Después de desayunar salieron a comprar, cada uno llevaba bolsas. Eris volteo los ojos al ver cómo Snape tomaba las compras de Lily. Su corazón estaba más calmado, resultó llevadero estar con Evans y Snape solo tenía que ignorarlo.
En unas de las bolsas llevaba unos lindos regalos para su tía y Petunia. Pararon en la biblioteca ya que Snape quería comprar unos libros, ambas esperaron afuera, no podían entrar mientras estuvieran comiendo deliciosos panecillos. La tarde comenzaba a caer, pronto sería hora de irse. Lily se distrajo con unos lindos gatitos, acariciandolos con suavidad.
Rellish estaba por argumentar algo interesante sobre los felinos, pero por el rabillo de sus ojos captó aquellos hombres del local, llevaban capuchas. Caminaban hacia un local que parecía abandonado. Intento ignorarlo, más el viento soplo fuertemente haciendo que uno de las capuchas se bajara. Si no fuera porque estaba cerca de una pared, caería. Aquellos cabellos rubios la hicieron palidecer, una mujer estaba en medio de los hombres. No la había visto en el local donde desayunaron, una mano tocó el hombro de la dama para cubrir su cabellera. Al entrar todos, solo uno quedo, miro con cuidado hasta cerrar la puerta.
"Padre y madre"
Comenzó a moverse, su garganta se iba cerrando. Cerró los ojos para analizar, decidida miro a Evans que seguí encantada con los gatitos. Saco su varita y comenzó su andar rápido. Las personas que estaban ahí no parecían prestarle atención, los profesores seguían en los locales. Se escondió un par de veces en los carruajes estacionados, sus piernas comenzaron a temblar. Camino hasta la parte de atrás del local, tuvo que escalar el cerco para acercarse a una de las ventanas sucias. Intento mirar pero no se observo nada. La puerta estaba sellada, intento una vez más con las ventanas hasta que una cedió, pudo abrirla. Agradeció que no hiciera ruido, se subió con cuidado. Al entrar olio la suciedad y el polvo, arrugó la nariz. Estaba en una habitación, camino hasta tocar una pared, encontró un largo pasillo. El local era de una sola planta, con cuidado abrió cada puerta encontrando muebles destruidos, estaba por rendirse cuando escucho algunas voces elevarse. Se guio hasta encontrar una puerta que la cubría un horrendo tapiz.
En esa habitación, no había muebles rotos o suciedad. Una mesa grande se extendía, en ella estaban siete hombres y cuatro mujeres, cada uno con ropas que no cuadraban con el local. Trato de acomodarse para buscar a sus objetivos, abrió muy lento la puerta. Las velas que estaban ahí la ayudado a ver los rostros de cada uno. Incluso aquella dama de cabellera rubia que estaba cerca de un hombre de cabellos negros y ojos grises. El hombre mantenía su mano sobre la de ella, los anillos estaban al alcance de la vista de todos.
-¡Yo tengo mi lado, que hay ustedes? -
-Lestrange, primero calmate- le hablaba un hombre que tenía una copa de vino en la mano.
El nombrado se levantó sacudiendo un poco la mesa.
-Lo he visto Malfoy, crees que cuando el venga podrás calmarlo como tratas de hacer conmigo- sonrió -Mi hijo sabe cual es su camino, espero que tu hijo sea así-
Abraxas Malfoy sintió el agarre fuerte de su esposa, trato de mantener la calma. Miro al de ojos grises.
-¿Rellis que decides?- le hablo directamente al caballero que no se apartó de su esposa.
Arzhel se separó de su esposa y se colocó aún lado del patriarca Lestrange. Con delicadeza paso sus manos por detrás de su espalda, miro a sus colegas y socios.
-No dejaré que la familia Rellish desaparezca, haremos lo necesario para seguir en el juego, les sugiero que hagan esos. Extiendan sus aliados y mantengamonos unidos, materializó copas llenas de una bebida roja. -Por la pureza de sangre-
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.