Capítulo 4- La Horda

11 5 1
                                    

•Daniela•

Las clases iban de maravilla, los pequeños aprendían con rapidez y resolvían ágilmente los ejercicios que les ordenaba hacer. Sin embargo, me gustaba enseñarles cosas más allá de lo que los de arriba me pedían.

Ellos solo querían que los niños supieran cómo leer y escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir. Según ellos, nosotros no necesitábamos más que eso para llevar a cabo nuestras funciones aquí debajo. Después de todo, un obrero no necesita saber nada con respecto a política, diplomacia o historia.

Estos niños no conocen más que esto, paredes de acero y hormigón, soldados y armas, trabajar para comer. Me gusta contarles historias sobre el mundo antes de todo esto, de como las familias se reunían en las navidades para festejar el fin de año, de cómo los niños iban con sus padres a los zoológicos y demás placeres que, en estos momentos, no podemos disfrutar.

—Bueno niños, ¿quién de ustedes me puede decir qué significa "mar"?— cuestioné recorriendo todo el salón con la mirada.

—Es cuándo haces algo que no es correcto, está "mar".— respondió uno de los alumnos.

—No cariño, la palabra que dices es "mal". Mar, es una masa de agua salada que cubre aproximadamente las tres cuartas partes de la superficie terrestre.—dije— Osea, el mar es como un charco pero muy grande y salado.

—¿Y para qué hacían mares maestra?— interrogó otro de los pequeños.

Su comentario me arrancó una sonrisa, eran tan ingenuos e inocentes, no merecían vivir en un mundo así de cruel.

—No los hacíamos cielo, los mares estaban en el planeta Tierra incluso antes que nosotros.—saqué un par de fotografías de mi buró y las mostré.—El mar era muy importante para los humanos, de él obteníamos alimento y también podíamos cruzarlo para llegar a otros países usando barcos.

—¿Sacaban alimentos del mar?— todos parecían confundidos con ese detalle.—¿Cómo sacaban raciones de ahí?

—Verán, antes la comida no era enlatada, bueno, no toda. Podían visitar lugares llamados supermercados y comprar todo lo que quisieran dando dinero a cambio.

Mientras más respondía, más preguntas saltaban de las inquietas mentes de los pequeños. Esto, me hacía olvidar por unas horas lo encerrada que me sentía aquí abajo.

Cuándo nos encontraron, nos dijeron que tendríamos una segunda oportunidad aquí, que los infectados no podrían atacarnos y viviríamos con normalidad, pero nos mintieron. Al principio estábamos felices de no tener que huir más, de tener una cama calienta en la que pasar nuestras noches, pero con el tiempo, todo eso cambió.

Hace unos años

Nos encontrábamos en las afueras, un grupo de saqueadores habían atacado nuestro campamento algunos días atrás y todo el grupo se había separado, una vez más éramos solo Chris, Allan, Andy y yo.

Nos habíamos ocultado en las ruinas de un pequeño pueblo, al parecer había sido evacuado hace poco, pues el interior de las casas indicaba que las personas no tuvieron mucho tiempo para agarrar sus pertenencias.

Los objetos estaban tirados por el suelo e incluso habían ollas de comida que aún estaban calientes. Por supuesto aprovechamos los recursos al máximo, comimos y bebimos lo suficiente como para aguantar un par de días más y lo que pudimos guardar, lo dejamos en nuestras mochilas para comer durante el viaje.

—¿Ahora qué hacemos?— preguntó Chris mientras miraba a Allan con atención.

Yo estaba sentada en el sofá ubicado en el extremo derecho de la habitación, junto a Andy, quién dormía profundamente. Él había estado montando guardia la noche anterior.

—Si, ¿ahora qué Allan?— dije apoyando la pregunta de mi amigo.

Allan estaba pensativo, no despegaba la mirada de la ventana y tenía su machete en la mano, esa arma lo había acompañado desde el día en que todo inició.

—Tenemos que encontrar al resto, a la familia de Chris principalmente.— respondió, con ese tono de seguridad que siempre tenía.

Incluso si estaba aterrado, intentaba mantener una imagen fuerte, hacernos creer que todo iba a salir bien, pero como todo ser humano, a veces se desplomaba y no era capaz de mantener esa máscara.

Noté que la mano en la que sostenía su machete estaba temblando ligeramente, su rostro reflejaba preocupación y al parecer esto se debía a aquello que estaba observando a través de la ventana.

Me acerqué para echar un vistazo, y al mover la cortina hacia un lado mi piel se erizó por completo. Un grupo enorme de infectados estaban caminando a un par de calles de dónde nos encontrábamos, normalmente eran caóticos y se movían en grupos pequeños, pero esta vez era diferente.

—¿Cómo...—mi voz se cortaba debido al miedo y de forma inconsciente comencé a susurrar—... cómo es posible?.

Chris vigilaba la ventana trasera, al parecer allí no había nada, ya que él estaba demasiado tranquilo, incluso bostezaba de vez en cuándo.

—No lo sé, pero parecen estar buscando comida, no tardarán en llegar hasta aquí. Debemos movernos.— él suspiró, me miró a los ojos y me regaló una sonrisa.— Lo haremos, no te preocupes. Y cuándo lleguemos a la Zona Verde nos reirémos por haber sido tan cobardes.

Lo abracé tan fuerte como pude, siempre nos cuidabamos el uno al otro y él era una de las pocas personas a las que le confiaría mi vida sin dudarlo.

—Bien, ¿cuál es el plan?— pregunté.

—Solo salimos, le volamos los sesos a cualquiera que se interponga y encontramos a mi madre.— dijo Chris sin voltearse hacia nosotros.— Creo saber en dónde está.

—Chris, tienes que ver esto, allí fuera hay...—Él me interrumpió.

—Sé lo que hay, de este lado está igual. Es un grupo grande, pero hemos estado en situaciones peores. Tenemos que enfocarnos, pensar fríamente y salir de esta.

Su actitud era diferente a cuándo todo esto comenzó, se había vuelto mucho más duro, más seguro de sí mismo... era un superviviente.

—Él tiene razón, despierta a Andy, no tenemos mucho tiempo...

Estábamos rodeados, solo contábamos con el machete de Allan, el arma de Chris y mi cuchillo. Teníamos todas las de perder, pero no había otra opción, había que escapar, o seríamos devorados por esos monstruos.

RatasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora