Emiya Shirou había pasado los últimos años de su vida vagando por el mundo, impulsado por un propósito singular: ayudar a los necesitados y proteger a los inocentes. Con nada más que la ropa en su espalda y una inquebrantable determinación se había embarcado en un viaje para hacer del mundo un lugar mejor, un alma a la vez.
A donde quiera que fuera, Shirou buscaba a aquellos que sufrían, aquellos que habían sido dejados atrás o olvidados por la sociedad. En las ciudades abarrotadas, se ocupaba de los huérfanos y los indigentes, compartiéndoles su escasa comida y brindándoles el consuelo de una mano amiga. En los pueblos azotados por la pobreza, trabajaba incansablemente para reparar hogares en ruinas y cultivar campos descuidados, devolviendo la esperanza a las comunidades desesperadas.
Pero el trabajo de Shirou no se limitaba a simples actos de caridad. Cuando la injusticia amenazaba, cuando los inocentes eran presa de aquellos con poder e intenciones nefastas, intervenía sin miedo. Ya se tratara de enfrentarse a señores feudales corruptos o defender aldeas de bandidos despiadados, Shirou siempre estuvo del lado de los oprimidos y los indefensos.
A pesar de los inmensos desafíos y peligros que enfrentó, Shirou nunca vaciló en su misión. Cada vida que tocó, cada sonrisa de gratitud que recibió solo reforzó su resolución de seguir adelante. Encontró un propósito y un significado en su incansable búsqueda de la justicia, y eso hizo que todos los sacrificios valieran la pena.
Sin embargo, fue en la pequeña ciudad de Millfield donde el camino de Shirou tomó un giro oscuro y traicionero. Al llegar a las puertas de la ciudad, se encontró con una comunidad al borde del colapso. Las cosechas habían sido escasas, la enfermedad corría desenfrenada y un sentido de desesperación impregna el aire.
Sin perder tiempo, Shirou se puso a trabajar. Pasó sus días en los campos, ayudando a los agricultores exhaustos a cosechar lo poco que quedaba de sus cultivos marchitos. Sus noches las pasó en el improvisado hospital de la ciudad, cuidando a los enfermos y consolando a los afligidos. Incluso cuando su propio cuerpo se debilitó por el agotamiento y la falta de alimentos, Shirou se negó a disminuir la velocidad, impulsado por su férrea determinación de marcar la diferencia.
Poco a poco, gracias a los incansables esfuerzos de Shirou, la ciudad comenzó a recuperarse. Los cultivos comenzaron a prosperar una vez más, los enfermos se recuperaron y un atisbo de esperanza regresó a los ojos de la gente. Miraron a Shirou con asombro y gratitud, susurrando entre ellos que era un regalo de los dioses mismos.
Sin embargo, no todos en Millfield veían las acciones de Shirou de manera positiva. En las sombras, aquellos con poder e influencia observaban sus esfuerzos con creciente alarma y resentimiento. Su presencia amenazaba el status quo, y no permitirían que un forastero errante socavara su control sobre la ciudad.
Mientras Shirou continuaba su trabajo, ajeno a las maquinaciones en su contra, sus enemigos comenzaron a tejer una red de mentiras y engaños diseñada para destruirlo. Susurros de traición y brujería comenzaron a extenderse por la ciudad, alimentados por lenguas celosas y corazones manipuladores.
Al principio, Shirou desestimó los crecientes murmullos de disensión como nada más que habladurías ociosas. Estaba demasiado concentrado en su misión de ayudar a los necesitados como para prestar atención a rumores infundados. Incluso cuando las miradas de gratitud que una vez habían seguido sus pasos comenzaron a transformarse en miradas de sospecha y miedo, se negó a ser disuadido de su propósito.
Sin embargo, las semillas de la duda y el engaño que sus enemigos habían plantado pronto comenzaron a dar sus frutos venenosos. Los mismos aldeanos a los que Shirou había ayudado desinteresadamente comenzaron a cuestionar sus motivos, susurrando que tal vez sus acciones aparentemente desinteresadas ocultaban intenciones más siniestras.

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Destino Entrelazado
AdventureEn un inesperado giro del destino, Shirou se encuentra en el Lostbelt Britanico, una realidad alterna que nunca imaginó visitar. Sin embargo, lo que aún le resulta más sorprendente es la oportunidad de reencontrarse con Arturia, aunque comprende que...