Estaba en mi habitación, intentado concentrarme en mis deberes reales. Son las 7 de la tarde. Habíamos desayunado, habíamos comido y después de eso me he puesto a escribir mis tareas reales. Mi cerebro ha empezado a pensar en las cosas que no debería pensar.
No entendía el motivo de mi falta de concentración. Eras tú. No sé como lo haces pero me haces perder hasta la noción del tiempo. Debido a la incapacidad de concentración en la que estaba sumida, he decidido parar un momento. Normalmente hago eso cuando estoy estresada y la verdad es que la mayoría de las veces funciona. Así que como la causa de esta situación mis pensamientos han fluido en voz alta.
-Puf, no me puedo concentrar haciendo estos ejercicios, desde que he conocido a Gonza, me siento atraída por él, no sé que hacer, no puedo ni hacer estos deberes reales. ! Qué frustración por dios ¡ Es que es una persona que me hace sentir tan bien y estos días que he pasado con él siento los nudos en la garganta y en el estómago fueran inexistentes.
Me siento liberada pero tengo que odiarle porque somos de mundos diferentes. Me gustaría probar esos labios pero no sé si el quiere, no sé porque no me deja nada en claro. Yo tampoco es que me exprese con claridad porque me da vergüenza y miedo no sé que decir. Me pone tan nerviosa y me pone los pelos de punta. Es la primera vez que no puedo controlar lo que pienso y siento; es como si mis sentimientos se descontrolaran y no tuvieran un cerebro acatar órdenes. No sé, pero tampoco puedo decirle nada que vergüenza, que vergüenza. Debería seguir con mis tareas y dejar de pensar en él.
Cuando he acabado la libertad que me ha invadido ha sido exuberante. Lo que no sabía en ese momento es que me habías oído y que el tono de voz que había usado no era demasiado suave que digamos. Volví a coger el bolígrafo y empecé a concéntrame de nuevo. Empecé a leer el texto hasta que noté como mi cabeza empezaba a asumir todos los conocimientos. Mientras yo seguía sumida en mis pensamientos académicos noté como te acercaste por detrás. Tu aliento impregnaba mi nuca. Notaba tu respiración así que tuve que girarme. Me encontré de frente contigo y una parte de mi se derritió por dentro. Me parecía como si nunca nos hubiéramos visto en varios días.
Los dos días que habíamos pasado juntos habían sido muy duros para mí, no sabía como reaccionar cuando estaba contigo, cuando notaba tu calidez, tus ojos mirándome y esos labios los cuales estaba deseosa de probar. Ahora mismo estaba dudando si podía aguantar dos semanas. Dos malditas semanas. Eso era mucho para mí. A quién se le ocurriría. Sólo a mí. Cuando me giro te veo enfrente de mi con tus ojos marrones mirándome.
Me pediste disculpas por hacerme perder la concentración y me confesaste todos sus sentimientos.
- Perdona por molestarte, sé que estabas muy concentrada con las labores reales pero es que no puedo concentrarme en otra cosa que no seas tú. Ya lo he dicho. Sé que es muy pronto pero como tenemos dos semanas me apetecería conocerte, ya no aguanto más; estos dos días han sido demasiado duros para mí porque ambos dijimos que teníamos que alejarnos pero es que no puedo más.
Me quedé perpleja porque no tenía ni idea de que sentía lo mismo que yo, puede que algo más. Yo solamente te pude contestar que me gustabas, que me ponías de los nervios y que me hacías sentir mariposas en el estómago pero que no podía hacerlo, que me tenía que alejar . Y le dije la típica frase " Es por mi propia seguridad" .
No estaba siendo sincera, de verdad quería estar con él pero era mi enemigo y ese prejuicio me estaba llevando a lo más hondo. Me reclamaste que no entendías por qué no podías hacerlo si yo sentía lo mismo.
- Pues no entiendo que es lo que te lo impide si sientes lo mismo.
- Pues porque te odio eso es todo no puedo hacerlo así que discúlpame.-Volví a contestarte la misma excusa de mierda porque no sabía que más podía hacer.
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Entre reinos rotos
FantasyEn el reino mágico dividido y sombrío de de Elariel, Jenara una joven y hábil e inteligente guerrera y al mismo tiempo hechicera y Gonza un heredero de la nobleza triste y solitario son dos almas atormentadas por sus propios demonios y que prov...