la idea

500 68 9
                                    



Me despierto por un ruido de una cámara de fotos y un flash, encontrándome a Tom delante de mi haciéndome una foto.

-Dame eso ahora mismo-digo levantándome y acercándome a él para quitarle el objeto.

Él levanta la mano y yo me pongo de puntilla completamente pegada a él, intentando agarrar la maldita cámara.

-Joder Tom, dámela.

Apoyo una mano en uno de sus hombros para intentar darme impulso, pero en cuanto me doy cuenta de que me estoy restregando contra su cuerpo, me pongo nerviosa y dejo de intentar quitársela.

Él también se da cuenta y me mira fijamente a los ojos, dejando caer el brazo. Yo aprovecho que parece estar totalmente en blanco para quitarle la cámara, borrando la foto y devolviéndosela.

No me podían hacer fotos, o si no en un futuro me podría pasar factura. Si es que vuelvo alguna vez...

-¿Como has entrado en mi casa?-pregunto recogiendo las cosas que había dejado en el sofá anoche.

-No llegabas al trabajo y me han dicho que viniera a por ti-dice con tranquilidad mientras me seguía a mi habitación-he tocado la puerta, y como no abrías le he pedido a Matheo que abriese con las llaves de repuesto que guarda él.

-Ya tengo claro que podrían entrar a robar perfectamente-digo encerrándome en el baño para empezar a darme una ducha.

-¡Le he dicho que era de vida o muerte, si no, no me hubiera dejado pasar!-chilla a través de la puerta-¡a la próxima que me apetezca entrar a verte ya sé donde las guarda!

Un escalofrío me recorre la espalda al escucharlo, y unas cosquillas se hacen presentes en mi vientre.

-¡Un poco psicópata lo último!-digo empezando a enjabonarme el pelo y el cuerpo lo más rápido que podía.

-¡Puede que lo sea!-chilla esta vez con una risa malvada-¡Pero si eso fuera verdad, entraría ahora mismo en tu baño!

-¡Y terminarías en el hospital por la cantidad de champú en tus ojos!-chillo yo ahora haciéndonos reír más.

Termino, me envuelvo en una toalla y salgo, viendo que estaba sentado en mi cama esperándome.

-Veo que es verdad lo de que venías a por mi, y no solo a despertarme-digo pasando por delante y acercándome a mi vestidor.

Él no responde, hasta que salgo y lo llamo, ni si quiera me vuelve a mirar. Se había quedado mirando a la puerta del baño, con color carmesí en sus mejillas.

-¿Me vas a llevar o no?-pregunto poniéndome delante de él con mi bolso en el hombro.

Él asiente y se levanta, siguiéndome hasta la salida y esperando a que cerrara la puerta con llave para irnos.

Todo el viaje al trabajo fue en silencio, y cuando estuvimos arriba saludé a los chicos algo avergonzada por llegar tarde y se pusieron a tocar enseguida.

Un par de ideas llegan a mi mente mientras veo a Tom tocando la guitarra, haciendo que mis piernas se levanten de mi asiento y salgan de la sala rápidamente.

-Jorg, necesito papeles y lápices-digo entrando en su despacho sin llamar, y con algo de prisa.

Él me sonríe y me tiende una libreta de hojas blancas y unos lápices. Le doy las gracias y vuelvo corriendo a la sala en la que estaban los chicos, viendo que se habían quedado extrañados por lo que había hecho.

-Venga, seguid ensayando-mando cerrando la puerta y volviendo a sentarme.

Ellos siguen con las canciones, pero sí que es verdad que ahora siento un par de miradas en mi de vez en cuando, mientras yo plasmo mis ideas en esta preciosa libreta.

una grieta en el espacio-tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora