#SaeDay

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—¡Adivina, RinRin!

Shidou exclamó con emoción, mientras tenía su celular en la mano y miraba con una sonrisa a su compañero de equipo Rin, el cual solo lo miró con desinterés.

—¡Voy a tener una cita con tu hermano mañana!

Rin solo respiró hondo, tratando de mantener la compostura y no demostrar que aquello lo molestaba. Desde que había quedado en el mismo equipo francés tenía que soportar día a día que Shidou le hiciera alarde de que se comunicaba seguidamente con Sae, el cual le había dado su número después del partido de Blue lock eleven versus la sub20 japonesa.

Gracias a su maestro Loki, Rin y Shidou podían estar en un mismo lugar sin intentar matarse, pero en realidad el menor de los Itoshi cada día deseaba cometer homicidio contra su compañero de equipo. Rin estuvo a punto de comentar algo ofensivo, cuando recordó algo importante.

—Mañana es su cumpleaños.
—¿Eh? —Shidou lo miró con sorpresa—. ¿No estás intentando engañarme para dejarme en ridículo?
—Si no me crees busca en internet, imbécil.

Shidou hizo caso y al buscar por su celular descubrió que exactamente al día siguiente Sae estaba de cumpleaños.

—Él me dijo que tenía un día libre, pero no que era su cumpleaños —comentó Shidou.
—No es algo que él vaya contando porque sí —contestó Rin—. Y, además, si tienes interés por él es algo que deberías saber sin que te lo digan.
—¡RinRin! —El nombrado lo miró con desagrado al verlo acercarse hacia él—. ¡¿Qué le gusta a Sae?! ¡¿Qué le puedo regalar?!
—¿Por qué sabría yo?
—¡Eres su hermano!

Rin chasqueó la lengua y suspiró con frustración. Podría simplemente marcharse del lugar e ignorar a Shidou, decirle que no tenía razones para darle esa información; pero prefirió solo ser sincero y responder las preguntas.

—A Nii... a Sae le gusta el mar.
—¿El mar?
—Sí.

Shidou se quedó en silencio al notar una expresión melancólica en Rin, por primera vez decidió no burlarse de él.

—El mar es genial —comentó con una sonrisa, Rin lo miró en silencio—. ¿Hay algo en específico que le guste del mar?
—Le gustan las gaviotas, son su animal favorito.
—Qué tierno.

Rin no dijo nada más, los recuerdos de su infancia invadieron su mente, provocándole un dolor en el pecho; aquellos días jamás volverían, era algo que debía aceptar.

—Aceptó tener una cita conmigo en el día de su cumpleaños —comentó Shidou con una sonrisa—. Sae-chan es un romántico.
—Qué asco —murmuró Rin.
—¿Qué debería darle de regalo? ¿Un peluche de gaviota? ¿Algo relacionado con el mar? ¿Tú qué solías darle?

Rin miró a Shidou con frustración, dándose cuenta de que tendría para rato con el tema y que de seguro que Shidou no lo dejaría en paz después si no le seguía respondiendo con la sorprendente paciencia que tenía en aquel momento.

—Cuando éramos niños, después de jugar fútbol, tomábamos un helado en el muelle; para sus cumpleaños hacíamos lo mismo.
—¿No le dabas ningún regalo?
—Pues... —Un sonrojo se formó en sus mejillas—. Le hacía un dibujo.
—¿Un dibujo? —Una sonrisa burlesca se apoderó de su rostro—. Eras una ternura, RinRin, ¿qué te pasó?
—¡Cállate y ya no me preguntes más cosas!
—Está bien, está bien. Con lo que me contaste estaré bien.

Rin suspiró con frustración, su rostro serio cambió de golpe en el momento que recordó algo.

—Me faltó algo más, mañana ponte un pantalón ajustado.
—¿Eh?
—El asqueroso ese siempre le mira el trasero a los hombres.
—¿Qué? —Un pequeño sonrojo se formó en las mejillas de Shidou.

Regalo de cumpleaños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora