31. Una noche de Halloween

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Pareja: IchiRuki 


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Para Rukia era la primera vez que festejaba aquello llamado Halloween, por lo que le había explicado su novio, era una festividad de occidente, la cual comenzó a celebrarse en el país del sol naciente hace un par de años atrás.

La tradición consistía en que los niños se disfrazarán y pidieran dulces en las casas del vecindario; y los jóvenes asistían a fiestas realizadas por los clubs de sus respectivas escuelas o de algún conocido; y algunos iban al centro de su ciudad para celebrar la festividad en algún local, mayormente esta actividad era hecha en la capital del país, Tokio, para ser exactos en Shibuya.

En su caso, la preparatoria de Karakura, realizaría un evento entre sus estudiantes para celebrar aquella fecha.

La shinigami estaba a unas cuantas horas de ir al evento, y como no sabía mucho del tema, no compré un disfraz.

Por lo tanto, en estos momentos se encontraba de última hora estaba en la búsqueda de uno, ya que para sus desgracia, esta vez no llevarían uniforme escolar sino podrían disfrazarse de algún personaje de anime o de una de las tantas criaturas que se contaban en las leyendas de occidente,

Su idea era usar un disfraz del conejo Chappy, no obstante, no consiguió uno ya que los de su talla se encontraban agotados y los únicos disponibles era un traje para una niña de cinco años.

Intentó probárselo con la esperanza de que su complexión pequeña le favoreciera en esta ocasión, sin embargo, le quedaba demasiado pequeño.

Resignada, decidió ir por su segundo plan que era enrollarse en papel higiénico como había encontrado en aquella página de disfraces en cinco minutos.

—¿Qué haces aquí Rukia chan?

La voz de su cuñada la sacó de su ardua búsqueda de conseguir el papel más económico para su improvisado disfraz.

—Estoy buscando un papel barato para mi disfraz.

—¿tu disfraz?

Le explico la situación en la que se había metido.

—sabía que algo así pasaría, tú no estarás familiarizada con la festividad y no sabías que se debe comprar con antelación, si quieres un buen disfraz y a mi hermano no le interesa esas cosas, estoy seguro que solo iría con un parche y una camisa blanca para fingir que es un pirata, siempre usa ese disfraz cada año.

Rukia y Yuzu compraron un par de cosas que necesitaban para la cena y para darle dulces a los niños que pasaran por la clínica familiar.

Tras haber comprado todo, ambas volvieron a casa.

En la habitación de las gemelas se encontraba el ser espiritual y la humana.

Yuzu se adentro en su armario en búsqueda del disfraz que consiguió.

—aquí está, espero que te quede, use mi medida para comprarlo.

—no te preocupes, ambas tenemos la misma medida—respondió

Se probó el traje, y como era de esperarse le quedó bien, debido a que la hermana de su pareja y ella eran de la misma talla, por eso a veces le pedía prestada ropa.

—gracias Yuzu, ¿Cuánto te debo?

—nada, mi padre me dio dinero para comprarle a ambos, al parecer quiere tomarle fotos antes de irse a la escuela.

Días de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora