito su voz.
Lily quedo muda, le había hecho esa promesa a su mejor amigo, incluso le había negado a Potter su invitación. Pero ver ahí a Rellish su corazón reaccionó sin más.
-Vamos Severus, Rellish es de tu casa, te hará bien conocer a más personas- se acercó ahora dejándose e lado a Snape y le tomó la mano lastimada a Eris -Ven, será divertido- le sonrió
Snape estaba molesto, las miraba con recelo.
-Lily yo tengo que bue..no es que- trago con dificultad, intento alejarse un poco.
-Se que Petunia estaría orgullosa de ver cuanto has crecido- escucharla decir eso le dio ternura, a su amiga la extrañaba muchísimo. Con la mente en alto y viendo de reojo a Snape con burla abrazo a Lily.
-Será un placer-
Se separó con cuidado y salió dejando a ese par en el salón.
Su tía Meridia le había firmado el permiso todos esos años desde que tuvo edad suficiente para ir. Esa mañana sin clases ni tareas se sintió un poco extraña. Estaba buscando en su baúl sus guantes y bufanda, espera con ansias la nieve que estaba tardando. El viento estaba frío, al encontarlos sonrió. Bajo cada escalón con saltos de alegría, aun pensaba que Lily y ella por alguna razón eran muy diferentes. Al estar en la sala común esta estaba silenciosa, ya estarán todos esperando abajo.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.