No ha pasado ni una semana desde que sacamos los billetes, aún no me lo creo.
Son las 6:14 a.m cuando apago la alarma, a penas entra luz por mi ventana.
Me levanto de la cama y salgo a la cocina a hacerme el desayuno.
Sara sigue durmiendo así que intento no hacer ruido mientras me preparo unas tosadas acompañadas de café.Miro a mi alrededor, me recuerdo que ya llevo un mes desayunando en esa misma cocina, nuestra cocina.
Friego los platos y repaso las cosas que he metido en la mochila. Está todo, en unas horas estaremos en el tren con destino a Helsinki.
Miro el reloj y son las 7:27.
Me despido de sara que está desayunando y bajo corriendo las escaleras con la esperanza de llegar a tiempo para coger el bus.Me pongo los cascos y miro por la ventana las calles que ya me se de memoria, no fue difícil de memorizar.
Es raro no? Pensar que ya llevo aquí un mes. Parece que fue ayer cuando me encontraba tomando el sol con mi hermana en las playas de Mallorca.
Me bajo del bus y camino hasta el edificio de taito en el que hoy tenemos clase de Cultural Heritage.
Me encanta esta asignatura porque cada día descubrimos algo nuevo que crear y relacionar con nuestro país de origen. Es curioso ver lo que nos ofrecen otras culturas.
En la clase de hoy hemos tejido un letrero con el diseño y palabras que hemos querido. Yo he escogido "Ohana significa familia". Les echo de menos, mucho, y me obligo a recordarme de una forma u otra lo mucho que les quiero.
Cuando termina la clase me dirijo a la parada de autobús que se encuentra al otro lado de la carretera. Adri me está esperando en el centro comercial y desde allí iremos andando juntas hasta la estación.
¿Es enserio? ¿Nos vamos de viaje? Nos vamos a Polonia!
Me bajo del bus y ahí la veo, esperándome frente a la puerta del Burguer.
Vamos hasta arriba de equipaje. Mochilas, bolsos... somos lo suficientemente ratas como para no pagar 50€ de equipaje. Ryanair no me va a llevar a la ruina sorry.
Cuando llegamos a la estación todavía no han llegado ni Anne ni Irati. Estoy feliz cada vez que me paro a pensar lo rápido que he encontrado un grupo. Me hacen sentir que nos conociéramos de toda la vida, y eso me gusta.
5 españolas, 2 vascas y 3 pavainas, pero lo más importante 5 valientes que se han atrevido a vivir solas esta aventura, Finlandia, y que por suerte se han encontrado para terminarla juntas.
10:08 a.m, ya estamos todas. Nos han tocado asientos separados pero como el tren va vacío nos sentamos en dos mesas de 4 personas.
Anne e Irati van escribiendo en su diario. Me da paz esa imagen de ellas escribiendo mientras atravesamos los bosques de Finlandia. Me pregunto si los veremos cubiertos de una capa blanca de nieve cuando volvamos. ¿Y sus lagos? ¿Estarán congelados a la vuelta?
Me pongo los cascos y decido continuar leyendo el libro que tengo empezado "el mapa de los anhelos".
Alice Kellen, la autora que me ha incitado a escribir aquí, a convertir mi historia en otra. A no tener miedo a compartir y regalar historias, ficticias o reales.Este libro me está encantando pero tranquilos no digo nada más que no quiero haceros ningún spoiler.
Abro los ojos y me doy cuenta de que me había quedado dormida, ya llevamos dos horas en el tren.
Sigo leyendo y se acerca un chico que sin a penas decir palabra nos indica que ese sitio es suyo. Esto de aprender algo de finés no nos vendría nada mal.
Nos echamos a reír y nos colocamos en los sitios que de verdad teníamos asignados, cada una más lejos de la otra.
Sara y yo sí estamos sentadas juntas, así que nos pasamos lo que queda del viaje hablando. Me encanta reflexionar con ella, de cómo me siento, como nos sentimos, y si la distancia nos afecta.
Echo de menos todo, no sólo mi familia. Echo de menos mi país, mi ciudad, el clima que hay en ella, sus calles, su ambiente. Echo de menos a mis amigas, nuestras bromas, nuestras fiestas, el verlas todos los días... Pero sobretodo echo de menos el calor de los abrazos, el cariño, el afecto, la ternura de un beso.
Cuando llegamos a Helsinki decidimos qué lugares queremos visitar. A penas tenemos unas horas para recorrer el centro, y la luz del sol no aguantará mucho.
Nos da tiempo a todo lo planeado, la biblioteca de la universidad, la iglesia ortodoxa, la plaza del senado e incluso un museo.
Cuando terminamos de visitar todo lo planeado volvemos a la estación, en unos minutos estaremos en un tren camino al aeropuerto.
A penas nos ha dado tiempo a dormirnos, menos a Irati, que como diría yo "ha descansado la vista".
Ojalá tener esa facilidad para quedarme dormida.Pasamos el control del aeropuerto más rápido de lo que pensaba. El embarque se retrasó un poco pero cuando me quise dar cuenta estábamos subidas en el avión.
Menos mal que me ha tocado sentarme al lado de Anne. Espero que llegue el día en que pierda el miedo a los aviones.
Me he quedado dormida casi todo el vuelo. Antes de aterrizar he ido hablando con Anne de música, resulta que ella también iba al conservatorio. Como ella es del País Vasco hay palabras a las que les cambia el tiempo verbal o les añade letras.
Casi me meo encima cuando me ha dicho "que guay que estés en la orquest*r*a". Lo peor es que está bien dicho, y que allí la palabra osqueta es que "r".
Son las 12:24 a.m cuando aterrizamos en Polonia. Ahora viene lo bueno. Nos bajamos todas del avión y... a buscar esquina en la que dormir!!
Efectivamente, hoy dormimos en el aeropuerto, así que nos acomodamos con las mochilas y los abrigos en el suelo y nos echamos a dormir. Mañana será el primer día, viajando, visitando y disfrutando.